Habitación de Blair, Residencia Shields

Llegamos a la habitación. Era muy amplia y acogedora. Miré a Blair con una sonrisa. -Tú tranquila, que conmigo seguro que no pasa nada. Aseguré intentando tranquilizarla.

Dejé mi bolso sobre la banqueta de debajo de la ventana - ¿Te importa si me quito la ropa mojada?- pregunté caminando hacia la puerta del baño con la intención de ponerme un albornoz - Puedo dejarte ropa para ti, sólo tienes que pedírmela

-Esta es tu casa, puedes hacer lo que quieras... Y tranquila, yo en cuanto llege a mi casa, me cambio de ropa... Aunque es una suerte no poder resfriarse, porque si no, habría pillado un buen resfriado. Dije con una sonrisa.

Supongo que eso son ventajas ¿no? No todo podía ser malo- dije desde el baño dejando la puerta entornada, lo suficiente para que Decker no pudiese ver cómo me desnudaba. Me quité la ropa, salvo la interior que eran las únicas prendas secas, y me puse un albornoz de color lavanda pastel y me peiné un poco el cabello húmedo. No tardé en salir del baño anudándome el cinturón del abornoz - ¿A que he sido rápida?- sonreí triunfal

-Sí. Dije con una gran sonrisa. -Aunque lo de no resfriarse no compensa. Son demasiadas cosas malas para solo unas cuantas buenas... Dije mirando al suelo.

Me acerqué a Decker dejando el móvil sobre el escritorio - Decker, ¿porqué te preocupas por mí? quiero decir... no me conoces, y estás dispuesto a protegerme siendo una desconocida- dije mirándole a los ojos apartándome el pelo tras la oreja

-Porque me recuerdas a mí... O a lo que era antes. Respondí alzando la mirada. -Porque te has juntado con unos vampiros sin saberlo,poniéndote en peligro... y porque no quiero que nadie se transforme en otra persona. Porque se quiera o no, la transformación a vampiro le cambia a uno mucho el carácter... Dije sin sonreir. -Bueno,¿quieres que me quede más o me voy ya?

¿Quieres quedarte?- le ofrecí, la verdad es que no tenía ganas de quedarme sola, y mucho menos después de que hubiese notado a otro vampiro carnívoro.

-No es muy conveniente... Además, tengo que cazar, que si no, me descontrolaré. Le recodé con una leve sonrisa. -Si algo va mal, llámame,¿vale?

Decker- dije acercándome a él y cogiéndole de la mano de nuevo para detenerlo - ¿Puedo llamarte aunque todo vaya bien? sé que suena triste.. pero no tengo amigos aquí, y tú eres lo más parecido que tengo ahora- dije bajando la mirada algo avergonzada. Me estaba rebajando implorando por una amistad

La miré con una sonrisa. -Pues claro. No creo que me molestes... Principalmente, porque no me pillarás durmiendo. Dije bromeando. -Adiós, Blair. Me despedí soltándome de su mano.

Sonreí a Decker y cuando se despidió de mí me acerqué a él abrazándole y le besé en la mejilla - Gracias... - le dije al oído separándome de él y espero a que se marchase. Cuando se marchó fui hacia el baño de nuevo y empecé a darme un poco de secador en el pelo para secármelo antes de resfriarme

Me pareció escuchar algún ruido mientras me secaba el pelo, apagué el secador - ¿Dorota? ¿mamá?- pregunté asomándome por la puerta y sin ver a nadie ni recibir respuesta. Me encogí de hombros imaginando que sería Dorota que habría tirado algo al suelo o quizás el jardinero. Volví a encender el secador y seguí secándome el pelo.
Cuando estuvo bien seco, me lo peiné con un cepillo suave para que quedase sedoso y salí del baño estirando los brazos. Caminé descalza hacia la cómoda abriendo un cajón y sacando un camisón de seda color vino para dormir.
Me quité el albornoz y el sujetador y deslicé el camisón por mi cuerpo ajustando los finos tirantes y dejando mi pelo por encima de mis hombros.
Estaba cansada, y aún faltaban unas horas para cenar. Encendí la luz de una lamparita y apagué el resto de luces poniéndome un poco de música de fondo en el hilo musical de la habitación. Me dejé caer sobre la cama con el movil en la mesita de noche y cerré los ojos tarareando la canción mientras me ponía el antifaz que utilizaba para dormir.

