Un encuentro casual [Evangeline]

Estuve dando vueltas por ciudad. Charlotte había vuelto para hablar con la reina Sulpicia y estando solo había decido salir a dar una vuelta. Me había alimentado hacía una hora de una jovencita. Pensaba en buscar tal vez de nuevo a aquella humana pero le había jurado a la reina no volver tras esa. Me senté en una banca mirando al agua. Los recuerdos de la vampira Evangeline en la discoteca me asaltaron y me hicieron sonreír.

Volvía de la ciudad, e iba de camino a Forks a buscar a los hermanos Salvatore, un efluvio familiar me llevó hasta el muelle reconociendo inmediatamente al vampiro titeretero.

Me acerqué a él pasando mi dedo índice con suavidad sobre sus hombros de forma distraída- No creí volver a verte tan pronto - susurré acercando mis labios al oído del vampiro.

Sentí su efluvio antes de escucharla - Evangeline - Voltee mi cabeza para verla a los ojos - Es un placer volver a verte - Giré mi cuerpo para observarla completamente. Tenía la belleza de todo vampiro y algo más.

Deslicé el dedo índice por el respaldo del banco rodeándolo hasta quedar delante de Anthony - Debo decir que el placer es mío - sonreí ofreciéndole mi mano para que la besase. Era una de las antiguas costumbres que me gustaba seguir usando entre los de mi especie.

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Voy vestida así, pero con un hombro al aire

Tomé su mano besando sus nudillos - Señorita que hace usted tan sola en un lugar como este? - Sin soltar su mano me puse de pie acercándome a su cuerpo - Permita que este caballero la acompañe - Con mis años apreciaba cuando una dama disfrutaba ser tratada como tal. En nuestra especie no era muy común.

Iba de camino a Forks, pero tu olor me atrajo, como la miel atrae a las abejas-susurré mirándolo sonriéndole dejando mi mano relajada, para poderla poner sobre su antebrazos en su compañía - ¿Y qué hace un vampiro como tú, tan sólo aquí?

Le ofrecí el brazo como todo caballero - Estoy solo en estos momentos - Sonreí al notar la forma en que había hablado - Charlotte está visitando a una vieja amiga suya y salí - Observé sus ojos - Me alegro de haberlo hecho - Justamente era una coincidencia encontrar después de haber estado pensando en ella

Sonreí sin enseñar los dientes, me humedecí con la lengua el labio inferior - Me hubiese gustado que el anterior encuentro... hubiese sigo algo más íntimo - dije mirando hacia el mar desde el cual se podía ver el anochecer, con el sol casi oculto por completo. El rostro de ella era luminoso y con la luz del anochecer parecía tener la piel de porcelana.

Observé su rostro a la luz tenue que aún se filtraba en el horizonte - Más íntimo mi querida señorita? - Susurré en su oído - Tal vez si usted me permite puedo cumplir ese deseo - Esperé su respuesta

Agaché un poco la cabeza girándome hacia Anthony alzando levemente la mirada - ¿Qué me propones? - susurré acercándome a él acariciando con mis finos dedos la mejilla de él, dibujando su mandíbula.

Sonreí amablemente - Tener un encuentro más íntimo - Susurré mirando sus labios y sus ojos mientras ella dibujaba con sus finos y delicados dedos mi mandíbula

¿Cómo de íntimo?-pregunté en un susurró deslizando mi mano por el hombro de Anthony hasta dejar mi mano jugueteando con el pelo de su nuca. Mis ojos estaban fijos en los de él, y mi otra mano estaba sobre su vientre sintiendo bajo la mano los abdominales del Vampiro.

Me acerqué lentamente a su rostro sin despegar mi mirada de sus ojos - Tan íntimo como lo desee señorita - Rocé sus labios suavemente con los míos en espera de una reacción favorable. Me había atraído cuando la observé en la discoteca y ahora en la soledad aún más.

Entreabrí los labios al sentir el roce de los de Anthony, una leve sonrisa se dibujó en los míos. Entrecerré los ojospegando mi cuerpo al del vampiro mordiéndole el labio inferior con suavidad tirando levemente de él - Me gustan los ratos agradables e íntimos - susurré sobre los labios de Anthony

Observé su mirada y sentí su cuerpo apegándose al mío - Entonces señorita, acepta usted la invitación de este humilde caballero? - La besé con suavidad jugando con sus labios

Sólo hay un problema... que estás comprometido...-susurré apartándome un poco de forma juguetona.

Observé su rostro - Mi querida Charlotte - Por un momento pensé en si mi amada se enfadaría o no. La noche de la discoteca no lo había hecho - No creo que mi amada tenga problemas mi querida pero se sentirá algo decepcionada de no haber estado presente - Sonreí

¡Qué liberal que es tu mujer!- exclamé sonriente

Sus palabras no me gustaron. Charlotte era mi prometida - Cuida tus palabras Eva querida - La observé serio - Sé que no lo dices con malas intenciones pero no es la manera de expresarse acerca de mi prometida - Charlotte era distinta. No me ataba a ella ni me prohibía pero aún así no me había gustado la forma en que se había expresado de ella.

¿Perdón?-dije alzando una ceja y cruzándome de brazos - No sé qué tiene de malo decir la verdad

La observé - Querida ella es muy especial para mí y no me agrada que aunque creas decir la verdad estés mancillando el nombre de mi amada al llamarla liberal - Sabía que estaba molestando a Eva al defender a Charlotte pero no podía evitarlo. El término liberal no describía a mi querida.

Reí- Definitivamente, no estamos hechos el uno para el otro - negué pasándome la mano por el pelo atusándolo y dándome la vuelta para marcharme

La tomé del brazo y la voltee hacia mi - Eva querida a dónde te diriges? - Le sonreí. Que no estuviera de acuerdo con sus palabras no haría que la dejara marchar.

A buscarme a otro Adán, para disfrutar del Edén - respondí mirando la mano de él que me sujetaba

La estiré un poco más pegándola a mi cuerpo y la besé con pasión - No necesitas marcharte Evangeline porque ya lo has encontrado - Acaricie suavemente su cuerpo y acerqué de nuevo mis labios a los suyos rozándolos. Esperando una reacción.