Abatido....volviendo de la fiesta de Leah (para mayores de 18)

*noté cómo se tensaban los músculos de Leah al escuchar mi pregunta...algo la incomodaba...¿sería que no quería cargar conmigo de aquí para allá mientras resolvía sus asuntos?...No, no podía ser, era idiota de mi parte pensar eso..Ella bien sabe que no soy ningún niñito, y que mi intenció era apoyarla en este momento difícil. Definitivamente había algo más en todo ese asunto y debía averiguarlo pero no quería ser brusco al intentarlo...entonces, le di un pequeño besito en la naríz, suspiré para infundirme valor y hablé*

-No tengo nada que resolver aquí...he cancelado las clases que estaba impartiendo por tiempo indefinido...sólo quiero acompañarte a título da "apoyo moral", no quiero entrometerme en lo que respecta a Jeremy...pero algo me dice que no es sólo eso lo que debes resolver...dime si me equivoco...

*la miré a los ojos con calidez, como miraría un padre a su hija adolescente cuando se encuentra en algún problema que para ella es de vida o muerte y para su progenitor, sólo representa una pequeña crisis de crecimiento*

Me di cuenta de cómo mi tono despertaba el interés de Brad, y entendí que había metido la pata hasta el fondo. Temía aquel fatídico momento, el momento en que tendría que hablarle lo que era y los peligros que entrañaba estar conmigo. ¿Cómo iba a explicarle que era una alimaña creada por la naturaleza para proteger a la humanidad de unos monstruos chupasangres? Me tomaría por una loca rematada, o en el mejor de los casos saldría corriendo en cuanto me viera entrar en fase. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza contárselo, porque con él me sentía muy humana, una simple mujer enamorada. Pero la loba era una parte inseparable de mí, al igual que yo la necesitaba para ser tal y como era.
Miré a Brad nerviosamente sin saber bien qué decir, pero su expresión seria y paternal me afectaba de sobremanera.
Escucha pequeño, tú no te entrometes en mi vida, porque yo misma he decidido compartirla contigo...y por supuesto que lo que más deseo en este mundo es que vengas a vivir a la Reserva, porque así podremos estar juntos siempre...-susurré melosa dándole un pequeño beso en los labios- Pero tienes que saber que tengo secretos que asustarían hasta al más valiente de los hombres, y no me gustaría que huyeras en cuanto te enterases de ellos, no ahora que me he dado cuenta de lo mucho que me importas...-dije triste, con los ojos humedecidos de la ansiedad- Brad, prometo decírtelo, pero dame tiempo, es algo muy complicado...-supliqué abatida jugando distraídamente con la camiseta de su pijama-

-Secretos...

*...dije mientras asentía con lentitud y asimilaba el asunto...lo decía como si fuese algo verdaderamente grave...pero no me podía imaginar a mi Leah haciendo algo que pudiese tildarse de "grave"...seguramente no sería tan escandaloso como lo hacía parecer, aunque eso no significaba que no fuese algo importante. Ella necesitaba tiempo para reacomodar sus pensamientos y no pensaba presionarla, así que sólo me referí al tema de sus secretos con algo de humor para descomprimir el ambiente, arrojandole toda clase de preguntas idiotas que se me ocurrían en el momento...*

-...dejame adivinar...¿eres caníbal? ¿eres adicta a la compota de manzana? ¿haces rituales vudú? ¿te transformas en mujer lobo en luna llena?...

*reí y besé sus labios ciñendola otra vez contra mi pecho pasando mu brazo por su cintura...estaba absolutamente seguro de que no me cansaría jamás de esa sensación, luego acoté algo más...*

-aunque sobre esto último, si fuese cierto...grrrrrrr!...me gustaría verte en acción....

*luego de hacer el gruñido, ví cómo su semblante cambiaba..."ouch!" ¿habría sonado grosero?...me apresuré a poner carita de cachorro bajo la lluvia...*

-Disculpa, disculpa, no fue mi intención hacerte sentir mal...

