Regresando (Evangeline y Anthony)

Los Vulturi me habían encontrado y tuve que marcharme del lugar antes de que me diesen captura. Pero ahora debía regresar, Damon me había pedido que colaborase con él, y a su lado iba a luchar Sulpicia. Colaborar con los Vulturi podría beneficiarme y darme esa redención que necesitaba.

Llegué hasta el claro del bosque deteniéndome en seco al sentir un efluvio que me resultaba más que familiar - ¿Anthony? - me pregunté a mí misma caminando en dirección a ese efluvio

Estaba calculando como podríamos atacar y había recorrido el perímetro para poder conocer mejor el campo de batalla para mi reina Sulpicia cuando escuché un susurro no muy lejos - Evangeline - No tenía dudas de su voz y me volví para verla acercarse

¡Anthony!- exclamé corriendo hacia él y saltando encima suyo abrazándolo con fuerza. - Creí que ya no te encontraría por aquí... Creía que estarías en Volterra con los Vulturi

Sonreí ante la efusividad de su saludo - Me alegro de verte querida - La observé por un momento - Estaba en Volterra pero vine a conocer mejor el territorio - Estaba en algo así como una misión de reconocimiento

Me separé un poco mirándole con una sonrisa en los labios - ¿Te han enviado los Vulturi? - pregunté con curiosidad.

Seguía tan atractivo como antes de mi escapada, su rostro era igual de perfecto, su cuerpo igual de perfecto... todo él era pura perfección. Deslicé mi mano por su mejilla llevando mi dedo pulgar hasta sus labios acariciándolos y respirando profundamente, empapando mis fosas nasales con su efluvio. Un efluvio que había echado de menos más de lo que creía.

Asentí aún sonriendo - Si querida, estoy en una misión pero podría ser útil tu compañía - La pegué un poco más a mí, era hermosa y no había perdido ese toque que me hacía pensar al verla.

Apoyé mi mano sobre el pecho de él sonriendo con algo de picardía e inocencia fingida. Algo que me daba un aspecto angelical e inocente - Yo he acudido a la llamada de Damon, mi Sire... Ya sabes, él fue mi creador - susurré acercando mis labios a los de Anthony - Y, debo decir, que nunca antes me había alegrado de ser lo que soy... hasta que te conocí - añadí en un susurró antes de besarle en los labios con pasión.

El beso me tomó por sorpresa pero fue bienvenido y lo respondí con pasión aferrando su cintura y con la otra mano su cabeza delicadamente. Esos labios aunque no podía creerlo los había extrañado.

Me separé un poco mordíendome el labio inferior y sonriendo. Di un pequeño saltito y enrosqué mis piernas a su cadera, volviéndole a besar con la misma pasión, jugueteando con mi lengua con la suya.

Le sonreí para volver a besarla profundizando el beso mientras nuestras lengua se enfrascaban en una danza. La sostuve de la cintura con delicadeza.

Le miré a los ojos - Anthony... ¿sigues con Charlotte? - le pregunté algo seria acariciándole la mejilla con el dorso de la mano y bajándome, poniendo los piés en el suelo.

Suspiré al ver su rostro serio - Hemos conversado pero no ha terminado todo querida, aunque admito que eso parecía - En verdad Charlotte había estado dispuesta a terminar pero yo no pude terminar esa conversación con ella por una misión

Suspiré poniéndole morritos - Es que... ya sabes que me gustas mucho, y yo, por lo que parece también te gusto.. Pero no me gusta ser la otra, ¿me entiendes? - le susurré apoyando mi frente con la suya.

Su rostro era tan dulce con esos morritos - Querida no puedo negar que cuando conversamos o te tengo cerca estoy algo desconcertado la mayor parte del tiempo - Acerqué mis labios a los suyos - Así como el deseo que nos recorre a ambos - La besé brevemente para dedicarme a mirarla

¿Por qué no la dejas ya de una vez, y te dedicas a mí...?- le pregunté acariciándole con mis manos su cuello de forma distraída, mientras le rozaba sus labios con los míos de forma insinuante y tentadora

Sonreí al verla actuar de esa manera - No quisiera hacer daño a Charlotte pero sí debemos conversar, nuestra relación se ha enfriado bastante querida y ella no parece hacer esfuerzos en mantenerla en pie - Me encogí de hombros - A veces en realidad no la comprendo del todo