Habitación de Blair, Residencia Shields

-Parece que estás bien informada. Pero la verdad, es que si te matara ahora mismo... Estaría sin matar gente durante algunos días Dije con seriedad. -Pero si me alimentara de ti, hasta el punto de dejarte muy débil, sería... Como si bebiese sangre de animal. Sonreí con maldad al final.

Siempre puedes ir a buscar a alguien más corpulento, seguro que te saciaría mejor que yo- dije intentando sonreir de forma relajada sin apartarme de Hugo

-Tienes razón, pero por ahora, la única apetecible que he visto por esos lugares, has sido tú. Dije con una media sonrisa. Entonces, la cogí con rapidez del brazo, y con mucha fuerza. -Bueno, se te acaba el tiempo de vida que te queda. Hice mucha fuerza para que no pudiera escapar. Y si lo intentaba, le rompería el brazo.

¡Ahh!-gemí de dolor cuando me agarró del brazo con firmeza y no pude evitar intentar retroceder por el daño que me hacía. En ese momento empecé a sentir algo de miedo, no temía por el daño que podría hacerme, sino porque podría matarme en un abrir y cerrar de ojos. Intenté de nuevo liberarme de él pero al intentar apartarlo noté cómo el brazo me dolía aún más haciendo que mis piernas se flexionasen ligeramente a punto de caer de rodillas por el dolor.

Cuando me soltó me quedé petrificada sin saber cómo reaccionar, me incorporé levemente pegándome a la pared y mirando al vampiro en silencio, sentía como si el brazo me ardiese y me palpitase, como si un coche me hubiese pasado por encima, seguramente se me pondría morado. Vi que dejó el móvil sobre la ventana y en un rápido movimiento aún a riesgo de mi propia vida, cogí el móvil y corrí hacia el extremo opuesto de la habitación dándole a la tecla de último número guardado, que era el de Decker y le dí a llamar, no sabía de cuánto tiempo dispondría, pero esperaba que almenos un tono llegase al móvil de él.

(OFF: Pongo aquí la conversación,¿vale?)

Justo cuando comencé a correr de nuevo, me sonó el móvil. Lo cogí y le di a la tecla verde. -¿Si? ¿Quién es? Pregunté mientras veía que Elisa llegaba a la casa y me hacía señas de que había ganado.

Me puse tensa al ver a Hugo observándome sin moverse, dudé en acercarme el teléfono al oído unos segundos y miré a Hugo fijamente, diciéndole claramente con la mirada que se marchase- Vete de aquí- dije tajante dejando que Decker escuchase al otro lado del teléfono.

Me quedé extrañado cuando dijo ''vete de aquí''. -¿Blair? ¿Pasa...? Entendí al instante que había alguien en su casa. Miré a Elisa y a Eric y salí corriendo, más rápido de lo que pensaba, hacia donde estaba la casa de Blair. Claramente, estaba en peligro. Si llegaba alli, debía de pensar algo para alejar al vampiro... Porque no creía que simplemente, con mi presencia se alejara de alli. Al llegar frente a la casa de Blair, vi que la ventana de su habitación estaba abierta de par en par... ¿Qué estaría pasando? -¡Blair! Grité para que supiera que estaba ahi. Había tardado poco pero... Era lo suficiente como para que el vampiro acabara con ella.

Sentí un vampiro muy cerca... Había llamado a un vampiro. -¡Maldita seas, has llamado a un vampiro! Grité muy enfadado. Miré por la ventana y vi a alguien en la calle. Gritó el nombre de la chica. Lo miré con odio. Después miré a la chica. Apreté el puño y lo descargé contra la pared, con frustración.

