Habitación de Blair, Residencia Shields

Me levanté de la cama dispuesto para salir dela habitación -Esta bien, pero puedes o lo esperamos-le dije al notar que casi no se podía mover...

Puedo, tranquilo. No hace falta que salgas, me cambiaré dentro del vestidor- dije caminando hacia el vestidor para ponerme algún vestido. Me puse un vestido algo largo, por debajo de las rodillas, de manga corta, que dibujaba a la perfección y con elegancia mi figura. Me puse luego unos pantis oscuros y unos zapatos peep toe.

Salí del vestidor y cogí un pañuelo que me ajusté en el cuello para que no se viese ninguna marca del cuello y me puse una rebeca de gasa para cubrirme los brazos y ocultar la marca de Hugo. Encima, me puse el abrigo abrochándolo - Cuando quieras Emmett- dije terminando de abrochar el abrigo

La esperé a que saliera del vestidor sentado en la cama, ella salió muy algo elegante y se cubrió muy bien las heridas -De acuerdo, vamonos! alla afuera esta mi coche-le dije abriendo la puerta y esperando a que ella saliera primero, salimos y la llevé hasta mi jeep donde le abrí la puerta del copiloto,me subí y manejé hasta el hospital de Forks dondé llegamos en poco tiempo...

Llegué a casa después de ir a buscar un libro nuevo. Dejé el libro sobre la cama y me quité el abrigo colgándolo en el perchero. Luego me desnudé y me metí dentro del baño para darme un fantástico baño de espuma y relajarme. Estuve dentro de la bañera casi una hora, hasta que terminé dándome una ducha y poniéndome el albornoz y envolviendo una toalla en la cabeza para que fuese quitando el exceso de humedad del pelo para luego darme secador.

Dorota ya me había dejado las dos maletas y el vanity en un rincón de la habitación. Puse la maleta encima de la cama y la abrí metiéndome en el vestidor y mirando toda la ropa pensando en lo que me podría llevar y en lo que no. De hecho, si pudiese, me llevaría toda la ropa.

Llegé corriendo a la casa de Blair. No sabía si estaba o no, asi que preferí entrar por la ventana. Solo había ido alli, dos veces: una cuando estubimos paseando por los muelles y otra cuando lo de Hugo... Trepé hasta la ventana y la abrí, con un golpe seco. Entré en la habitación y miré la habitación. -¿Blair? Dije esperando alguna respuesta. Esperaba que no le molestara que hubiera entrado a su casa asi como asi, y mucho menos después de haberla tratado de una manera tan fría. No me gustaba en absoluto la idea de que se fuera a Italia... Y mucho menos a Volterra. ¿Por qué tenía que irse a Italia? ¿Por qué a Volterra? No lo comprendía, y esperaba que ella me explicara lo que yo no entendía.

Tenía unos zapatos en la mano cuando escuché mi nombre en la habitación, juraría que era la voz de Sebastian, pero parecía la de Decker.- Un momento Sebastian-dije ajustándome el cinturón del albornoz quitándome la toalla del pelo y dejándola dentro del cubo de la ropa sucia. Me asomé a la habitación y vi a Decker, ¿Cómo se suponía que debía tratarle?

Decker...- dije dejando los zapatos en el vestidor y caminando de nuevo hacia la habitación - ¿Qué haces aquí?- le pregunté mirándole a los ojos

Al preguntarme que hacía alli, miré al suelo. -Pues había, venido para decirte que... ¿Por qué te vas a Volterra? Dije algo preocupado alzando la mirada hacia ella.Entonces me detube al escuchar Sebastián. -¿Qué? ¿Como me llamastes?

Una vez delante de Decker me crucé de brazos - Me apetece ir a Volterra- respondí bastante seria. No entendía porqué le preocupaba tanto que me fuese a Volterra, después de lo poco que le había importado que me marchase horas antes

Me dió igual lo del nombre, asi que continué hablando. -¿Así por qué sí? Porque que yo sepa nadie decide de la noche a la mañana irse a Volterra. Dije con seriedad.

¿Pero qué más te da a ti Decker? ¿Qué más te da lo que haga o deje de hacer?- le pregunté dolida, pero sin levantar el tono de voz. De hecho hablaba bastante flojo y calmada. No estaba enfadada, bueno sí, quizás un poquito, pero lo que sí estaba era dolida. Dolida y totalmente confundida, porque en el bosque pareció que Decker y yo ... bueno, parecía que había algo especial entre nosotros, pero en cuanto estaba junto a Cassidy, todo era distinto, me sentía como si fuese un cero a la izquierda, alguien invisible para él

Me quedé pensando unos momentos. -Yo... Pues que me preo... Me callé al momento y continué. -¿A mí? Nada, no me importa nada. Solo que me parece muy raro que alguien solo pase tres días en un sitio y se vaya a otro. Respondí intentando parecer preocupado. Quería que se alejara de mí. De los vampiros.

Antes de venir a Port Angeles estuve en Italia, conocí a un chico. Maravilloso, por cierto. Y luego me encontré con él aquí, en Port Angeles.- dije apartando la mirada y empezando a colocar algunos vestidos perfectamente doblados dentro de una de las maletas- Él me ha invitado a visitar Volterra, me mandó el billete de avión y salgo hacia Italia en menos de doce horas- expliqué. La verdad es que me daba igual que lo supiese, no tenía porqué ocultar que había visto a otro chico, y que cruzaría el mundo para verle de nuevo. Lo que necesitaba era alejarme de Port Angeles y de Forks, porque aunque intentase evitarlo, siempre terminaba cruzándome con Decker, y éste iba con Cassidy. Y yo, era invisible....

