El cuervo y la loba (Damon y Leah)

Yo no me enfrío Damon, mi temperatura supera los 40 ºC...- lo miré con cautela mientras posaba su chaqueta en mis hombros y se me erizaban los pelillos de la espalda -

¿¿Se puede saber por qué haces esto?? Me confundes con tu amabilidad...debes odiarme y desaparecer, no somos amigos, por favor si queremos matarnos el uno al otro...- dije desconcertada moviendo nerviosamente las manos -

Primero, no sé qué temperatura tienes... Nunca te he tocado en tu forma humana. Y segundo, yo no quiero matarte... ni te odio... Si quisiese matarte, ya lo habría hecho la otra noche en el bosque. - respondí sonriéndole levemente.

Estreché con fuerza su gélida mano con la mía, y lo solté de inmediato.
Ahora ya has tanteado la diferencia de temperatura, y la de carácter creo que ya la conoces....los licántropos somos opuestos a los vampiros, calor y frío, impulsividad contra excentricidad...ya ves, tú eres amable y lisonjero, y yo una borde empedernida que quiere descuartizarte...más que nada te odio por instinto, por eso nunca podría ser tu amiga...- aseguré sonriéndole con sinceridad por primera vez -

El tacto de sus manos me resultó más que agradable, era calido y suave. Pero siempre seguia teniendo ese punto de hostilidad hacia mi.

Me acerque a ella acariciando osadamente con el dorso de la mano su mejilla - ¿No sabes lo del Ying y el Yang? O eso de que los polos opuestos se atraen... y los iguales se repelen - susurré preparado para recibir un ataque de la loba por mi osadia

De repente posó su mano en mi mejilla y el corazón comenzó a latirme a unas revoluciones nada convencionales. Primero un escalofrío me paralizó el cuerpo, y sentí algo muy extraño que hacía ya mucho muchísimo tiempo que no había vuelto a sentir. Y después siguió la punzada en el pecho, al igual que unos años antes. No iba a permitir que jugaran conmigo de nuevo.

Aparté su mano con brusquedad, aunque decepción.
¿Qué parte de que "no somos amigos" no has entendido? - pregunté muy seria -

Suspiré, esta mujer era muy complicada. Hinqué una rodilla en el suelo caballerosamente y tomándole de la mano la mire a los ojos - Leah Clearwater, ¿quieres ser mi amiga? - le pregunté mirandola a los ojos con tono serio

¿Pero tú estás loco? - pregunté alucinada -

¿Por qué querría ser yo amiga tuya y tú amigo mío? Esto es totalmente surrealista...creo que esto ha llegado demasiado lejos, debo irme...- contesté moviendo la cabeza muy confundida, hacía demasiado tiempo que nadie era amable conmigo -

Agarré más fuerte la mano de Leah - Porfavor... - susurré poniendo cara de pena, mirandola aun con una rodilla en el suelo

Por favor ¿qué?...me lías Damon..., ¿por qué quieres que seamos amigos? Te he dicho que protegeré a Delia...así que fin de conversación. -afirmé sin apenas mirarlo -

Me puse en pie sin soltar la mano de Leah, tiré bruscamente de ella hacia mí poniéndola contra mi pecho, rodeándola con mis brazos con suavidad, acariciandole el pelo en el abrazo - No todos somos iguales. Ya has visto que poseo humanidad - susurre al oido de Leah

Sentí el abrazo de una forma extraña pero confortable. Respiré aceleradamente, escuché sus palabras y sentí su aliento en mi cuello, nerviosa y expectante. Evidentemente Damon estaba ejerciendo sobre mí algún tipo de poder extraño, y si por un momento me sentí un poco cómoda allí entre sus brazos, todo se desvaneció al recordar quién era yo y lo que me estaba haciendo aquel vampiro.
Lo empujé pero esta vez me sentí muy mareada, y caí de rodillas apoyando una mano en el suelo, totalmente ida y sin fuerzas.

No te acerques más...- pedí con voz entrecortada, asustada por primera vez, e intentando apartarlo -
¿Qué me estaba pasando? Leah reacciona, levántate y huye, te ha atontado...- me gritaba todo mi cuerpo, pero mis músculos estaban aterecidos y todo en mi cabeza daba vueltas -

Me agaché en seguida cogiéndola en brazos - Lo siento, no puedo dejarte aquí... Te acercaré al menos hasta dónde me está permitido llegar - dije empezando a caminar con ella en brazos. Me resultaba muy ligera de llevar, como si cargase con una simple pluma.