¿Y qué esperabas Hugo?- le pregunté alzando una ceja con ironía dejando el móvil encima de la cama - ¡Está aquí conmigo!- grité hacia la ventana para que Decker pudiese oirme. Me sentía realmente tensa, pero con Decker cerca me sentía segura

La miré con rencor. Una cosa era que fuera amiga de Elisa, otra muy distinta, que me mandase directo a la muerte. -Veamos si aguantas tanto sin respirar, como para llamar al chupasangre. Dije cogiéndola del cuello y apretando muy fuerte. -Os voy a llevar a la tumba a los dos. Dije con seguridad.

Su velocidad vampírica me pilló de imprevisto y enseguida noté sus manos apretando mi cuello, puse mis manos en sus muñecas intentando que me soltase, pero era como si empujase una pared de hormigón.

Cuando empecé a notar que me faltaba el aire, empecé a retorcerme intentando liberarme de cualquier manera, la presión que sentía no sólo me dejaba sin respiración, sino que sentía como si una boa constrictor me rodease el cuello tratando de partírmelo

Entré con rapidez al jardín de la casa de Blair y seguidamente, comencé a escalar por el muro. El llegar a la habitación de Blair, vi a un vampiro, intentando asfixiarla. Me lancé sobre él. Conseguí que la soltara. Le di un puñetazo en la espalda. Le cogí por la espalda, rodeándole el cuello. Sentí que me daba fuertes codazos y que el dolor del costado comenzaba a hacerse más grande... -¿Ahora a quien vas a asfixiar, chupasangre? Pregunté dándole un golpe en el pecho.

Justo cuando me quedaba un último aliento para desmayarme, entró Decker por la ventana quitándome de encima a Hugo. Sentí un leve tirón cuando lo apartó que me hizo perder el equilibrio y caer de rodillas al suelo. Apoyé una mano en el suelo intentando mantenerme en pié y respiraba costosamente, sentía que me faltaba el aire y que cada bocanada de aire que aspiraba por la boca, no me llenaba por completo los pulmones. Tosí con fuerza varias veces intentando respirar con mi mano en el cuello sintiendo cómo me empezaba a doler ahora que no tenía aquella presión sobre mí

-Asfixiar ahora mismo, no sé... Pero tirar por la ventana, eso se me da genial. Dije con humor mientras me echaba hacia atrás, haciendo que ambos cayeramos por la ventana. Los dos nos caimos al suelo. Pero fui lo suficiente rápido como para levantarme y darle una patada. Lo cogí del cuello y le miré con una sonrisa. -¿Qué? ¿Quién te salvará ahora, querido amigo?

-¡Vete, Blair! Grité cuando vi que se caía al suelo. Ambos tubimos un forcejeo. Entonces, dijo algo de tirarse por la ventana. Temí lo peor. Y asi lo hizo: se echo hacia atrás y ambos nos caimos. Caí al suelo sobre el costado que tanto me dolía. -¡AH! Grité al caer. El costado comenzó a dolerme mucho... Demasiado diría yo. El vampiro me cogió del cuello. -Suéltame y vete porque si no, te vas a meter en problemas. Intenté decir, aunque lo que salió de mi boca fue algo que no se podía entender por el dolor...

Me reí cuando vi que casi ni podía hablar. Le di un puñetazo tan fuerte que hice que girara el rostro. Le di otro más para que aprendiera que no podía meterse conmigo. -No puedes conmigo,¿entiendes? Llevo mucho más tiempo que tú en esto. Dije mientras le daba una patada. Entonces dije bien alto para que Blair se enterara: -¡Cuando acabe con él comenzaré contigo, Blair! Grité con una sonrisa.

