Explicaciones y cabezonería (Damon vs Leah)

Llegué a casa después de mi aventura en el bosque y observé todas las luces apagadas. Olisqueé el ambiente y no encontré nada sospechoso, así que salí de fase.
Después entré por la puerta de atrás y vi la nota de mis padres:
"Leah nos vamos a cenar y al cine, que tu padre está generoso. Te quiere Mamá"

Sabía que Seth estaba con Christine su imprimada, así que estaría sóla y podría pensar en todo lo ocurrido. Fantástico, acabaría por estallarme la cabeza.
Corrí hacia el baño y abrí el agua fría de la ducha, esperando que la gelidez me aclarara las ideas y aplacara mi ira. Me puse una camiseta larga y bajé a acurrucarme en el sofá, pero era incapaz de estarme quieta y comencé a dar vueltas alrededor del salón.
¿Debería llamar a Sam Uley? ¿A Jacob? ¿al ejército de los EEUU? ¿a Rusia a ver si tienen a la venta una bomba nuclear? - pensaba y pensaba tonterías más frustrada que nunca -

Una vez hecho todo el trabajo y haber regresado, decidí intentar arreglar las cosas. Arriesgué mucho entrando en la reserva, lo hice transformado en cuervo ya que era el único modo de no ser detectado como vampiro.

Me posé en la ventana de la habitación de Leah empezando a graznar.

De repente el sonido de un estridente graznido bajó por la escalera de la casa, subí nerviosa y estremecida.
En la ventana de mi habitación había un pajarraco negro, apoyado y mirándome de una forma muy poco animal. