Salón de la casa

- No serías mi comida... serías mi juguete. No te quiero morder, sólo quiero jugar- dije con mirada pícara mientras me acercaba a sus labios.

Ahhh, así que soy tu muñeca hinchable... genial-dije poniendo mis manos en su trasero y apretándolo contra mí

- Hinchable no, que te puedes pinchar... - dije divertido mientras cedía ante sus caricias.- Aunque todavía estas a tiempo de escapar... - susurré mientras levantaba su barbilla observándola.

Creo que prefiero quedarme bajo las fauces de un lobo feroz- sonreí mordiéndole el labio inferior haciendo un gruñidito

- Si eres peor que yo... - dije levantándome de golpe de la mesa con Delia en brazos y tirando todo lo que había en la mesa al suelo de un manotazo y dejándola sobre ella mirándola divertido.- ¿Y ahora qué, Caperucita?- dije inclinándome y deslizando mi lengua por su cuello.

Me quedé de piedra cuando David hizo eso - Vaya... esto es como en las películas - dije incrédula - Estoy soñando ¿verdad? Seguro que esto es una fantasía erótica que estoy teniendo en sueños

Me aparté levemente, apoyándome sobre la mesa y sin poder aguantar la risa.
- Dels, sabes que acabas de romper el momento con ese comentario, ¿no?- dije sin poder parar de reir.

Pues déjame que lo recupere-sonreí traviesamente, lo agarré de la camiseta y tiré con fuerza de él hacia mí. Enrosqué mis piernas en su cadera y empecé a besarle con deseo, casi sin pararme a respirar

Sonreí ante la reacción de Delia dejándome llevar. Apoyé un brazo para no dejar caer todo mi peso sobre Delia. Comencé a besarla por el cuello hasta llegar a la oreja que mordisqueé levemente.
- ¿Te aprecias la ropa o te la arranco también?- dije gruñendo.

No tengo ropa para cambiarme mañana, así que no me la rompas...-susurré tirando de la camiseta de David para quitársela

- Pues ya tardas... - dije con la voz grave mirándola maliciosamente mientras deslizaba mis manos por su cintura.

¿Quieres que te haga un Streeptease?-le propuse

Arqueé una ceja confuso.
- Estas de broma, ¿no? - dije mientras esa confusión se iba tornando una sonrisa perversa de satisfacción.

Negué - Para nada, si quieres puedo hacértelo. No se me da mal bailar - sonreí pícaramente

Sin decir nada más me senté corriendo en la silla expectante, como un niño la mañana de Navidad. Sonreí nerviosamente mientras cogía un dorito del suelo y me lo comia.

Me levanté - Pon un poco de música bailable - le dije sonriendo

- Tus deseos son ordenes... - dije mientras me acercaba y ponía un disco con música en el reproductor.- Puede salir cualquier cosa.- dije encogiéndome de hombros.
En ese momento comenzaron a sonar los primeros acordes...

Muse... ¡me encanta!-exclamé empezando a contonearme sensualmente, mirando a David sonriéndole.

Vi como Delia se contoneaba. Cada vez tenía más ganas de cogerla y atraerla junto a mi, pero debía de dejarla bailar. Respiré hondo. Cada centímetro de mi buscaba cogerla, tocarla... pero ahora mismo no debía, debía dejarla bailar para mi.

Empecé a desabrocharme la fina camisa y sacando los brazos por las mangas contoneándome. Una vez me la quité me acerqué a David pasándola por su nuca y bailando delante de él de forma insinuante.

Ahora lo único que podía hacer era deleitarme con Delia frenando mis impulsos de tumbarla nuevamente sobre la mesa.

Seguí desnudándome y contoneándome hasta que quedé en ropa interior y me acerqué a David arrodillándome en el sofá, dejando sus piernas entre las mías - ¿Quieres que siga?...¿O prefieres terminarlo tú? - pregunté rozándole con mis labios los suyos.

- Ya que estás... dejemos a ver por donde sale la stripper principiante... - dije arqueando una ceja divertido a la vez que excitado.

Suspiré levantándome de encima de él y quedando cerca suyo. Me di la vuelta dándole la espalda y continuando con mis contoneos, me desabroché el sostén y me lo quité lentamente, primero bajando un tirante y luego el otro. Tapándome con el brazo los pechos me giré tirándole al pecho el sostén sonriéndole mientras con la mano libre jugueteaba con el elástico de las braguitas - ¿Por qué no me las quitas tú? Con... los dientes - le propuse bailando semi girada, dándole la espalda, y dejando que mi larga melena me cubriese el pecho.

- ¿Con qué dientes prefieres?¿Los de persona o los de lobo? - dije mientras acercaba mi nariz a su cadera y la acariciaba con mi nariz con cada movimiento sinuoso de su cuerpo, dejandome llevar por su aroma.