El cuervo y la loba (Damon y Leah)

Me di cuenta de que Leah me seguía, así que cuando llegué al bosque volví a la forma humana esperándola apoyado en un tronco.

Corría tras él, creyendo que no me había visto así que cuando descendió me limité a escudriñarlo tras unos arbustos. Entonces Damon me miró directamente, y comencé el acercamiento gruñendo.

La esperé paciente, con una sonrisa pícara en los labios. En verdad esa mujer era realmente salvaje. Habían pocas chicas como ella en el mundo, y esas siempre despertaban mucho interés.

Siendo una perrita no puedo comunicarme contigo. No entiendo el idioma de los gruñidos- Dije poniendo la mano a modo de garra y gruñiendo de forma cómica

Tenía razón, no podía gritarle todo lo que quería en esa forma, y si me molestaba demasiado era posible volver a entrar en fase y pegarle un buen mordisco en su trasero vampírico.

Pero de repente me di cuenta de que estaba totalmente desnuda, con la rabia que me había obligado a salir disparada detrás de él ni me había acordado de atar mi camiseta a la pierna derecha como era costumbre. Tenía la opción de marcharme, pero quería escupirle a la cara todo el odio que me había echo sentir, humillarlo tanto como lo había echo él conmigo.

Me escondí tras los arbustos y salí de fase, y oculta tras las ramas intenté no moverme mucho.
Ey pajarraco...necesito tu chaqueta, aunque estará llena de peste...lánzamela o no podré darte una paliza en condiciones....- le pedí cínicamente -

No pude evitar sonreir y guiñarle un ojo - ¿Tienes vergüenza? - le pregunté mirándola, intentando asomarme para verle el cuerpo

Como se te ocurra la genial idea de acercarte, juro que será la última cosa que veas por el resto de tus días...-amenacé nerviosa -
No tengo verguenza alguna de mi cuerpo, pero deberíamos estar en igualdad de oportunidades para hablar. Además yo desnuda no me siento demasiado cómoda...no me obligues a quitártela Damon...- susurré por lo bajo, muerta de la rabia -

No quería que me viera así, aumentaría mi humillación, además nunca nadie me había visto desnuda, ni siquiera ninguno de mis amigos licántropos, y eso me hacía sentir cohibida y limitada.

Me quité la chaqueta y la tiré a mis pies. De poco le iba a servir, no era muy larga. En cambio, mi camisa le taparía más.

Me desabroché los botones y en menos de un segundo estaba detrás de Leah, poniéndole la camisa sobre la espalda. Yo me encontraba con los ojos cerrados, pero sin perder la sonrisa.

Gracias supongo...- dije acomodándome aquella camisa tan delicada -
¿Sabes que no te la devolveré no? - pregunté al ver lo cara que era, mienras lo miraba de reojo -

Bueno, y ahora llámame a la cara eso de "perrita", porque creí que nos respetábamos el uno al otro...pero ya veo que una vez más me he equivocado...- le inquirí al tiempo que le daba empujones hacia atrás, en su pecho desnudo y pálido -

Abrí los ojos con el primer empujón. Fuí frenando con facilidad los golpes.

Te lo digo con todo el cariño del mundo. Y con todo el respeto del mundo. Creemé una mujer como tú, es muy respetable- respondi sonriendo

¿Pues sabes que no me ha parecido que tu gesto me haya mostrado respeto? Paso lo del insulto, pero de ahí a que me revuelvas el pelo...- dije haciendo un gesto de negación con los brazos -

He cedido en lo que me has pedido con respecto a David, así que ahora quiero pedirte yo otra cosa y cerremos el trato...- dije muy seria -

Pide por esa boquita-dije mirándola, cruzándome de brazos

Bueno en realidad son dos cosas mejor dicho. Primera: no vuelvas a pasearte por la reserva, sólo o acompañado, bajo ninguna circunstancia, porque no quiero cogerme estos mosqueos tremendos cada vez que te veo, porque creo que no me lo merezco.
Y la segunda es más bien una pregunta: ¿cómo te transformas en cuervo? ¿eres un híbrido entre metamorfo y vampiro? - pregunté muy curiosa pero disimulando para hacerle ver que no me importaba lo más mínimo -

Leah, a mí me gusta ir a visitarte-dije poniendo cara de niño bueno - Lo del cuervo... es una habilidad propia... imagino que el proceso debe ser similar al vuestro.

