Salón de la casa

- Supongo que tu abuela no sigue viva, ¿verdad? ¿o sí? Porque si pudieses hablar con ella sería genial... - dije arqueando una ceja algo cauteloso.

No lo sé David... sólo conozco a Damon... No tengo familia, al menos que yo sepa...-susurré

- A menos que tú sepas... - dije frunciendo el ceño- Y no quieres llamarlo para preguntarle, ¿verdad? ¿Quieres buscar en Internet? Igual sale algo, Mr.Google es muy listo - dije guiñándole el ojo.

¿Tú crees?-pregunté alzando una ceja y sirviéndome otro vaso de agua bebiéndomelo - ¿En Mr. Google sale todo sobre vosotros? -hice una pausa dejando el vaso sobre la mesa - Quiero decir...Sobre vosotros en concreto, los QUileutes

- Algo hay, parte leyenda, parte chisme... pero como todo. Algo de lo que leas tendrá que ser cierto, digo yo, ¿no? - dije encogiéndome levemente de hombros.

Me levanté y me dirigí hacia mi habitación para salir con un portátil poniéndolo en la mesilla delante del sofá y ofreciéndoselo a Delia.

No sé por dónde empezar...-Dije poniéndome el último vaso de agua de la jarra y bebiéndomelo. Pasé mis dedos por la oreja, sujetándome el pelo tras ésta

- Pon tu nombre, busca la historia de tu familia... no sé... y luego ya veremos... o también puedes optar directamente por poner 'brujas' aunque igual te sale Harry Potter... - dije pasandome la mano por la barba.

Miré a David y luego al portátil. Me acerqué al filo del sofá y puse mis dedos sobre el teclado - Brujas + sumerias + visiones + marca - dije tecleándolo y dándole al enter.

Tomé un sorbo de agua y miré expectante la pantalla del ordenador. Los segundos se me hicieron eternos. De repente miles de resultados aparecieron sobre la pantalla blanca. Ahora sólo quedaba cribar informacion.

Buffy Cazavampiros... Harry Potter... Jóvenes y brujas... No veo nada Dave... Todo son artículos de ciencia ficción-comenté

- Prueba a buscar tu nombre o tu apellido. -dije echándome levemente hacia delante.- O prueba a quitar de la búsqueda la palabra 'brujas'. Igual lleva a confusión - dije encogiéndome de hombros.- Aunque podías poner alguna fotito de Buffy- dije guiñandole el ojo.

En ese momento se me ocurrió que podría buscar el significado de mi marca - ¿Se te da bien dibujar? - pregunté quitándome la chaqueta y desabrochándome los botones de la camisa para quitármela.

- Puedo intentarlo.- dije levantándome y sacando de un cajón un pequeño bloc de hojas blancas y un bolígrafo negro.- ¿Quieres que te dibuje posando desnuda? - pregunté divertido arqueando las cejas.

Quiero que dibujes el tatuaje que está en sumerio-respondí quitándome la camisa y quedándome en sujetador en la parte superior. Mientras dejaba que David empezase a dibujarlo, tecleé en el ordenador ''Traductor sumerio'' y accedí a una web de traductores online.

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Esa tarde había decidido acercarme hasta el lugar de reunión de la manada, para tratar ciertos temas de protección y estrategias. Y como no podía ser de otra forma ese lugar era la casa de Sam. Ignoré todo el rato sus órdenes, mirando deliberadamente hacia la ventana. Lo hice hasta que escuché algo sobre el nuevo licántropo en la reserva, y que seguramente había tenido un percance con alguien, ya que había sacado a una chica medio muerta de su casa. Un estremecimiento recorrió mi espalda, obligándome a levantarme de un salto, al mismo tiempo que la silla caía hacia atrás con un estrepitoso ruido.
¡Mierda sois unos idiotas! -grité enfurecida- ¿Le habéis ayudado? -todos negaron con la cabeza temerosos-
Emití un pequeño grito, y salí corriendo hacia la casa de David a unos pocos kilómetros de la de Sam, esperando que Delia estuviera viva y no convertida en un pequeño monstruito.
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Al llegar el olor de David lo copaba todo, así que me acerqué hasta su puerta y los vi a través de la ventana. Aparentemente estaban tranquilos, pero aquello era muy raro, así que aporreé su puerta con fuerza.