Saqué la cabeza al escuchar la música que había puesto la chica. Salí sigilosamente de debajo de la cama. Miré a la chica y mis ojos rojos centellaron. Me apoyé en la pared con los brazos cruzados y la observé. La joven era muy guapa: justo como me gustaban. Pasaron unos segundos y hablé: Tienes buen gusto para la música. Dije para asustarla. Me gustaba asustar a la gente antes de convertirla en mi cena. Me di cuenta de que tenía el móvil en la mesita de noche y lo cogí.

Escuché una voz masculina y dejé de tararear, me quedé unos segundos intentando reconocer la voz, pero no era para nada familiar. Me incorporé quitándome el antifaz apresuradamente y busqué con la mirada la procedencia de la voz hasta que vi a un joven rubio junto a mi cama con mi móvil en la mano. Me quedé casi petrificada en la cama, no sabía si gritar, si salir corriendo, o si simplemente cerrar los ojos y dejar que lo que fuese a pasar, pasase. Vi que sus ojos eran rojos, y enseguida lo identifiqué como un vampiro, debía de ser carnívoro, seguramente era el vampiro que Decker había detectado - ¿Q-qué quieres?- pregunté sintiendo como mi corazón latía acelerado

No hice mucho caso a su pregunta y le enseñé su móvil. -Puedes gritar, si es lo que quieres, aunque te aseguro que eso simplemente, acelerará las cosas. Dije mirándola con una sonrisa. Le enseñé el móvil. -Creo que lo buscabas,¿no es cierto?

Debía calmarme, si mostraba no tener miedo, quizás no me haría nada. Respiré profundamente dejando escapar el aire en un leve suspiro y conseguí relajarme. Me deslicé por encima de la cama hacia Hugo y me levanté de la cama dejando el antifaz en la mesita de noche. Avancé un par de pasos hasta quedar delante de él mirándole a los ojos casi con frialdad.
¿Sabes que es de mala educación entrar en una casa ajena sin invitación?- le pregunté mirándole fijamente a los ojos

-Es que me preguntaba quién viviría aquí. Siento haber entrado sin llamar. Dije con extrema educación. La miré con una sonrisa encantadora. -Me presento: soy Hugo. Dije intentando calmarla. No me gustaría que comenzara a gritar y que llegara gente a la habitación.

Blair- dije alzando mi mano y ofreciéndosela- ¿Cumple tus espectativas, la persona que vive aquí?- pregunté sin dejar de mirarle, demostrando valentía y sin tartamudear al hablar. Por suerte, en Manhattan había aprendido a fingir emociones facilmente y ser una excelente actriz

Me extraño que dijera que si cumplía mis espectativas. Le estreché la mano con algo de fuerza. Después, la retiré y sonreí aun más. -Seré rápido. Algunas personas, ni siquiera me ven lanzarse a su cuello. Dije con frialdad. Me puse ergido, para comenzar mi ''trabajo''. -Tranquila, será indoloro... Aunque quizás te duela un poquito al principio. Reí con la misma frialdad de antes.

Respiré profundamente y puse mi mano sobre su pecho deteniéndolo sin poner demasiada resistencia - ¿Vas a matarme?- le pregunté. La verdad era que ser la comida de un vampiro era algo que no me atraía demasiado, pero si iba a serlo de todos modos, prefería no morir ni ser convertida por ello

Sonreí satisfecho,mostrando mis colmillos afilados. -Vaya, eres realmente lista. Dije divertido. -Es una verdadera lástima tener que hacerlo. Pero... estoy demasiado sediento como para dejarte ir. Di dos pasos más y me puse serio. -¿Últimas palabras? ¿O tal vez tienes tanto miedo que no puedes decir nada? Pregunté con brusquedad. Después, abrí ligeramente las piernas y puse cada brazo a un lado de mi cuerpo, y el móvil, lo puse junto a la ventana. Me estaba preparando para saltar sobre ella en cualquier momento.

¿Porqué querrías matarme?... pudiendo alimentarte de mí varias veces- dije apartándome el pelo de encima del hombro dejando ver mi cuello. Prefería no oponer resistencia y que me dejase aunque fuese con un hilo de vida.