Abatido....volviendo de la fiesta de Leah (para mayores de 18)

*me refregué el cuerpo a medias, seguía siendo una especie de zombie...lavé mi cabello con la mirada perdida y cerré el agua caliente para que el agua fría me despabilara un poco...muy a mi pesar no lo conseguí.... cerré totalmente el agua y tomé un toallón blanco de tela afelpada, me lo coloqué alrededor de la mitad baja de mi cuerpo y salí al living sin preocuparme otra vez la limpieza del hogar. Mojé el suelo de madera lustrada con mis huellas empapadas...caminé así hasta los sillones y me quedé con una mano apoyada sobe el respaldo de uno de ellos....no sabía qué hacer a continuación...*

-solo....

*susurré....Sacudí un poco el agua de mi cabello y caminé con paso lánguido hacia mi dormitorio, donde me desplomé sin más remedio sobre mi cama aún tendida...*

Decidí tomar el primer vuelo con dirección a Phoenix, y después de hacer una pequeña maleta a toda prisa salí pasado el mediodía en dirección al aeropuerto.
Después de un par de horas de vuelo, y otras tantas de espera previas, llegué ya entrada la noche al caluroso estado de Phoenix, y por un momento eché de menos el ambiente nublado y tranquilo de Forks.
Ahora tenía que dar con Brad, así que me eché la mochila al hombro y vagué por sus calles intentando olfatear su rastro. Aquel sitio era enorme, y pasé bastante tiempo distinguiendo pistas, hasta que a las afueras de la ciudad su suave aroma me inundó los sentidos.
Su casa era un precioso chalet con enormes ventanales, totalmente iluminado y transparente. Me senté un minuto en la acera, reflexionando acerca de cómo iba a saludarle, o qué iba a decirle.
Hola soy Leah, he venido para que me ayudes porque tengo el corazón destrozado y creo que eres el único que puede ponerle una tirita….o mejor aún: no sé cómo remendar la herida de Jeremy, ¿tú sabes cómo deshacer una imprimación? Porque no sé si sabías que soy una licántropa y tal…

Me encontraba razonando sóla y rascándome la cabeza, cuando oí movimiento en la casa. Venga Leah, es la hora…coméntale que has venido a visitarlo y que…-pensaba mientras me erguía e iba hacia su puerta-
Levanté la mano y llamé dos veces con un golpe seco. Toc, toc .
Y de repente una idea aterradora pasó fugazmente por mi mente. ¿Y si Brad no estaba sólo? ¿Qué le vas a decir Leah? Huye...

Pero entonces aquella puerta se abrió…

Él estaba allí, despeinado, en pijama,acabado de levantarse y más irresistible que nunca. Entré automáticamente, y permanecí en el hall con la cabeza agachada y las manos cruzadas tras la espalda, hasta que me decidí a mirarle…y me sentí totalmente avergonzada y anonadada.
El tiempo que transcurrió desde que nuestras miradas se cruzaron, hasta que me decidí a tartamudear un simple “H-Hola…” me pareció toda una eternidad.

Después entendí que no debía permaner callada, ya que había venido a buscarlo como una necesidad vital. La razón: había pasado diez días sin ser capaz de olvidar su tacto sobre mi piel, su calidez entre mis brazos, y el eco de sus palabras tiernas dentro de mi cabeza.
Él representaba todo mi consuelo, era como una extraordinaria medicina para mi corazón. No era capaz de entender o razonar por qué tenía todos aquellos sentimientos hacia él, pero anhelaba estar a su lado hasta comprenderlos. Sabía perfectamente que sólo él tenía el poder de obligarme a creer en el amor de nuevo, el cual iba y venía en mi vida como una lotería. Y ya estaba más que harta de no tener derecho a ser feliz.