Pues que quede claro que a mí no me hace ninguna gracia que me visites, y aún menos encontrarte bajo mi ventana...- fruncí el ceño, aunque en el fondo casi me hacía reír con sus sandeces y su chulería ocasional -

Y verdaderamente estoy interesada en saber cómo tienes ese poder de transformación, aunque supongo que será algo así como tu don vampírico...- hice un gesto de orgullo con la mano -
Bueno aclarada tu falta de información sobre este tema, y en vista de que no me quieres contar nada, intuyo que nuestra conversación se ha acabado, así que me vuelvo a casa.
Y Damon te recuerdo lo de mantenerte alejado de aquí...- dije mientras le hacía un ademán con la mano y lo miraba de medio lado-

¿Por qué no quieres ser mi amiga?-pregunte haciendo pucheritos y poniendo cara de niño bueno

Básicamente porque mi instinto me grita que te mate, sería una amistad peligrosa para ti...- respondí riendo por su impertinencia -

Me gusta correr riesgos. A demás... antes sólo querías matarme a toda costa. No podíamos cruzar ni dos palabras... Y ahora estamos hablando civilizadamente. Es un buen comienzo ¿no?-sonreí

Bueno yo también sé comportarme, no soy tan salvaje, pero no quiere decir que no desee estrangularte ahora mismo Damon. No tientes a la suerte, ni te confíes...- afirmé mirándolo de frente-

Cuida de Delia cuando esté en la reserva. Te hago responsable de ella. Y por favor, ven a buscarme si hay algún tipo de peligro. Por pequeño que sea. No se le puede acercar ningún vampiro-dije totalmente serio

Eso sí que puedes dejarlo en mis manos Damon, a Delia no le tocarán ni un pelo tus amiguitos....y yo no soy tu informadora de la Push, soy tu enemiga.... - afirmé contestando a su osada petición de información -

No podía entender por qué Damon siempre acababa por sacarme de mis casillas, ya era frenética por naturaleza pero él se las arreglaba para dar con la idea que más me enfurecía a cada momento.

Leah, hay vampiros contra los que no podéis pelear sin mí. Si vana por Delia, pelearé de vuestra parte. Pero si es por otros motivos y atacáis a los de mi raza sin motivo, iré con los d emi raza-afirmé

Lo que tú digas Damon, pero sabes que nosotros no necesitamos vuestra ayuda...- dije sobrada, demostrando mi orgullo lobuno -
Permíteme decirte que los de vuestra especie sois un poco hipócritas...si temes a los Vulturi y los odias porque quieren hacer daño a Delia...¿por qué confías en ellos y los defiendes? Piénsalo mientras te acuestas a dormir en tu cama de terciopelo...- dije molesta -

El terciopelo es del siglo 13, estamos en el 21. No les temo, pero hay unas normas y tuve que hacer un pacto a cumplir sobre Delia, para poder tenerla conmigo.-respondí

No entiendo vuestras normas o pactos, lo importante para mí es la vida humana...y si ellos no la respetan, la guerra con nosotros empezará.
Lo siento Damon, no quiero juzgarte, sólo es mi opinión ...- susurré arrepentida por tocar el tema de su sobrina, parecía que realmente le afectaba -
Comenzaba a ablandarme y a enfurecerme a partes iguales.

Recogí mi chaqueta y se la puse a Leah sobre los hombros - Te vas a enfriar con sólo la camisa - dije de forma protectora.