*hablé rápidamente y le di 3 o 4 besitos rápidos y cortos intentando conseguir el perdón de mi amada*

Brad cada vez se acercaba más a la verdad, y lo que a él le parecían bromas para animarme, a mí me estaban poniendo cada vez más nerviosa, volviéndome pálida y al borde de un ataque de histeria.
Comencé a temblar ligeramente por el miedo tan terrible a perderlo, ese que se había instalado en mí desde que me había dado cuenta que lo amaba. Ni siquiera sus dulces, pequeños y tiernos besos conseguían apaciguarme. Quería gritar, echarme a llorar y abrazarlo, todo y nada a la vez, en medio de miles de sentimientos contradictorios que arrasaban mi mente y mi corazón.
Apoyada contra el lavabo y entrelazando mis manos con las suyas, decidí que era hora de contarle cuál era mi verdadera naturaleza, ya que no podía soportar ocultarle algo tan personal como aquello, pero a la vez podía sentir cayendo sobre mí como una losa, el pacto silencioso que nos prohibía desvelarnos como licántropos al mundo.

Cariño no te aconsejo que te acerques a mí cuando estoy aullando a la luna…-asentí muy seria con la vista clavada en las baldosas- Brad, deberíamos sentarnos para hablar de mi secreto, confío en ti por completo…¿tú estás preparado para creer en mí? –pregunté temblorosa, cogiéndolo de la mano mientras lo dirigía hacia el salón, y totalmente insegura por la reacción del hombre que más me importaba en el mundo-

*El alma se me vino a los pies cuando comprobé que no lograba reparar mi error, lejos de eso, su aspecto emocional se encontraba cada vez más afectado...y por primera vez sentí miedo...miedo a lo desconocido, a la incertidumbre que me generaba el hecho de no tener ni una pista de a que se podría llegar a tratar el secreto de Leah.
Ella entrelazó sus manos con las mías y sentí en su voz cómo contenía el llanto cuando preguntó si confiaba en ella mientras caminabamos al living...me detuve en medio del camino y tiré de su mano hacia atrás para hacerla volverse y que nuestras miradas se conectaran*

-Simepre he creído en ti...desde el principio...

*le dije dirigiendole una mirada seria, trasmitiendole un "nunca dudes de eso"...ella asintió y continuó tirando de mi hasta llegar al sillón más cercano, la seguí sin oponer resistencia, con la mente llena de incógnitas...no podía esperar para saber de qué venía este embrollo*

Asentí cuando Brad se puso serio, intentando infudirme valor. Sabía que aquello era como una prueba del destino, que decidiría si estaba destinada a que el amor encontrara o no un hueco en mi vida.

Lo senté sobre el sofá y me puse a caminar de un lado a otro en el enorme salón, y me di cuenta de cómo hacía un bucle sin fin bajo mis pies, totalmente perdida, y sin saber cómo empezar a narrarle mi vida. Respiré hondo, y aunque al principio no me salía la voz, conseguí descender mi nivel de histerismo a unos límites razonables.

B-Brad...¿crees en la magia? ¿Puedes pensar en la posibilidad de que existan seres sobrenaturales y fuerzas más allá de la razón? -tartamudeé parándome de una vez, y sentándome en la postura del loto en el suelo, frente a él desviando mi mirada una y otra vez para evitar encontrarme con la suya-

*Leah caminaba para acá y para allá llena de nervios...yo no dije nada, me limité a quedarme en silencio hasta que ella decidiera romperlo...cuando me preguntó si creía en algo sobrenatural...me desorientó por completo...si eso era posible, pues ya estaba muy "mareado" y no sabía que pensar...
Me levanté del sillón y me senté en el suelo frente a ella, luego con las cejas alzadas por la curiosidad, le respondí inseguro al no saber qué dirección tomar...*

-bueno...

*tomé su mano y jugueteé con sus dedos....*

-..siempre he pensado que es muy egoísta por parte de los seres humanos creer que estamos solos en el universo...quiero decir... nunca he visto un OVNI ni nada por el estilo... pero creo nada es imposible...

*me encogí de hombros esperando algún tipo de reacción*

Respiré de nuevo, intentando abarcar todo el aire que me rodeaba. Me quedé mirando cómo Brad entrelazaba mis dedos con los suyos, y pude percibir su nerviosismo, incertidumbre y expectación. Tenía que soltárselo ya, y sin más rodeos ni miramientos. Si nuestro amor superaba esta prueba de verdad, nada podría separarnos nunca, y si por el contrario Brad me repudiaba, entendería al fin que yo no tendría el derecho a amar.