¡Dec-....!- intenté exclamar al ver a los dos vampiros caer por la ventana. Luché unos segundos por recuperar el aliento e incorporarme. Tenía que hacer algo, no podía permitir que le pasase nada malo a Decker. Cuando pude respirar algo mejor me incorporé apoyándome en la cama y me aseguré de que mi equilibrio estaba perfecto.
Dorota no se alarmó al escuchar voces fuera, ya que las peleas entre los chicos eran habituales en nuestra antigua residencia. Sin ponerme la bata y descalza, bajé las escaleras tropezándome en el último escalón, pero por suerte me pude sujetar a tiempo para no caer. Me incorporé nuevamente y salí corriendo de la casa hacia el jardín viendo a Decker y a Hugo peleando. Me mantuve unos segundos parada sin saber qué hacer,l si me metía enmedio, seguro que terminaría mal herida, pero no podía ver a Decker así - ¡¡¡DEJALE HUGO!!!- grité, al gritar Dorota se asomó por la puerta y vió la pelea. Como solía hacer en Manhattan, corrió a llamar a la policía para que acudiesen a detener a los dos chicos

Escuché la risa de Hugo, y a Blair, que gritó ''Déjale, Hugo''. Estaba muy débil... Nunca me había sentido asi, sin tan pocas energías... Excepto cuando me convirtieron.Escuché en mi mente las palabras de Cassidy ''La única forma de matar a un vampiro es quemándolo en una hoguera''. Sentí aquella voz retumbar. Quemándolo... Hugo parecía la clase de chico que era capaz de quemar una casa con toda una familia dentro. Cerré los ojos, ya que estaba realmente mal y muy cansado... -Vete, Blair... Intenté decirle.

Blair estaba a punto de decir el nombre del vampiro. Entonces, se me vino a la mente un nombre: Decker. ''Se llama Decker'' Había dicho mi amigo Eric. Me quedé realmente sorprendido. Ya le había dado una paliza, era suficiente. Le sonreí con tranquilidad a Blair. -Bueno, te dejo con el moribundo... Le miré un momento y le di la última patada: una patad en la que empleé toda mi fuerza. -...creo que lo mejor es que enciendas una hoguera y lo quemes: sufrirá menos. Dije riéndome mientras me daba media vuelta.

Miré a Hugo sintiendo cómo las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos, no sabía si de rabia, o por culpa de todo lo que había ocurrido. Cuando se alejó corrí por el cesped hasta llegar a Decker y me arrodille a su lado intentando ayudarle a levantarse - Decker, vamos, levanta- dije sin sollozar, notando sólo cómo las lágrimas caían por mis mejillas. Dorota y el jardinero se acercaron a ayudarme a levantar a Decker. Dorota me dijo que había llamado a la policía - No, Dorota, no quiero que venga ningún policía. Está todo solucionado- le dije indicándole que fuese a llamar a la policía para avisar de que la pelea se había disuelto. Junto con la ayuda del Jardinero, subí a Decker hasta mi habitación y cuando lo dejamos sobre la cama el Jardinero nos dejó a solas.

Apoyé las manos en la cama mirándole y le acaricié la frente apartándole el pelo- Voy a por unas toallas y agua limpia, no te muevas Decker- dije incorporándome y caminando hacia el baño buscando un cuenco en el que poner agua limpia para lavarle las heridas de los golpes

Sentí que una nueva patada caía sobre mí... No podía más. Escuché algo de una hoguera. Definitivamente, no iba a vivir mucho más. Como mucho, unos segundos. Intenté moverme, pero no podía. Me sentía muy débil, demasiado como para poder hacer algo antes de que me echara a la hoguera o algo peor... Sentí que alguien me movía. Abrí los ojos poco a poco. Escuché la voz de Blair... Pero,¿donde estaba el vampiro? No podía mantener los ojos abiertos. Me era imposible.

Regresé a la habitación con un cuenco de porcelana blanca con dibujitos azules, lleno de agua y dos toallas limpias. Dejé el cuenco sobre la mesita de noche y me senté al lado de Decker en la cama mojando la toalla en el agua y escurriéndola, empezando a limpiarle la cara y con cuidado las heridas que Hugo le había provocado. No sabía muy bien cómo tenía que actuar con un vampiro herido, si hubiese sido humano tendría que haberlo llevado al hospital, pero no era así.

No sé si podrás oirme... pero gracias por haber venido- susurré mirnado con tristeza a Decker, lo que le había pasado era por mi culpa