Perdona que te moleste, pasaba por aquí y decidí venir a verte…-sonreí nerviosamente, moviendo mi rostro de un lado a otro- Pero, si estás ocupado me marcho, tampoco quiero ser inoportuna…-afirmé levantando las manos a modo de disculpa, e intentando identificar algún rastro más dentro de la casa-

Seguí a la cocina a Brad, mientras observaba cada pequeño detalle de su anatomía desde atrás. Su pelo revuelto lo hacía salvaje, su 1,90 lo hacía parecer un torreón de la naturaleza, me provocaba saltar de nuevo sobre sus amplias espaldas, y posar la mano donde la espalda pierde su casto nombre...pero de repente el sonido de un disco rayado sonó en mi cabeza.
Leah compórtate, ¿qué demonios te está pasando? Si tú nunca has deseado así a un hombre...-pensé dándome cuenta de que no podía evitarlo-

No te preocupes, es tu casa y puedes ir por ella descalzo, en pijama o hasta vestido de marinero...aquí la intrusa soy yo. Discúlpame, debí de haberte llamado antes de venir...pero es que necesitaba verte y...-contesté dudando-
¿Qué iba a pensar Brad? Tan sólo hacía dos semanas que me había dicho que le gustaba, y yo me había quedado alucinada y sin saber cómo responder. ¡Por el amor de Dios, si hasta le había dicho lo mucho que amaba a Jeremy! ¿Qué iba a decirme? Definitivamente, que era una desequilibrada mental o algo similar. Sin embargo, ansiaba tanto sentir uno de sus abrazos que no podía evitar acercarme a él, atraída por una fuerza más allá de mi razón.

Sé que te estarás preguntando lo que hago aquí, a varios cientos de kilómetros de mi amada Reserva...pero me he dicho, ¿quién prepara los mejores manjares del mundo? Y me ha venido a la cabeza tu imagen...así que como me has dicho que podía venir cuando quisiera pues he venido...y claro no sé si molesto a tu amigo Chester, o si tenéis trabajo, porque si quieres vuelvo en otro momento, puedo buscar un hotel y ver la ciudad, no sé...-comencé a hablar aceleradamente, mientras sentía como si el corazón se me fuera a salir por la garganta-
Continué balbuceando evitando mirar a Brad, mientras movía las manos a un ritmo vertiginoso y reía histéricamente, sin darme cuenta cómo al mismo tiempo, las lágrimas se mezclaban en el monólogo, y resbalaban a borbotones por mis mejillas sin poder evitarlo.

Sentí su abrazo en torno a mi cuerpo como una bocanada de aire fresco, alentador, cálido y a la vez regenerador. Permanecí unos minutos en silencio, saboreando aquella sensación.
Sin separar la cabeza del pecho de Brad, cerré los ojos y comencé a hablar en susurros.
Jeremy se ha ido, después de nuestra conversación en el porche aquella noche...no da señales de vida, me ha abandonado...sé que no tengo derecho a venir aquí, nada justifica que te haga daño con mis tonterías...pero eres la única persona en la que he podido pensar desde aquella noche. Me siento morir, siento que nada de lo que he vivido es real, que todo lo que ha ocurrido con Jeremy es mentira...No puedo entenderlo, pero tampoco sé si quiero justificar que me haya abandonado sin un motivo...
Después de intentar resumir lo que sentía, seguí sin soltarme del abrazo de Brad, creyendo que él me odiaría después de todo lo que acababa de contarle, y eso me estaba hundiendo.
No quería levantar la vista en busca de apoyo, y en lugar de eso ver su cara de repugnancia hacia mí, o que creyera que era mi paño de lágrimas porque no era así. Me hacía sentir bien, aunque fuera una actitud muy egoísta por mi parte.