No me refiero a OVNI's, a fantasmas, ni a superheroes...me refiero a la mal y al bien, a los dos bandos...-aseguré armándome de valor y mirándolo a los ojos con seriedad- Verás pequeño, ya te he comentado el apego tan grande que siento por la Reserva y por mis raíces nativas...pues no es un cariño deliberado, ni obsesivo...es que mi alma le pertenece a esa tierra en todas las formas, así como mi corazón te pertenece a ti por completo. Ha sido ella la que me ha regalado el poder para proteger a los seres que la habitan de los fríos, los seres de la noche, los chupasangres malditos...los vampiros...-dije muy rápido, y volví a tomar aire-
B-Brad, soy una licántropa y me convierto en una auténtica y gigante loba cuando uno de estos vampiros aparece en la zona para alimentarse de los humanos...protegemos vuestra vida de esas alimañas, y lo hacemos en manada...es complicado de explicar, pero me gustaría saber si has entendido mis palabras....-pregunté con los ojos vidriosos, tomándolo por las dos manos, mientras se las sacudía medio histérica-

*¿¿¿QUE QUEEEE??? Fue la reacción espontánea de mi cerebro... tragué saliva y una sonrisa de nerviosismo se apoderó de mi rostro, miré el living de izquierda a derecha en busca de alguien, como mi amigo Chester, que saliera riendo a carcajadas de atrás de la biblioteca seguido por las cámaras de algún programa de bromas... Pero todo estaba en silencio, sólo una leve brisa ingresó por la ventana entreabierta e hizo que las cortinas ondularan levemente...ese movimiento capturó mi atención mientras mi cerebro se esforzaba por funcionar "razonablemente" busqué, busqué y requete busqué en mis archivos memoriales ¿que sabía sobre fríos, vampiros, licantropos?....y nada...
Volví a mirar a Leah...*

-Disculpa, pero no creo haber entendido bien lo que me has dicho...¿acaso mencionaste las palabras licántropos, vampiros y humanos en una misma frase?

*reí con incontrolable nerviosismo..no podía ser cierto...*

Agaché la mirada tristemente, a punto de romper a llorar. Nuevamente había metido la pata hasta el fondo, y me di cuenta perfectamente cuando él permaneció unos minutos alucinado y riendo nerviosamente. Ahora sí que creería que estaba loca, y tal vez era la mejor idea, así por lo menos el secreto de mi condición no saldría de allí, aunque me hubiera arriesgado a romper el pacto de silencio.

Solté sus manos, y me levanté dirigiéndome hacia la ventana. Me quedé de brazos cruzados, observando al exterior seria y frustrada y con la mirada vacía, mientras comenzaba a aceptar que había perdido al hombre de mi vida.
¿No puedes creerme, verdad? –pregunté sin girarme- Es perfectamente normal…olvídalo, sabía que era una tontería contarte mi secreto, y seguramente pensarás que tengo la cabeza mal…-aseguré mientras lágrimas corrían silenciosas y a borbotones por mis mejillas-

*Sentí como sus manos se escurrían de entre las mías...Cuando se puso de pie creí que intentaría irse. Como si tuviese un resorte en el trasero me paré de un salto...*

-¡NO!

*...le dije...más bien le grité sin haberlo premeditado...pero me alivié al ver que sólo se dirigía a la ventana...caminé tras ella y sé que dijo algo más...pero estaba hecho un zombie, con la mirada perdida e intentando ordenar las ideas...no pude procesar sus últimas palabras.
Me acerqué por detrás, la tomé de la cintura, le di un pequeño beso en el cuello y apoyé mi mentón en su hombro derecho dirigiendo ahora la mirada hacia el mismo punto en la lejanía que observaba ella. Suspiré...
No podía ser que me estuviese jugando una broma, teniendo en cuenta que nuestra conversación anterior venía de asuntos serios y que se había sentido absolutamente herida ante mi incrédula pregunta. Había embarrado la situación. Temiendo una explosión de enojo por su parte, volví a intentarlo, pero con voz suave ya que me encontraba a escasos centímetros de su oído.

