Salón de la casa

Ambos llegamos a la casa de David, entramos y miré a mi alrededor, era bastante acogedora y pequeña. Mucho más acogedora que la de Damon.

Me quité la chaqueta dejándola sobre el respaldo del sillón, junto con el libro y mi bolso. Me giré mirando a David - Hablas de eso de la Imprimación como si fuese cierto - comenté en tono serio, apoyándome en el sillón

- ¿Por qué no tendría que serlo?-dije divertido.
Había oido hablar de la imprimacion a los ancianos de la tribu. El caso es que yo, como licántropo podia y debia imprimar a quien eligiese para proteger y pasar el resto de mis dias con esa persona. Esboce media sonrisa. Sabia como hacerlo y creia que el momento habia llegado.
- ¿Quieres tomar algo?¿Cafe, te, agua, zumos...

No, nada, estoy bien, gracias. - me senté en el reposabrazos del sillón cruzando una pierna sobre la otra - ¿Qué se supone que debe ser eso? POrque con ese nombre... Más bien parece que los lobos tengan que comprarse una impresora- dije riéndome.

Me quedé embobado contemplando su sonrisa.
- No se porque no sonries mas a menudo-añadi como si tal cosa- La imprimacion consiste en 'marcar-dije haciendo comillas con los dedos de ambas manos- a la persona a la que vas a proteger y amar durante el resto de tus dias. Romantico, ¿eh?

¿Le orinan o algo encima? Puajj, qué desagradable. A saber cómo marcan esos lobos de vuestras leyendas- dije sacudiéndome a modo de repelús.

- Segun me han dicho, así...
Me acerque a Delia y puse mis manos sobre sus mejillas, las deslicé hasta su cuello y me acerqué aspirando su aroma hasta que mi nariz rozó el borde de su mandibula.
Me aparté respirando entrecortadamente, tenía ganas de transformarme en ese preciso momento, pero no queria asustar a Delia. Conseguí controlarme y permanecí quieto mirandola a los ojos. Parecía que la imprimación había tenido exito.

Me quedé mirando a David con cara de póker, mi corazón latía con fuerza. Por suerte, la situación me resultó cómica, y empecé a reirme, apartándolo de mí del mismo modo que hice en la librería.

David, eso, se llama flirtear. No imprimar-seguía riéndome.

- Bueno, había que intentarlo...-dije encogiendome de hombros y sonriendo nerviosamente.
Me giré hacia la estanteria del rincon.
- Allí tengo unos cuantos libros que te podrian interesar sobre leyendas quileutes, incluso hay un original que tiene mas de 200 años. - dijo pagado de si mismo.

Prefiero que me las cuentes tú - le sonreí levantándome y sentándome en el sofá indicándole con la palma que se sentase conmigo.

Cogi un par de libros de la estanteria y el estuche donde guardaba el original que tenia mas de dos siglos. Me acerqué al sofa y me sente pegado a Delia.
Abri los libros y fui mostrandole las ilustraciones y hablandole a cerca del origen de los quileutes y sus guerreros-lobo, la imprimacion, los bosques de La Push...
- Como verás es un tema apasionante. Yo me enamoré de esta cultura nada más verla. ¿No te pasa lo mismo a tí?

Mientras David me contaba las historias, yo le escuchaba y le miraba fijamente sin perderme detalle de nada. Me gustaba aspirar su aroma, aunque pareciese una tontería, me resultaba tranquilizador y agradable.

Negué levemente ante su pregunta - No exactamente, no me enamora la cultura. - en ese momento sentí un ligero mareo, cerré los ojos y la imagen de Damon frente a una manada de Lobos descomunales vino a mi cabeza. Me llevé la mano a la frente respirando profundamente, abrí los ojos parpadeado varias veces y resoplando.

- Como habrás comprobado yo no soy de aqu... ¿Delia?¿Te encuentras bien? -dije apartandome levemente y cogiendola de la muñeca- ¿Delia?¿Te traigo un poco de agua? Delia, contesta... -dije empezando a ponerme algo tenso.

Tranquilo, estoy bien-respondí algo confusa - David, ¿tu crees que es posible que las personas tenga habilidades que se consideran muy poco comunes?

- Por supuesto, todos tenemos algo... especial que nos diferencia del resto y en ocasiones hay personas que tienen algo más especial que el resto. Puede que no haya demasiadas, pero las hay... - dije mirando por la ventana hacia el infinito.

A veces... tengo como una especie de flashes que no se muy bien porqué se producen... A veces son imágenes de algo que ha pasado, y otras veces es de algo que va a pasar... Incluso se ha dado el caso de cosas que están ocurriendo-dije mirando la mano de David que seguía sobre mi muñeca - David... por favor, sé sincero, totalmente... ¿Son ciertas esas leyendas? - le pregunté, ya que durante el segundo que duro esa visión, sentí angustia y miedo, y no eran precisamente por Damon, sino por otra persona que estaba allí y no lograba reconocer.

Permaneci inmovil con la mirada hacia el suelo y mis codos apoyados sobre las rodillas. Estuve un instante asi. Luego mire a Delia.
-¿Tú crees que son ciertas?- pregunté mientras me ponia en pie.

Podía sentir como mi respiración se aceleraba y como mi corazón palpitaba más fuerte. Asentí levemente, algo en mi interior me decía que eran ciertas y que eso que había visto en mi cabeza hacía unos segundos, no eran simples lobos de bosque. Mi mirada seguía a David, estaba empezando a ponerme nerviosa.

Me acerqué a la ventana y me apoyé en el marco.
- Delia, no te asustes. Los hombres lobo quileutes son guerreros que protegen a la tribu, son los herederos de los dioses... no hay que temerlos...-dije cariñosamente.

Me levanté del sofá y caminé hacia David situándome detrás de él. Tenía el presentimiento de que esto no iba a terminar bien, necesitaba, no, sentía el impulso de contarle lo que había visto.

David... He visto a mi tío... cara a cara con un lobo de un tamaño descomunal....- respire profundamente bajando la mirada.

Desvie la mirada.
-Delia, tendras que decirle a tu tio que no se adentre en el bosque- dije fingiendo despreocupacion y encogiendome de hombros.

Avancé hasta colocarme a su lado mirándole fijamente - Damon no estaba solo, vi dos figuras más a su lado. - le dije apoyando la mano en el marco de la ventana

- ¿Reconociste esas figuras? - pregunté desconfiado. Empezaba a preguntar demasiado y no sabía si seria capaz de ocultarselo por mucho tiempo.

Cerré los ojos intentando recordar la imagen - Creo que eran dos mujeres.. una estaba a su lado y la otra permanecía unos pasos por detrás... E...Eran rubias... Pero no estoy segura, está muy oscuro - concluí abriendo los ojos y mirando a David a los ojos

Me acordé de la pelea del día anterior. El vampiro con las otras chupasangres invadiendo nuestro territorio. Aprete la mandibula y contuve mi ira.
- Delia, será algun tipo de ensoñacion sin importancia. No tienes de qué preocuparte.