Suite presidencial (Jane y Damon)

¿Quieres que salgamos a cazar?-le pregunté abrazándola contra mi pecho

- Es que se está tan bien... - dije en un susurro mientras hundía mi cabeza en su pecho buscando sus caricias. - Aunque no aguantaré demasiado... vuelvo a notar la garganta seca, ¿es normal? - pregunté levantando nuevamente la vista hacia Damon.

Si no quieres salir, puedes refrescarte la garganta con mi sangre-le dije mirándola a los ojos

- Bueno... -dije frotándome el brazo tímidamente- Pero, ¿es normal que tenga tanta hambre? Hace un rato que comí... - dije algo frustrada mientras deslizaba mis dedos por el cuello de Damon.

Sí, es normal... Has comido muy poco para ser tu primera toma. Al principio serás como un bebé... cada pocas horas tendrás hambre.- sonreí

- Menos mal que tengo niñera... - dije poniendo los ojos en blanco divertida- ¿Y tu sangre? ¿Engaña el estómago? -pregunté curiosa.

Sí... es como si comieses... gelatina... Te llena, pero no te nutre ni te termina de saciar- comenté

- ¿Y a tí te afecta que yo beba de tu sangre? - pregunté curiosa pasando mi lengua por los colmillos todavía sin asomar.

Me acerqué a su cuello dándole un suave beso.

- Vale, entonces cámbiate y llévame a cenar fuera - dije susurrándole al oido mientras me ponía en pie de un salto y me acercaba al armario repleto de ropa.

Suspiré - Tendré que vestirme entero... ¿A dónde quieres que te lleve a cenar? - pregunté sentándome en la cama

- ¿A un buffet? - dije divertida mientras pasaba perchas buscando un modelito que ponerme- No sé cariño, - dije deteniéndome un instante al darme cuenta que lo había llamado 'cariño', intenté seguir con naturalidad- tú sabes dónde puedo ir y dónde no...

En teoría no está permitido que los neófitos campen a sus anchas por el mundo-dije torciendo la boca

- Por eso digo que tú sabes dónde puedo ir o no y lo que puedo hacer o dejar de hacer... -dije volviendo hacia la cama y sentándome a su lado acariciando su rostro con mis dedos.

Antes de nada.. dime una cosa... ¿Cómo lo tendrías para dejar este curso e irnos el fin de semana a Italia a pasar unos meses?-pregunté

Me pasé la mano por el pelo.

- Bueno, al ser ya mayor de edad puedo elegir ausentarme de las clases y presentarme a los exámenes finales. - dije encogiéndome de hombros.- No debe de haber mayor complicación, además lo que estamos dando este año lo di el año anterior en Miami.- dije algo desencantada.

No pude evitar sonreir.

- Tengo ganas de conocer Italia. ¿A qué parte vamos a ir? - pregunté curiosa.

Primero iremos a mi casa, a Florencia... y luego iremos a Volterra-dije sonriendo y acariciándole la mejilla

- ¿A tu casa? Yo creía que vivías aquí... - dije arqueando las cejas incrédula.

Me acerqué hasta sentarme a su lado, con las piernas cruzadas sobre la cama y mis manos reposando en el hueco formado entre mis piernas.

- ¿Volterra?¿En qué parte está? Nunca la he oído nombrar...- añadí con tranquilidad.

Yo nací en Florencia. Ahí está la casa de mis padres. Donde me crié, y dónde empezó todo... Me gustaría que para tí, fuese parecido a mi inicio.-hice una pausa dejándola hablar - Volterra está en pleno corazón de Toscana, es un lugar maravilloso

Ladeé la cabeza, sonriendo inconscientemente al escucharlo hablar. Hacía que me derritiese ante cada palabra que pronunciaba.

- Tengo muchas ganas de ir a Italia - dije haciendo una pausa y mordiéndome el labio tímidamente- contigo - dije mirándolo a los ojos.

¿Tienes el pasaporte en regla?-pregunté acariciándole la mano

- Sips, me lo hice antes de mudarnos aquí. Nunca se sabe cuando puedes irte de viaje al extranjero... - dije poniendo los ojos en blanco divertida.

Miré por la ventana de la habitación. La vista era preciosa. Se veían una multitud de pequeñas luces pintando la oscuridad. Durante unos segundos flashes asaltaron mi pensamiento: mi conversión, Damon apoyado en el coche que me había regalado por la mañana cuando vino a recogerme, mi casa, mi habitación, el instituto, Delia...

Salí entonces de mi ensoñación.
- ¿Vas a dejar a Delia sola o también va a venir? - dije sin apartar la vista del ventanal.

Delia estará bien cuidada, está con David. De todos modos, ella sabe cuidarse por sí sola mucho mejor que cualquier otro humano.-hice una pausa - ¿Salimos mañana para Italia?

- Tendré que pasar antes por casa y por el colegio. -dije agachando levemente la mirada.- ¿Seré capaz de ir y no abalanzarme sobre ningún cuello?

Antes de meternos en el avión cenaremos-dije sonriéndole.