-Por favor, no te enfades...tenme paciencia cariño...

*hice una pausa*

-...piensa en lo que me has dicho...es algo muy extraño, ¿cómo hubieses reaccionado tu si los roles estuviesen invertidos?

*otra pausa, y seguíamos mirando a lo lejos por la ventana*

-...ayudame a comprender...explícame un poco de que va todo esto...

*comenzé a hilar lo que me había contado*

- Me has dicho que tu proteges a la gente de los Vampiros.... ¿correcto? y que eres una...¿licántropa?

*me adelanté un poco para verle el rostro...estaba llorando...me partió el corazón...besé cada una de sus lágrimas y la estreché contra mí como si fuera a desvanecerse de un momento a otro*

-Perdóname...no fue mi intención herirte...pero....es que....no comprendo bien todo esto....

*mi voz se quebró al final...no sabía que hacer, qué decir, qué pensar...sólo sabía lo que sentía en mi pecho...y allí sólo había un sentimiento irrevocable...AMO A LEAH Y NO QUIERO PERDERLA*

Brad se acercó rodeándome por la cintura, mientras miles de sensaciones contradictorias invadían mi corazón. Lo amaba como hombre y como persona, más allá de mi razón, y deseaba con todas mis fuerzas que entendiera y aceptara la misión para la que había nacido. Me dio palabras de aliento, me abrazó cariñosamente y secó mis lágrimas de una forma extremadamente dulce, pese a estar totalmente desbordado por la información que acababa de darle.

Lo rodeé por el torso con fuerza, sintiendo el calor que de él emanaba, y me sentí reconfortada y más a gusto que en toda mi vida. Mi hogar estaba a su lado, y no podría vivir sin él aunque me lo propusiese. Entendí que debía ceder a sus peticiones, y abandonar mi orgullo por primera vez en la vida.
Brad…te necesito conmigo, te contaré lo que sea, te demostraré lo que quieras, incluso dejaré mi vida si tú así me lo pides…-aseguré levantando la vista hacia él emocionada-
No debes pedirme perdón, sé que esto es superior a cualquier entendimiento y que no es fácil de asimilar, tampoco lo fue para mí cuando ocurrió…-susurré sin soltarme de su abrazo, dispuesta a romper el pacto de silencio que nos protegía del mundo civilizado-

Verás más o menos la historia comienza hace cientos de años, cuando los varones de nuestra tribu desarrollaron un gen de licantropía, que les permite mutarse en forma de lobos gigantes. Esta aberración la ha generado la naturaleza debido a que paralela y previamente aparecieron de la nada los "fríos", o los vampiros como los llamáis vosotros…-tomé aire y me puse seria- Y créeme cariño, no son leyendas de mentes imaginativas…son muy reales y se mueven por el puro placer de asesinar y alimentarse. Nosotros intentamos frenarlos, mermar su población y sus acciones de crueldad con los humanos, aunque cada vez son más…-hice una pausa rechinando los dientes-
Y bueno, te contaré que hasta ahora, yo era el único caso de mujer licántropa pero desde hace unos meses he conocido a unas cuantas más…-le narré ligeramente mi historia-

Sé que es muy complicado de creer, pero te diré que esta transformación sólo la sufro cuando se manifiestan vampiros en el mismo entorno donde habito, así que podría dejar de sufrirla si me quedo aquí contigo…-comenté triste, ya que para mí era importante mi misión, sin embargo, sabía que si él me lo pedía no dudaría ni un segundo en dejar mis raíces atrás-
Después me alcé de puntillas, para darle un pequeño y largo beso en los labios, mostrándole cuáles eran mis verdaderos sentimientos y prioridades vitales.

*Sin soltar a Leah, tragué saliva con dificultad e intenté poner en palabras mis atormentados pensamientos*

-¿O sea que a gandes rasgos me estás diciendo que entre nuestra sociedad circulan libremente personas que no son personas, que son bebedores de sangre humana y que a demás de eso, tu peleas contra esa clase de criatura que describes tan peligrosa?