*escuché con atención su relato y las palabras me fueron dando invisibles bofetadas una a una a medida que las pronunciaba...ninguna de las suposiciones que había contemplado como razón de su visita eran ciertas...es más, ni siquiera se aproximaban a lo que acababa de decirme... Me quedé un largo minuto pensando sin soltarla de entre mis brazos, me encantaba estar así, sentía como que la protegía...y tenía un aroma delicioso...
No sabía que dirección debía tomar mi contestación..."intento de consuelo para ella o descarga de ira hacia quien la hacía sufrir"... Supuse que lo primero sería lo que ella necesitaba, ya que no creía que tuvise ganas de acumular más sentimientos negativos...entonces exteriorizé mis suposiciones antes de pensarlas demasiado...*

-No pudo habernos oído hablar..estabamos muy lejos de tu casa y él estaba en el interior con la música fuerte....es imposible...tiene que haber alguna otra razón...¿su familia es de La Push? ¿has hablado con alguno de ellos?

*le pregunté preocupado, pues era muy extraño que la pareja de alguien se marche por más emergencia que tenga y la deje sin aviso o contacto alguno....¿10 días habían pasado?...era muy extraño, la separé un poco de mi sólo para poder tomar contacto visual y hablé con firmeza*

-y no digas más que son tonterías...cualquier cosa que quieras venir a contarme es importante para mí, más si es algo que te hace daño....

*y volví a sujetarla entre mis brazos*

Su mirada tierna me transmitía toda la calma que necesitaba, sabía que ir a Phoenix a verlo había sido mi salvación. De nuevo me escondí en su pecho, aguantando las ganas de llorar y de gritar.
He hablado con todo el mundo Brad, y nadie sabe nada de él, pero tampoco les preocupa. Sinceramente pienso que su plan era dejarme sóla, e intuyo que es porque oyó nuestra conversación…créeme, tiene buen oído.
Y la verdad, estoy muy dolida, porque ni siquiera ha tenido el valor de decirme las cosas a la cara, sé que se dio cuenta de que dudaba de mis sentimientos, y por eso me dejó el camino libre…así funcionamos los licán…-afirmé y callé un segundo, al darme cuenta de que no podía desvelarle más secretos-
Quiero decir, lo primero para los de nuestra raza, es la persona a la que amas, e intentas que sea feliz a cualquier precio…incluso desapareciendo sin dejar rastro de la vida del otro. Es difícil de explicar, una sinrazón, pero actuamos así…Jeremy ha visto más allá de mí, y se ha apartado. No sé si me entiendes, porque ni yo misma soy capaz de aclararme con respecto a ti…-susurré, y cerré con fuerza los ojos angustiada por su reacción-

Y de repente una idea pasó arrolladoramente por mi cabeza: ¿Acababa de declararme a Brad? No entendía por qué necesitaba estar a su lado con tanta urgencia, por qué había dejado todo para venir a verlo, y por qué me dolía menos pensar en Jer cuando estaba entre sus brazos. Cerraba mis heridas de una forma extraña y fulminante, pero ¿qué me estaba pasando? ¿estaba enamorada de Brad? ¿había fallado la imprimación?

Comencé a respirar agitadamente al mismo tiempo que le daba vueltas a estas ideas, y me solté del abrazo de forma nerviosa, evitando mirarlo a los ojos.
Lo siento mucho, no tenía que haberte molestado, lo único que sé hacer es meter la pata contigo…gracias por escucharme, gracias por aguantarme, yo…-balbuceaba agitada y entrecortadamente mientras me ataba la mochila a la espalda y me dirigía veloz a la puerta de entrada, intentando huir de mis sentimientos-.

Me senté en el sofá, arropada por los nervios y la preocupación de Brad. Realmente era la persona más atenta que había conocido, y me sentía totalmente tranquila a su lado. Nadie me había transmitido esa sensación en toda mi vida, y eso me hacía extrañamente feliz.

Cuando volvió con el vaso de agua lo cogí mientras mi pulso temblaba inconscientemente. Bebí de un trago, y carraspeé intentando aclararme la voz. Después le devolví el vaso, y por un segundo nuestros dedos se rozaron suavemente. La sensación de que una corriente eléctrica me traspasaba desde la mano hacia el resto del cuerpo me hizo temblar, y solté el vaso sin darme cuenta.