No...no...no quiero...vete, déjame - balbuceé sin fuerzas y ya medio inconsciente entre sus brazos -

Esto no me lo perdonaría nunca, ahora le debía un favor a aquel vampiro, y no me hacía ni pizca de gracia.
Un torbellino de ira, desesperación, impotencia, humillación y calidez se mezclaron en mí, obligándome a caer rendida y a merded de Damon. Me había agotado con tanta acción, entradas y salidas de fase, peleas y disgustos...y, ahora estaba en manos de mi enemigo.

Me detuve cerca de unas enormes raices, me arrodille con Leah en brazos y la dejé sobre la mullida hierba sujetandola entre mis brazos. Con mi mano aparté el pelo de su cara acariciándole su tez morena - Leah...Leah... despierta - susurre intentando hacerla despertar

El frío comenzaba a hacerme temblar, un olor penetrante invadió mi cabeza y entreabrí los ojos. Vi a Damon tratando de reanimarme. Y me aparté de él torpe e instintivamente. Estaba desorientada, no reconocía el bosque, y ¿por qué llevaba una camisa de hombre?, y ¿qué hacía durmiendo al lado de mi enemigo?

¿Qué..qué ocurre, qué me pasa? - pregunté aún aturdida -

Le dí un poco de espacio - Tranquila, estábamos hablando y perdiste las fuerzas... Quería llevarte hasta la reserva, pero perdiste el conocimiento - dije con cautela, atento a su salud. Podía escuchar su corazón y su respiración y con ello saber si iba a desmayarse de nuevo

¿Tu me has ayudado...? No entiendo...- dije anonadada y exhausta -

Gr..gr...gra...gracias....supongo - susurré observando a Damon, no sabía por qué lo había echo, y agradecérselo era tirar por los suelos todo mi orgullo -
Estaba echa polvo.

Me acerqué de nuevo a ella bajándole un poco más la camisa - ¿Crees que podrás caminar? - pregunté dispuesto a ayudarla a llegar a la reserva, ya que me habia prohibido entrar

Sí creo que sí...- mentí intentando levantarme a trompicones -

No importa no me pasará nada enserio, es mala idea que me acompañes....vuelve a Forks, te mandaré la camisa por correo...- bromeé recostándome un poco contra un árbol -

Me levante sujetándola contra mi cuerpo - Déjame ayudarte Leah... Puedo darte la energía que necesitas

¿Qué..? - balbuceé de nuevo cuando me irguió -

¿Me vas a dar un chute de cocaína Damon? - sonreí -
Enserio déjame aquí y vete, no quiero más problemas y enseguida me recupero...además pronto pasará alguno de los licántropos y me olerá...- dije intentando zafarme de su abrazo -

Suspiré, la chica no estaba como para quedarse sola, ni como para llegar a casa sin caerse.

Me lleve la muñeca a la boca mordiendome, provocandome una herida sangrante. La acerque a los labios de Leah. Curiosamente, la sangre tenia un olor casi agradable - Bebe un poco, te recuperarás en menos de un minuto - susurré mirándola a los ojos.

Lo miré atónita, y le aparté la mano que me provocó arcadas.
Quita...- dije con brusquedad ante su ofrecimiento - No sé cómo puedes ofrecerme tu sangre sabiendo todo lo que pienso, odio vuestra naturaleza y tú quieres que...noooo. Prefiero morir, déjame. - pedí ofendida, y lo empujé levemente, cayendo al suelo de bruces -

Me sentía aterrada, no entendía le sadismo que se escondía tras su aparente bondad y amabilidad conmigo. Esperaba que no intentara atacarme en aquellos momentos, estaba decepcionada y débil.

suspiré de nuevo - Voy a terminar arrepintiéndome- me dije a mí mismo. Me agaché volviendo a coger en volandas a Leah y salí corriendo en dirección a la reserva, hacia la casa de ella.

Noooo...pero ¿qué te pasa? No entres en la reserva, morirás...- dije pero Damon seguía corriendo en dirección a mi casa -