*hablaba apresuradamente y con los ojos como platos, no podía concebir la idea de que la persona a la cual amaba con locura arriesgara su vida luchando contra esos monstruos. Si bien ella era una extraordinaria mujer, lo había demostrado en varias ocasiones, tenía bastante más fuerza y era mucho más ágil que una mujer corriente...nunca creí que su singularidad llegara a este punto.
Me la imaginé con una cruz y una ristra de ajo en cada mano enfrentandose a un vampiro de rostro consumido y ceniciento...*

*La apreté fuertemente contra mi pecho a modo protector...mis pensamientos seguían corriendo....había un detalle que no encajaba en esa "escena" que se había armado en mi mente...Leah estaba en su forma humana y según había dicho...se enfrentaba a ese peligro en forma lobuna....Al instante su figura en mi imaginación se cubrió de una gruesa capa de cabellos marrón oscuro, sucio y apelmazado...con grandes fauces abiertas, babeando y jadeando enfurecida... ¡NO! Detente, Idiota! gritó una voz dentro de mi...Esa no era su imagen, no podía serlo, ella era una mujer bella y si se transformaba en lobo, seguramente su reflejo en esa especie sería igualmente hermoso...al menos eso esperaba...aunque...¡QUE DIABLOS! ¿cómo podía sacar conjeturas tan apresuradas sobre algo que no conocía?. Respiré profundo y volví a hablarle al oído sin aflojar mis brazos a su alrededor*

-¿te transformas en luna llena?

*fue la primer incógnita que quería resolver y a la vez...estaba dandole a entender que estaba creyendo ciegamente en su confesión.....*

Reí abiertamente ante su comentario, porque me hacía muy feliz que comenzara a creer en mí sin extrañarse ni temerme, y que además tuviera tanta curiosidad por lo que yo era. Lo senté en el sofá, y después yo hice lo mismo, pero sobre sus rodillas, rodeándole el cuello entre mis brazos, mientras jugeteaba con sus mechones de pelo.
Cariño no hace falta que haya luna llena…eso sólo ocurre con las criaturas que se hacen llamar "Hijos de la luna", y son como una raza de hombres lobo…tienen algo así como una especie de virus en su sangre y son muy violentos. Nosotros los quileutes somos metamorfos, poseemos el gen que nos permite transformarnos en una forma animal determinada, en este caso un lobo, conservando nuestra mente racional…-sonreí con ternura al ver su desconcierto-

Es un mundo paralelo al real supongo, difícil de entender y tremendamente horroroso…y en este momento, está a punto de librarse una guerra abierta entre vampiros en la que lidiaremos nosotros también…es muy complicado de explicar, quizás debería contarte todo poco a poco…-aseguré mirándolo con preocupación, haciendo una pequeña pausa para tragar saliva-
¿Entiendes ahora por qué no quiero que vengas a Forks? Temo que puedan hacerte daño, me aterra pensar en perderte Brad…-dije con la voz rota, aferrándome a él con fuerza-

*tomamos asiento y ella se sentó en mi regazo...eso me gustó, y a la vez me tranquilizó porque haciendolo denotaba estar mucho más relajada...apoyé una mano un poco más arriba de su rodilla y la otra en la parte baja de su espalda mientras oía su relato, intentando tener la mente lo más abierta posible. Cuando me dijo que no se transformaba en luna llena reí aún con un toque de nerviosismo (me estaba costando trabajo poner los pies en la tierra) e intenté autotranquilizarme bromeando*

-Menos mal, habría detestado no poder compartir contigo una noche romántica bajo la luz de la luna llena...

*cerré los ojos, apoyé mis labios contra los de ella suavemente y nos mantuvimos así por un momento bastante prolongado...lo suficiente como para tomar aire y sentir cómo la mayor parte de mis temores se descargaban como si ella fuese un cable a tierra. Estaba aquí, conmigo...y eso era lo único que me importaba realmente...nos separamos con lentitud, abrí los ojos y nos miramos unos segundos en silencio, luego la oleada de preguntas volvió a invadirme y sentí la necesidad de evacuarla*

-Entiendo entonces que no te transformas en una criatura semihumana, sinó que tu cuerpo muta para transformarse en un lobo 100% auténtico...¿verdad? ¿lo haces a tu antojo?