Comencé a garabatear en el cuaderno los símbolos que llevaba dibujados. Me acerqué para confirmar lo que dibujaba, deslizando mis dedos con cuidado por las zonas que no estaban irritadas.
- Ya está... - dije entregándole el papel y dándole un beso cerca del tattoo.

Gracias- susurré mirando hacia la puerta cuando sonó - Es la chica de la playa - dije desinteresadamente y respondiendo casi de forma automática, como si la hubiese visto llegar, aunque eso era imposible.

Fui introduciendo palabra por palabra y anotando su significado debajo de cada palabra.

Arqueé una ceja ante el comentario mientras olfateé el aroma de Leah. Me levanté y le abrí la puerta.
- Buenas, ¿te puedo ayudar en algo? - dije sonriendo sarcásticamente apoyado en el marco de la puerta sin dejar hueco para que pasase.

No necesito nada, soy la butanera que te viene a traer el suministro no te jode...-gruñí saltando intentando ver tras de él- Me han avisado de que has tenido un problema con Delia...¿por qué estaba desmayada David? -pregunté enfrentando amenazadoramente mi cara a la suya, aunque era más alto que yo lo que me obligaba a ponerme de puntillas-
¿Delia estás bien pequeña? -pregunté en un tono de voz elevado sin moverme ni un centímetro-

Me levanté mientras el traductor traducía la marca y me acerqué a la puerta apoyando mi barbilla en el hombro de David - Hola Leah, estoy bien, gracias - respondí sonriente

- Tiene algo de fiebre. Supongo que cogería frío la otra noche en la fiesta de la playa... - dije sin moverme del sitio mientras agachaba lentamente mi cuello acercándome a ella. - ¿Alguna cosa más, doña chismosa? - concluí sonriendole a escasos centímetros de su cara.

No soy una chismosa, sólo me preocupo por la gente a la tengo el deber de proteger. -hice un giro totalmente ofendida-
Después miré de reojo a Delia, y vi cómo volvía a sentarse frente al ordenador. No podía marcharme sin corroborar que todo iba bien, así que me agaché y oteé entre el espacio que quedaba entre las piernas de David.
Y entonces lo vi...aquel dibujo en su espalda...
Y reprimí inconscientemente un grito de sorpresa, mientras me tapaba la boca con la mano.

Alcé la mirada hacia Leah con semblante serio y luego regresé la mirada al portátil - Dave... no se puede traducir - dije ignorando la presencia de Leah. Entonces busqué en google la frase y me aparecieron varias referencias que no conseguía entender. Pero que tenían algo más de sentido.

- ¿Qué pasa? - pregunté a Leah al ver su reacción- Sabes lo que es, ¿verdad? -dije sonriendo maliciosamente ante la evidencia en su cara.
Me giré a Delia.
- Cariño, prepara un té que Leah va a entrar un ratito a charlar- dije mientras la cogía del brazo y la metía dentro de la casa cerrando la puerta casi de un portazo.

Estaba tan atónita que ni me había dado cuenta de que David me había metido en su casa, y permanecía mirándome inquisitivamente. Recordaba aquel símbolo, lo había visto un par de veces dibujado por mi abuelo cuando era niña.
Solía contarme leyendas e historias fantasiosas, y siempre se acompañaba de su pequeña varita de madera con la que trazaba pequeños dibujos en la arena, con los que ilustraban su historia.
Aquel dibujo me alertaba por lo inquietante de la historia, ya que sólo significaba una cosa: la mujer que tuviera esa marca en su piel dominaba un elemento natural, y según la leyenda era una de las armas más letales contra la raza vampírica. Era una bruja con una legendaria estirpe, estaba en peligro.

¿No estás demasiado preocupado David? Pues deberías empezar a temer por la vida de Delia...si es cierta la leyenda que me contaba mi abuelo...-afirmé nerviosa-