Habitación de Jane

Salté sobre los brazos de Damon sin dejar de tararear. Aferrándome a su cuello sin soltarlo y sin dejar de sonreir y tararear. Estaba frío y era duro como una piedra pero era extrañamente confortable. Deseé que la canción nunca acabase.

Rodeé mi cintura con sus piernas, sujetándola por el trasero con mis manos. Dando vueltas con ella bailando y riendo.

Aferré con mis piernas el cuerpo de Damon, haciendo un nudo con ellas. Me aparté el pelo de la cara con una mano y apoyé mi cabeza sobre su hombro dándole un leve beso en el cuello sin parar de sonreir.

Entre risas y tarareos me acerqué a la cama dejando caer a Jane sobre ésta, echándome encima de ella lentamente, besándole en el cuello lentamente sin dejar de tararear la canción

Seguí tarareando la canción moviendo mi cuerpo al ritmo, girando levemente la cabeza para que Damon tuviese el cuello libre y mordiéndome el labio.

La canción estaba terminando y Jane estaba algo más lanzada. Mi mano recorría el muslo de ella ascendiendo por su cadera, y volviendo a descender por su pierna. La miré a los ojos esperando una reacción satisfactoria por su parte.

Sonreí dejando escapar un suave ronroneo. Miré a Damon.

- Siempre te sales con la tuya, ¿no? - dije arqueando una ceja.

Apoyé mi brazo al lado de la cabeza de ella acariciándole el pelo, sonriendo rocé con mis labios los de ella dándole un pequeño mordisco en el labio inferior tirando de éste suavemente - Al menos lo intento - sonreí mirándola

- Te has parado a pensar- dije mientras le mordía levemente el labio inferior- en qué dirían- emití un gemido ahogado- si se enteran de esto... -susurré mientras jugueteaba con su lengua.

¿Qué tiene de malo que un chico salga con una chica?-le pregunté besándole en la barbilla, luego en el cuello, y en el hombro disponiéndome a alimentarme de nuevo

- ¿Eso? Nada... lo raro es que tengas más de 500 años, no aparentes más de 30 y yo sea tu despensa. Aparte de eso nada... Bueno, sí, la gente te criticaría por salir con una menor. - dije frunciendo el ceño fingiendo desaprobación.

Rocé con mis dientes el hombro de ella haciendo un amago de morderle, con rugido incluído. Pero regresé a sus labios sonriéndole - Si quieres... me alejo de ti...-le propuse

- Damon, precisamente yo no sería de las que criticarían.- dije sonriendo divertida por el rugidito que acababa de hacer.

Me relajé y lo miré a los ojos.

- ¿Tú quieres alejarte de mí? - le pregunté con algo de temor por si la respuesta era afirmativa.

Absolutamente- negué mordiéndome el labio inferior, provocándome una herida de la cual Jane podría beber de mí. Rocé con mis labios los de ella dejándole saborear la sangre.

- Estas... sangrando... - dije en un leve susurro mientras me estiraba para lamer su herida y deslizaba mis manos entre su pelo.

Mordí del mismo modo el labio de Jane y empecé a besarla, pasando mi mano por su nuca sujetándola, apretando mi cuerpo contra el de ella sin hacerle daño.

Me dejé llevar por Damon. Enrosqué mis piernas sobre las suyas sin dejar de besarnos apasionadamente, deslicé mis manos hasta su espalda arañándola levemente.

Mi mano se deslizó osadamente por debajo de la ropa de ella acariciándola, dejándome llevar por la excitación que me provocaba su sangre.

Mordí su labio emitiendo un suave gemido. Me separé levemente para observar su cara, mientras respiraba entrecortadamente. Sonreí levemente y volví a besarlo mientras me tumbaba sobre mi espalda en la cama y tiraba de él para que se acercase sin dejar de besarlo.

Mi mano seguía ascendiendo por el cuerpo de ella acariciándola. Mis labios ya no eran un Tabú, en ese momento pertenecían a Jane. POdía sentir como la temperatura de ella aumentaba, emanando un calor más que agradable.

Jane, relájate- le susurré sonriéndole al notar que ella también se estaba excitando. Quizás no debería haberle dado dos veces de mi sangre. Pero... lo hecho, hecho está.

Deslicé mis labios a su cuello, jugueteando con mi lengua sobre su yugular, mientras mis brazos se enroscaban en su torso y mis piernas buscaban enroscarse a su cintura.

Durante largos minutos estuvimos besándonos tórridamente, y acariciando nuestros cuerpos sin pudor alguno. El ambiente empezaba a estar caldeado, yo tenía mis sentidos puestos por si la madre de Jane regresaba, para desaparecer y tener tiempo de relajarla.

Me separé levemente sin dejar de acariciar su cara y su pelo. No sabía si aquello que estaba haciendo estaba bien o mal, al fin y al cabo era una simple adolescente liándose con un vampiro de más de medio siglo de vida.
Pensé en si sería un simple lío para él y la próxima vez que nos viésemos en su casa cuando fuese a ver a Delia haría como si nunca hubiera pasado nada o si por el contrario podríamos... 'Jane, es un vampiro, tiene ¿unos 500 años más que tú?' me decía a mi misma para no ilusionarme con el tema.
Suspiré y le di un tierno beso en los labios para después girarme y apoyar mi cabeza sobre su pecho y acariciar su torso perfecto con la yema de mis dedos mientras esperaba que él acariciase mi cabello con delicadeza.

La miré a los ojos acariciándole el pelo con suavidad. Alcé la mirada, su madre se estaba acercando, podía notar su olor y escuchar el ruido de un motor acercándose. No disponía de mucho tiempo, sólo unos minutos - Tu madre se está acercando- me incorporé besando a Jane en los labios con suavidad - Volveré a verte, no te preocupes - susurré levantándome de la cama.

Me incorporé en la cama apoyándome sobre un brazo y me encogí levemente de hombros mostrando una sonrisa triste.

- Vale... - dije en un susurro mirando hacia la ventana y pasándome la mano por el pelo.