*pensé un momento más, la palabra "guerra" me golpeó como una roca y algo enfadado hablé por impulso*

-¿Que tienes que ver tu en una guerra entre vampiros? ¡Deja que se maten entre ellos!...

*ella me rodeó con sus brazos y nos abrazamos con fuerza, suspiré con fuerza en esa posición*

Suspiré cuando Brad acabó de besarme, permaneciendo con los ojos cerrados, sintiendo una confortable y arrolladora calidez entre sus brazos. Nunca creí que llegara a ser tan feliz como con aquel hombre, que permanecía nervioso, comprensivo, empático y alucinado ante mis secreto. No podía dejar de preguntarme por qué lo hacía, por qué le importaba tanto cuando le había confesado que era un monstruo.

Puedo transformarme en una enorme loba gris en cuestión de segundos, si así lo requiere la situación...y soy bastante terrorífica la verdad...-aseguré mirándolo con temor- No me gustaría que me vieras en esa forma, la verdad es que me avergonzaría mucho, porque es mi parte más agresiva, la que asusta y asesina vampiros por cumplir con una obligación ancestral...-dije nerviosa tomando aire-
Verás cariño, tengo que participar en esa guerra...porque nosotros actuamos en manada, ya sabes todos para uno, y uno para todos...y cómo explicártelo....en la guerra está implicada la imprimada del líder de la manada, nuestro macho Alfa, por lo que no puedo negarme a luchar ni aunque me lo propusiera...-aseguré acariciando sus mejillas, viendo cómo cada vez su cara se desencajaba más por el desconcierto-

Sonreí nerviosa y con un toque espasmódico ante su abierto deseo de verme en mi forma de licántropa. Sin embargo, era la cercanía de su cuerpo en contacto con el mío lo que me ponía frenética, casi fuera de control, ya que nunca me había sentido tan intimidada y acalorada en el contacto con ningún hombre. Rodeé su cuello con mis brazos, y me acomodé unos segundos sobre su hombro, intentando calmarme, ya que mi respiración se había vuelto extremadamente agitada.
¿Seguro que quieres ver mi transformación? -pregunté haciendo una pequeña pausa-Te complaceré perqueño, aunque si te parece bien, lo haré cuando estemos en la Reserva...necesito espacio en torno a mí, porque la onda expansiva que se crea a mi alrededor es brutal y podría destrozarte la casa...-susurré con un hilo de voz, levantando mis ojos ligeramente hacia él-

Enseguida me sacó de mis pensamientos y temores acerca de cómo sería su reacción cuando me viera convertida en una enorme loba gris, con fauces enormes y tremendamente aterradora.
La imprimación....-murmuré levantando mi cabeza de su hombro, y mirándolo con una extraña emoción-
Verás cariño, los licántropos tienen una curiosa forma de encontrar pareja...¿para qué ligar? Eso ya no está de moda... -bromeé encongiéndome de hombres- Ellos han escogido imprimarse, es una técnica efectiva de la naturaleza para alcanzar la perpetuación del código genético de nuestra especie...quiero decir, los licántropos escogen a la pareja más apropiada para transmitir el gen, y se crea entre ambos algo parecido a una conexión mística y mágica, que les obliga a proteger a su imprimada por encima de todo, ella representa el principio y fin de su mundo...es una relación muy romántica, pero también bastante obsesiva y en cierto modo aterradora si la ves objetivamente...-le expliqué y suspiré-
Brad...Jeremy...Jer, y yo...pues, y-o e-ra su imprimada...por eso no entiendo cómo puedo amarte a ti de una forma más intensa que a él...-tartamudeé con miedo a su reacción-

*asentí...no imaginaba bien a qué se refería con "onda expansiva" eso me hacía pensar en una explosión, no creía que ella explotara literalmente...pero, en fín, me conformé con saber que descubriría de qué se trataba en poco tiempo*

-No voy a presionarte, mi vida...esperaré a que estés lista y en el entorno adecuado...sólo procura no hacerme enloquecer de intriga...¿de acuerdo?