Al escuchar las palabras de Blair, apreté los puños con rabia. Quise golpear algo, pero me contube. Miré al suelo con tristeza. Por unos momentos había pensado que Blair podía sentir algo por mí, aunque parecía que había confundido los sentimientos. Sonreí levemente, con tristeza. -Bueno, pues que te vaya bien con el chico maravilloso. Dije con frialdad. -Haber si conoces al fin a alguien que no es vampiro. Miré al suelo y abrí las manos que estaban cerradas en dos puños.

Miré a Decker con tristeza, estaba claro que no sentía nada por mí- Gracias...- susurré bajando de nuevo la mirada y mirando las maletas. Quizás después de todo estaría mejor en Italia, al menos Aro había demostrado que sí quería volver a verme, había demostrado interés en mí.

La miré y vi que estaba triste. Posiblemente, pensase que no me importaba ni un bledo. Ya que se iba que supiera lo que sentía,¿no? -Oye, quiero que sepas que estos días que estubimos juntos, fueron los mejores de mi vida... Me paré y un momento y seguí hablando con una leve sonrisa. -Y que aunque te vayas con el guaperas desconocido, que siempre que estaré aquí. Dije con una media sonrisa.

Miré a Decker a los ojos en silencio y dejé que hablase, posiblemente me estaba diciendo todo eso para que cambiase mi cara y al menos sonriese, pero eso no era lo que yo esperaba, pero al menos con esas palabras no me iría con un sabor tan amargo a Italia.

Pasé mi mano por un mechón de pelo colocándolo detrás de la oreja - No se llama ''guaperas'', se llama Aro. - susurré intentando evitar mirar a Decker a los ojos, ya que e parte sentía que había desperdiciado mi tiempo en este lugar - Yo... a pesar de que empiezo a creer que he perdido el tiempo aquí... jamás cambiaría el haber conocido a Elisa, porque sin ella, nunca te habría conocido... Supongo que eres lo mejor que he encontrado aquí, ... - suspiré - Soy una estúpida...- susurré en voz baja para que Decker no me escuchase, aunque lo más seguro fuese que me hubiese escuchado alto y claro

¿Aro? ¿Por qué me sonaba aquel nombre? Me sonaba a Vulturi. Era imposible no recordar ese nombre. -No sabes a quien has conocido y ya te vas con él a Italia. Es peligroso. Muy peligroso. Dije muy serio y enfadado. -Ya sé que en este momento lo único que quieres es largarte de aquí, y seguramente, perderme de vista, pero... Si pasa algo, puedes llamarme. Dije mirándola a los ojos.

Creo que no, Decker... no quiero arriesgarme a que pase de nuevo lo mismo que pasó con Hugo. No quiero volver a sentirme una estúpida por intentar acercarme a ti. Para que luego tú pases de mí en cuanto veas a Cassidy- solté aquella bomba sin más, con palabras fluídas y con tristeza en la mirada

Comencé a ponerme nervioso. -Yo no paso de ti. Ni eres una estúpida por acercarte a mí... En todo caso, lo sería yo. Dije mientras apretaba las manos, convirtiéndolas en dos puños. Sentí que mis ojos cambiaban de color por estar tan nervioso. Me alejé dos pasos y miré por la ventana, intentando tranquilizarme.

¿Tú? ¿Por qué? Es de lo más lógico que no quieras estar con alguien como yo, con una humana... Cassidy es mucho más parecida a ti de lo que yo podré ser nunca- dije mirándole y cruzándome de brazos - Con ella no tienes que estar pendiente de si se hace daño, o de si van a matarla algún otro vampiro, o de que sea la cena de algún amigo tuyo

Giré la cabeza para mirarla. -Tines razón. Hay muchas ventajas pero... Me quedé callado un momento para después mirar por la ventana. -Pero por ella no siento lo mismo. Tengo toda una eternidad por delante, pero, nunca llegaría ha sentir lo mismo. Dije mientras me pasaba una mano por la cara.

¿Sentir lo mismo?...¿A qué te refieres?- le pregunté confundida acercándome a él y apoyando una mano en el marco de la ventana para terminar apoyando la cadera y mirarle a los ojos, ya que antes estaba dándome la espalda

La miré algo enfadado. Mis ojos volvían a ser dorados, pero faltaba poco para que perdiera el control. -Hay una gran diferencia entre lo que yo siento por Cassidy y lo que siento por ti. Yo hasta que aparecistes tú, había pensado que era mejor hacer lo que a uno le conviene. Porque... ¿que hace un vampiro enamorado de una humana? Me quedé un momento callado y después miré al suelo y sonreí con amargura. -Yo en el bosque elegí, pero... Creo que tú te echastes para atrás. Dije mientras miraba por la ventana intentando no mirar a Blair. -Y no te echo nada en cara. Si estás mejor con el chico ese, pues adelante.

Me quedé un poco confundida mirando a Decker y me puse delante de él apartándolo de la ventana - Decker, me eché atrás cuando te vi con Cassidy... sinceramente, sentí que sobraba... - dije bajando la mirada unos segundos y deslizando mi mano hacia la de Decker cogiéndosela y entrelazando mis dedos con los suyos - Dime que tengo una oportunidad contigo... dime que podré estar a tu lado, porque yo elegí estar a tu lado... dame una razón para volver pronto de Volterra- susurré mirándole a los ojos y alzando mi otra mano temblorosa acariciándole la mejilla

La miré a los ojos. -Tienes una oportunidad y podremos estar juntos si tú quieres. Y la razón... Pues porque te quiero, y seguiré esperándote el tiempo que haga falta. Dije asintiendo.