Hizo un estruendo sordo cuando se rompió en cien mil pedazos, pero fui incapaz de verlo ya que mis ojos se encontraban perdidos en el fondo azul de los de Brad. Multitud de sensaciones recorrieron mi corazón, desde la calma más absoluta, hasta el deseo más frenético…y, acompasadamente sonaba un latido en mis sienes que me estaba volviendo loca. Entonces me di cuenta de cómo mi cuerpo de principio a fin se erizaba ante su tacto, de cómo mis brazos clamaban por sentirlo en torno a mí, de cuánto mi boca ardía por sentir la suya cerca, y de lo alto que mi ser gritaba que le dijera todo cuanto sentía y me aturdía en aquel momento.
Y, repentinamente, pasó fugaz y silencioso el recuerdo de Jeremy por mi mente. Pero…¿qué me estaba pasando? Desde luego, mis sentimientos por Brad eran distintos a los que tenía por mi supuesto imprimado, ya que con el primero me sentía humana.
No podía negar que estaba totalmente prendada de Brad, y de que todo había ocurrido poco a poco, como una fina tela de araña, entretejida hasta tal punto, que ya no me permitía luchar por escapar de ella. Pero tampoco quería huir, lo quería sólo a él y lo más extraño era que no me sentía en absoluto culpable.

E-El va-vaso…se ha roto, lo-lo siento…-tartamudeé obligándome a apartar la mirada de la suya y sintiendo un escalofrío-
Entonces por inercia, eché mano de los cristales sin pensar ni siquiera en lo que estaba haciendo, y rápidamente un dolor punzante me atravesó la mano. Acababa de cortarme.
Auchhhhh…-dije frunciendo el ceño y sacudiendo la mano-

*Leah estaba totalmente descolocada, ni siquiera pudo sostener el vaso de agua que me devolvía... Sutilmente nuestras manos se rozaron y pode sentir su suave piel, esa que me hacía sentir un nudo en el estómago...pero agradable...era difícil explicarlo...tal vez se podría definir como algo más que atracción...¿amor era la palabra correcta? a cada minuto me quedaban menos dudas se eso... El momento de disfrute de esa sensación fue muy pequeño, ya que ella se dispuso a recoger los vidrios antes de que pudiese interponerme... Como lo había supuesto, se hirió con uno de los filos y la palma de su mano comenzó a sangrar mucho... a lo primero que atiné fue a intentar parar la emorragia con la palma de mi mano, por lo que quedamos unidos por estas....*

-Ven, vamos al baño a colocarla bajo el chorro de agua fría...que mala suerte! *exclamé*

*...y la ayudé a ponerse en pie para que me siguiera...no pude evitar pensar en que era una verdadera pena que caminaramos por la casa tomados de la mano a causa de su herida y no por un sentimiento declarado y felíz...*

Pese al corte, el dolor y lo mucho que sangraba la herida, no pude evitar estremecer de nuevo ante la calidez del contacto con Brad. Además pude percibir su suave aroma, lo que me hizo acercarme de forma disimulada un poco más a él.
Soy una torpe, lo siento...te he manchado el suelo, y ahora te mancho el pijama...como vengan los del CSI creerán que has asesinado a alguien...-bromeé mientras miraba las salpicaduras sobre el pantalón de su pijama-

Al llegar al baño Brad abrió el grifo y puso mi mano bajo el chorro, sin embargo la herida estaba prácticamente curada debido a mi condición. Abrí los ojos de par en par, dándole vueltas rápidamente a lo que le iba a contar.
Eh...pues el corte parecía más profundo, ya ves si es que soy mucho ruido y pocas nueces....-reí nerviosa y entrecortadamente para disimular- Pero bueno, más vale prevenir que curar...-aseguré cogiendo las vendas que Brad tenía ya en la mano y enroscándomelas alrededor-
Entonces me quedé con la cabeza agachada mirando hacia mi mano, el corazón desbocado, y lágrimas de frustración en los ojos, sin saber muy bien cómo seguir donde lo habíamos dejado.