*le sonreí pícaramente por las palabras finales de la frase.
Leah continuó con su explicación...más o menos entendí el concepto "Imprimado" y cuando habló de su imprimación con Jeremy el mundo se me vino a los pies al caer en la cuenta de que tal vez pudiese perderla...¿y si ella se imprimaba de otra persona? ¿y si otro Lobo se imprimaba de ella?
La miré a los ojos con el semblante desplomado...me limité a reproducir en voz alta las preguntas que en mi mente habían surgido...*

-...y si... ¿y si te imprimas de otra persona? ¿y si otro Lobo se imprima de tí?.. Quiero decir...se supone que es algo instintivo, inevitable...incontrolable...¿cierto?

*suspiré con fuerza*

-¿que haré si eso ocurre? No creo poder entenderlo y mucho menos asumirlo...

*coloqué lentamente uno de sus mechones de cabello moreno tras su oreja esperando la respuesta...mientras otra pregunta se formaba en mi mente...¿existiría alguna forma de que me convirtiese en lobo?...*

No te haré enloquecer de la intriga pequeño, sabrás lo que es una loba de verdad...-bromeé mientras ronroneaba-
Me acerqué hasta él movida por una actitud de sigilo, sensualidad y fiereza, mirándolo como si fuera mi presa, para finalmente besar su boca fugaz y apasionadamente. Esto es sólo la primera muestra de las ventajas de tener una novia salvaje y licántropa...-sonreí acariciando su pelo con suavidad-

Y, después de narrarle lo que suponía la imprimación y de cómo nos afectaba, comprobé cómo sus temores se hacían tangibles pero no de la forma que yo esperaba. Lo abracé con fuerza ante su reacción, más enamorada que nunca de él.
Cariño...-suspiré soltándolo ligeramente para sonreírle de oreja a oreja- No temas, eso no ocurrirá nunca...nadie puede imprimarme de nuevo...eso sólo nos pasa una vez, y yo ya lo he vivido con Jeremy...aunque es cierto que no puedo entender por qué estoy más enamorada de ti que de él...-hice una pausa intentando entender por qué no me ocurría lo mismo que a Emily, Rachel o Nessie, sin encontrar demasiadas respuestas-

La verdad es que no sé si será posible que yo imprime a nadie, porque supuestamente es una característica del género masculino...aunque según las leyendas, tampoco era posible que una mujer pudiera tener el gen antivampiros, y aquí me tienes...-aseguré reflexionando, y mirando al vacío para volver la vista a Brad repentinamente- Brad...¿Y si...? ¿y si al final resulta que te he imprimado?...-hice una pausa para mirar nerviosamente a un lado y a otro del salón-
Sería una explicación muy válida para justificar lo que me haces sentir y por qué eres el centro de mi vida...-tartamudeé ensimismada, quedándome boquiabierta y anodadada por la realidad de lo que acababa de decir-

Me sentía reconfortada al ver cómo nuestra relación había superado aquel tremendo secreto sobre mi condición. Él sonreía mostrando sus hoyuelos, y yo le acompañaba admirándolo como nunca lo había echo con otro hombre. Era feliz, y no me importaba nada más, ni siquiera la guerra que se avecinaba.
Pues se está imprimado cuando entre la pareja, el uno no puede vivir sin el otro, creo que se lleva implícito en el corazón y simplemente se sabe...-sonreí posando mi mano sobre su pecho- Yo lo tengo claro cariño...-susurré avergonzada, ya que era evidente que lo que me ocurría no era sólo atracción- Aunque me gustaría asegurarme, porque soy una mujer un tanto hostil y desconfiada...-aseguré mirándolo seductoramente, mientras me deslizaba por sus piernas hasta quedar a menos de un centímetro de su cara-

Seguidamente crucé mis manos tras su nuca, atrayéndolo hacia mí y besándolo con dulzura pero auténtica necesidad pasional. Todo mi ser clamaba por sentir a Brad junto a mí, lo que me impedía pensar con claridad, una fuerza extraña me atraía a esconderme entre el espacio que existía entre sus brazos. Era consciente de cómo poco a poco mis sentidos se ponían de acuerdo con el objetivo de atraerlo cada vez más y más hacia mi cuerpo, la razón comenzaba a abandonarme por segundos, mi respiración se volvía agitada, mi pulso se aceleraba brutalmente y mi calor corporal superaba los 50ºC.
Sin embargo, era incapaz de dejarlo libre del abrazo en el que lo apresaba, de mis cálidos besos o de mi desorbitado deseo.
Brad comenzó a revolverse bajo mi cuerpo, y entonces me di cuenta de que literalmente lo estaba "cociendo", así que de un golpetazo seco me obligué a incorporarme con el fin de calmar aquella necesidad, provocando un pequeño accidente. Tuve la mala suerte de que el sofá hizo una especie de pinzamiento hacia atrás, debido a la brusquedad de mi movimiento, cayendo el uno sobre el otro. Ya en el suelo, no pude contener la risa, y estallé en carcajadas, mientras que al mismo tiempo, no podía evitar morirme de la verguenza por lo que acababa de hacer. Quizás la risa encubriera mi pequeña travesura.

