Habitación de Jane

Su cara me inspiró pena, me acerqué a ella cogiendo su rostro con mis manos y besándole con ternura en los labios - No estés triste - le susurré dándole otro breve beso en los labios.

Respiré hondo y suspiré sonriendo de manera triste.

- Bueno... al fin y al cabo cuando despierte todo habrá sido un sueño - dije encogiéndome de hombros levemente.- Pero ha sido bonito. - dije apretando los labios y forzando una sonrisa mientras acariciaba por última vez el rostro de Damon.

Me acerqué a su escritorio y en un papel escribí mi número de móvil y se lo entregué - Llámame siempre que lo necesites, puedo estar a tu lado ... bastante rápido. - dije besándola de nuevo, pero esta vez en la frente - Y creemé... no es un sueño - susurré caminando hacia la ventana, pasando mis piernas por esta y saltando. Perdiéndome en la oscuridad de la noche. Ahora debía cerciorarme de que Delia estaba bien.

Cogí el papel deslizando mis dedos sobre él mientras Damon me besaba en la frente. Asentí mientras él salía por la ventana perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Apagué la lámpara de la mesilla y acariciando el papel me quedé dormida.

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Delia y David me dejaron después del botellón en casa. Me sentía algo mareada pero tampoco como para subir las escaleras haciendo eses.
Llegué a mi habitación y dejé el bolso y la chaqueta sobre una silla, me quité las zapatillas lanzándolas cerca del armario y me dejé caer sobre la cama. Sabía que me tenía que poner el pijama, pero no tenía ganas, ya me lo pondría después. Cerré los ojos y me relajé.

Entré sigilosamente a la habitación de Jane - Hueles a Alcohol - dije con voz suave para no asustarla

Abrí un ojo sin poder evitar sobresaltarme un poco.

- ¿Huelo? Apesto... llevo en el pantalón cerveza de Delia y he bebido poco pero mezclar es malo... - dije llevándome la mano a la cabeza.

Hubo un momento de silencio.

- Damon, ¿sabes que en mi casa hay puerta?- pregunté incorporándome levemente- No es que no me guste que entres furtivamente por la ventana... pero mi corazón no se cuantas veces lo aguantará... - dije sonriendo.

Podría entrar por la puerta...Pero al igual algún día está tu madre y no le hace gracia que un chico mayor esté en la habitación con su hija menor de edad-reí tumbándome a un lado de la cama con Jane, rodeándola con mi brazo.

- Ya... - dije encogiéndome de hombros justo antes de recostarme junto a él- Pero avisa... porque sino se quedará sin hija.

Comencé a juguetear con mis uñas sobre su torso, algo que me encantaba hacer.

- ¿Y tú que has estado haciendo hoy? Cuando salimos Delia y yo de su habitación ya te habías ido... - pregunté casi suspirando.

Tenía asuntos que atender. Asuntos vampíricos-dije poniendo voz tenebrosa y abrazándola contra mi pecho besándola en la frente

Lo miré arqueando una ceja.

- A saber qué habrás hecho... - dije con una media sonrisa.- ¿Te has comido a alguien? - pregunté curiosa mientras frotaba mi mejilla contra su pecho.

Bueno, he ido a alimentarme... No quiero que vuelva a pasarme lo mismo de ayer... Y entre otras cosas... he ido a visitar a una vieja amiga- dije acariciando el pelo de Jane - ¿Cuándo me dijiste que cumples los 18?

- Esta semana. El jueves.- dije sonriendole.- ¿Por? - pregunté arqueando una ceja.

Me detuve a pensar, ni siquiera Delia lo sabía, tenía que decírselo, aunque no con intención de celebrar ninguna fiesta multitudinaria, quizás una cena en algún restaurante del pueblo y poco más, aunque no sabía en qué estaba pensando Damon.

¿Qué te gustaría que te regalase?- pregunté mirándola a los ojos con una cándida sonrisa en mis labios

Miré a Damon.

- No hace falta que me regales nada...- dije encogiéndome de hombros.- Aunque si insistes y quieres ser tan creativo como el resto de familiares y amigos - dije de manera monótona poniendo los ojos en blanco- una tarjeta regalo para Victoria's Secret o H&M estará bien.

Volví a mirarlo sonriéndole de manera cálida.

- De verdad que no hace falta que te molestes- dije dándole un suave beso en los labios- Con esto me basta- dije con una amplia sonrisa.

Sonreí - Creo que ya sé lo que te voy a regalar - rocé con mi nariz la suya juguetonamente

- ¿El qué?- pregunté curiosa con una sonrisa mientras entrecerraba levemente los ojos.- Dímelo...- dije poniendo morritos.- Vaaa...

Mmmm... es algo que te gusta... y que no tienes-sonreí pícaramente

- Hay muchas cosas que me gustan y no tengo... -dije arqueando una ceja.

Me mordí el labio y pensé.

- ¿Una chimenea en la habitación?- dije arrugando la nariz como desechando la posibilidad a medida que lo iba diciendo.

Puedes tenerla, viniéndote a vivir a mi casa cuando tengas 18-respondí sin perder la sonrisa

- ¿Eres consciente de que eso podría ser en 3 días? Quizás sería algo precipitado... -dije volviendo a recostarme sobre su pecho mirándole a la cara.- Va, ahora no me dejes con la intriga... dímelo, porfa...-dije poniendo morritos nuevamente.

Soy consciente, y no necesitas trasladarte de golpe... Puedes venir a pasar las noches que quieras. Sólo tienes que avisarme para que vuelva a casa y estar contigo- dije acariciando con mis dedos su brazo -¿Estás segura de querer saberlo?

- Vale. Tomo nota... - me estremecí con su caricia.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Esbocé una sonrisa.

- Bueno, vale... no, espera, no... bueno, sí, va... - dije completamente indecisa.

Hasta que no me des una respuesta clara y concisa, no diré nada-reí divertido por su indecisión

- Va, dímelo... - dije todavía con algo de indecisión- Así sabrás si me va a gustar o no.- dije estirando la cabeza levemente y dándole un beso en el mentón.