*reí en un tono pincelado por la amargura, pero intenté que no se notara*

-Si, aunque quien sabe...tal vez sea un asesino de verdad, oculto tras una tabla de surf...y por el piso no te preocupes, de todas formas ya lo había manchado yo mismo con mis huellas, así que tenía que limpiarlo si o si...

*bromeé con ella hasta que llegamos al baño...abrí el chorro de agua fría y destapé la herida para colocarla bajo el mismo...me sorprendí mucho por el estado en que se encontraba...estaba rosadita en los bordes, como si fuera una lastimadura de varios días y estuviera cicatrizando ya....ella hizo un comentario bastante nervioso y no logró convencerme*

-Ahhh, si, claro, parecía más grave...

*comenté en tono un tanto irónico... había algo extraño en esto... de cualquier forma, tomé unas gasas para bendarla...como había pensado antes en la cocina "ya habrá tiempo de atosigarla con preguntas"*

*luego de practicar el bendaje correspondiente, tuvimos que retomar el tema principal de su visita...no sabía bien cómo actuar... pero de cualquier manera le ofrecería mi ayuda...estaba a punto de decir algo que no quería, pero debía hacerlo...por ella...*

-Leah...yo....¿quieres que te ayude a buscar a Jeremy?...ooooo....

*pregunté con bastante timidez y duda...*

¿Qué si quiero que me ayudes a encontrar a Jer?...-pregunté atónita ante su proposición- NO –respondí automáticamente negando con la cabeza, y él pareció sorprenderse-
¿Crees que he venido a verte para que me ayudes a encontrar a Jeremy? Pues no Brad, te diré por qué he venido: porque te necesito, porque eres la única persona que puede ayudarme a no sufrir…y realmente, el único hombre que me importa en este momento, ahora sé que no estoy confusa en eso…-susurré en un lugar tan poco adecuado como el cuarto de baño, mientras lo miraba con ojos vidriosos-

Me había dado cuenta de que las palabras habían brotado sólas, dulce y tiernamente desde el fondo de mi corazón. Entonces comencé a temblar como una niña a punto de llorar, no sabía lo qué estaba haciendo, ni cómo se tomaría mis palabras, ya que lo había rechazado hacía tan sólo unos días.
Seguramente creyera que tenía un problema mental, pero lo cierto era que acababa de darme cuenta de que la imprimación de Jer no había sido real, ya que desde el momento en que vi a Brad aquel día de invierno en el mar, mi corazón se había anclado a él de forma surrealista e inconsciente.

*me quedé sin aire y se me cayeron las bendas sobrantes de las manos, no le di importancia y rodaron hacia la esquina opuesta del baño. Me quedé muy asombrado con ojos como platos, pero con la mirada nublada, pensando.....¿Leah estaba reconociendo que sentía algo por mí? ¿era real? ¿o sólo se estaba dando en mi imaginación el deselace que yo hubiese querido?....sacudí levemente la cabeza y mi visión volvió a enfocarse en ella...estaba allí frente a mi, a punto de estallar en llanto, pero con el semblante denotando cierto "alivio" por haberse desahogado de esa "información" tan pesada...Supe que era cierto, y una especie de nudo comenzó a formarse en mi garganta, pero de pura felicidad...
Como de costumbre atiné a abrazarla, a tenerla lo más cerca posible entre mis brazos y....lloré...pero en silencio y sin que ella lo notara, puesto que no nos veíamos los rostros...mientras las silenciosas lágrimas deslizaban por mi rostro le hablé con delicadeza*

-...hace tan sólo unas horas, mi vida estaba completamente vacía y sin rumbo, me sentía desdichado e inútil, me dediqué sólo a dormir para anestesiarme desde que dejé tu fiesta....

*suspiré mientras pasaba mi mano por su pelo*

-...hasta que llegaste, y ahora aquí estás...llenando cada espacio vacío, diciendo lo que hubiese querido oír desde un principio...lo que me hace bien y lo que le da dirección a todo...

*la estreché más fuerte aún*

-..yo también te necesito...Leah....