Cuando logré controlar la risa, respiré profundamente mirándolo intensamente a los ojos. Desde luego se había sorprendido con mi sistema de calefacción interna, y eso me hizo avergonzarme todavía más. Fui consciente de cómo sus manos apresaban mi cintura, y sentí fluir de nuevo la sangre hacia mis mejillas y el calor por mi cuerpo.
Me incorporé revolviéndome nerviosa, ya que no quería que pensara que no me gustaba estar entre sus brazos. Desde luego esa no era en absoluto la explicación, sino que me provocaba otro tipo de sensaciones que no podía controlar.
Le ofrecí mi mano amablemente para que se irguiera también, y después colocamos el sillón en su sitio.

Bu-bueno…creo que no te he contado lo de mi temperatura corporal…un pequeño detalle que te permitirá tener una estufa en invierno, y será bastante engorroso en verano…te haré sudar cariño…-bromeé y enseguida me tapé la cara con las manos, muy avergonzada por lo que acababa de decir-
Quiero decir que los licántropos para poder cambiar de forma con rapidez, tenemos el metabolismo a tope y por eso nunca bajo de los 45ºC de temperatura…-afirmé sonriendo con inusitada timidez- Y estos grados se elevan cuando…pues cuando hay alguien que nos hace vibrar, y a mí evidentemente, eso sólo me pasa contigo…-aseguré mirándolo de soslayo mientras lo tomaba de la mano-

*tomé su mano y nos pusimos de pie, la verdad era que no me agradaba para nada separarme físicamente de ella...pero respeté su deseo de erguirse pues parecía avergonzada por el incidente...
Enderezamos el sillón y me senté de costado en el posabrazos con una pierna en el suelo y la otra colgando en ángulo recto mientras ella me explicaba lo que había ocurrido...Cuando acabó no pude contener la risa y tomé la mano que me ofrecía poniendome de pie otra vez...mi ego se agrandó un poco más cuando dijo que sólo yo la hacía vibrar.*

-...¿y tu crees que me voy a escandalizar porque tu cuerpo tenga mayor temperatura que lo normal luego de todas las cosas de las que me he enterado esta noche?

*la miré enternecido por la forma en que se avergonzaba por lo ocurrido, me daban ganas de "pellizcarle" las mejillas como le haría a un bebé risueño, pero me contuve...*

-..eso es simplemente un detallito insignificante a comparación de lo demás... muy cómodo en invierno y nada que no pueda solucionarse con un aire acondicionado en verano...¿no crees?

*minimizé el asunto y volví a atraerla hacia mi con una mano en su cintura y la otra en la parte alta de su espalda...estaba seguro que mis manos no encontrarían jamás un sitio más cómodo que la curvatura de su espalda...era irresistible...retomé el tono divertido*

-Ahora...¿que te parece si retomamos lo que dejamos hace unos minutos y vemos si llegas a los 100ºc?...

*reí, luego separé un poco mi rostro evaluando su expresión...¿habría sonado grosero? quien sabe si en el mundo Lican el hecho de subir la temperatura era agradable, o que alguien se refiriera a eso sea de mal gusto...automáticamente me odié por ser tan impulsivo, intente arreglar mi posible error "traduciendo al castellano" lo que en realidad había querido decirle...*

-Lo digo en broma mi vida...no me gustaría que te incinerases de repente...sólo estoy hablando de una sobredosis de romance...

*podía sentir su corazón latir con fuerza sobre mi pecho, estaba casi seguro de que era una buena señal...*