De repente todo tenía sentido, la calidez de su abrazo llenaba totalmente cada espacio de mi corazón, cerrando a su antojo cada enorme herida que lo había echo trizas anteriormente. La necesidad que sentía de estar con Brad no era normal, iba más allá de mi entendimiento y ni siquiera podia compararse con lo que había sentido en la imprimación.
Poco a poco, Brad se había echo un hueco en mi corazón, y por fin había comprendido que era una parte inseparable de mí, una prolongación de mi propia persona y que me importaba mucho más que yo misma. Sólo quería estar a su lado y vivir por y para él.
Aunque el recuerdo de Jeremy rondaba sin cesar dentro de mí, cargado un montón de preguntas sin responder, y dividiéndome entre dos Leah: la imprimada y la enamorada.

Jer me importaba, lo quería de una manera tierna y fulminante; sin embargo, era a Brad a quien amaba, y podía sentir cómo cada pequeño poro de mi piel clamaba por sentir sus caricias sobre ella, y cómo la sangre fluía apasionadamente en mi cuerpo, con simplemente una de sus claras miradas.
Algo había funcionado mal en la imprimación, porque sí que había sido real la magia que palpé cuando Jeremy me besó aquel día; sin embargo, repentinamente, ya nada me importaba de aquello, porque tan sólo podía pensar en estar entre los brazos de Brad. Y es que había notado una apremiante nostalgia cuando había desaparecido de aquella fatídica fiesta.

Tras permanecer un rato abrazados, tuve la sensación de que dependíamos el uno del otro para sobrevivir, y no pude evitar verme como una traidora a Jeremy.
Me separé ligeramente de Brad, y sonrojada lo miré con ternura, pasando mis pulgares por sus mejillas empapadas de lágrimas.
E-esto significa que...que te necesito más que como amigo...-tartamudeé avergonzada, dejando caer las manos- Pero...tengo que regresar a casa, debo ser justa e intentar de nuevo encontrar a Jeremy, debo contarle que estoy loca por ti Brad...-susurré muy nerviosa por lo que acababa de salir de mi boca, y seguidamente rodeé su torso con mis brazos de nuevo-
Y, así me quedé abrazada a él, con la cabeza apoyada sobre su pecho, y aspirando su embriagador aroma, simplemente sintiéndome feliz de estar justamente allí.

OFFROL: Se supone que esto sucede temporalmente antes de que me entere de la muerte de Jeremy, y por tanto ya no existiría imprimación.

Se le veía tan tierno riendo guturalmente, y es que estaba totalmente avergonzado porque le había limpiado las lágrimas y nervioso porque quería hacerse el tipo duro. Era capaz de sorprenderme con cada pequeño detalle de sus reacciones, atrayéndome cada vez un poco más.

Cuando me separó nuevamente de nuestro abrazo, fui incapaz de mirarlo a los ojos, tal vez su reacción no fuera demasiado cariñosa. Le había dicho que iba a volver a la Reserva, en busca de Jeremy, y a lo mejor se creía que no me importaban sus sentimientos. Nada más lejos de la realidad, aunque no fuera capaz de decir las cosas de una forma más sutil.
Necesito solucionar las cosas con Jer, aclararle mis sentimientos hacia ti, tampoco quiero dejar ese cabo suelto el resto de mi vida, porque al final las cosas salen mal y...-susurré nerviosa, sin mirarle-

Pero repentinamente, toda mi preoupación quedó disipada como una fina nieblina. Noté su aliento a poquísimos centímetros de mi cara, y cómo su nariz rozaba la mía. Entonces, un tremendo estremecimiento recorrió de principio a fin mi espalda, como si dedos invisibles acariciaran cada centímetro de piel, al tiempo que voces silenciosas incitaban a aferrarme a su cuerpo.
En un segundo momento, y con la sensibilidad a flor de piel intenté vislumbrar lo que estaba ocurriendo. Entonces, me di cuenta de que aquello era el preludio de un beso, y una sofocante oleada de calor encendió mis mejillas, obligándome a respirar aceleradamente para coger aliento, mientras de forma acompasada mi corazón desbocado parecía necesitar salir de su lugar en el fondo de mi pecho, para buscar algún rincón en el de Brad.
Muy despacio, me fui abriendo camino hasta su boca, y acaricié ligeramente mis labios con los suyos, notando cómo la temperatura de mi cuerpo iba aumentando poco a poco. Y, ya totalmente sin control, nos fundimos en un apasionado beso sin importarnos demasiado el resto del mundo.

*...ella recorrió el escaso espacio que restaba entre nuestros labios dejando en claro que estaba de acuerdo con lo que me proponía....al fin pude sentir por vez primera sus labios...eran carnosos, sedosos, sensuales y absolutamente deseables...mucho mejor de lo que me había imaginado en mis mejores sueños. Los recorrí con delicadeza y saboreé cada segundo en que estaba en contacto con ellos...El entorno perdió importancia...sólo podía sentirla a ella, a nosotros, juntos...al fin....
Su corazón latía con fuerza y su respiración se aceleró...yo no me quedaba atrás, no podía evitar la dicha que me producía este momento tan deseado durante meses...
Mientras la besaba lenta y suavemente despegando nuestros labios de vez en cuando para detenerme en sus mejillas, su naríz, sus lóbulos...una y otra vez para volver a comenzar, recorrí su espalda con las yemas de mis dedos deslizandolos suavemente de arriba hacia abajo, luego hice lo mismo en sus brazos desnudos, puesto que llevaba una musculosa que los dejaba libres...sonreí al notar que su piel se tornaba de "gallina"...
No se podía comparar con ninguna de las demás experiencias que había tenido en mi vida...ella era diferente y no estaba seguro de comprender al ciento por ciento las diferencias que inconcientemente percibía....de una sola cosa estaba seguro...la amaba con locura, la necesitaba, como el aire, como el agua...ella era parte de mi y no podría vivir si me la arrebataban...no la dejaría sola ni por un segundo ahora que sabía que ella sentía lo mismo por mi....
Con gran esfuerzo, logré separarme un poco y con la respiración aún agitada susurré sobre sus labios*

-voy contigo....a donde sea, te acompaño...a resolver lo que te haga felíz...

*la miré con firmeza, no iba a aceptar un "no" por respuesta*

Sentí cómo sus manos se deslizaban suavemente por mi cuello, brazos y espalda, dejando paso en ocasiones a sus dulces besos, que trazaban un recorrido de fuego dentro de mí. Aquel sentimiento era irreal, la forma de deslizar sus manos por mi cuerpo era instintiva, y sus besos eran totalmente adictivos. No frené nada de lo que sentía, y correspondí apasionadamente a cada uno de sus movimientos. Me aferré a su cintura, y deslicé mis manos bajo la camiseta de su pijama, marcando cada pequeña línea que moldeaba su musculado cuerpo, e izándome como si miles de torbellinos arrastraran mi cuerpo hacia el suyo.
En ese instante tan sólo existíamos Brad y yo, sin nada más a nuestro alrededor, ni siquiera contaba el aire que corría libremente entre nosotros. Únicamente era suya, como él era enteramente mío. Esa idea me hizo estremecer y acortar un poco más el espacio entre nosotros.

Pero de repente Brad se separó de mí, pidiéndome venir conmigo a Forks, y permanecí sofocada con los ojos entrecerrados, mientras respiraba agitadamente entre sus labios. ¿Quieres venir conmigo? -pregunté sonriendo tiernamente- Es una oferta muy tentadora, pero creo que deberías considerar si tienes temas pendientes de solucinar en Phoenix, al fin y al cabo este es tu hogar...-aseguré temiendo que venir a Forks en un momento como aquel iba a suponer un peligro evidente para la persona que más me importaba en el mundo, y aquel miedo atroz a perderlo hizo que comenzara a entristecerme-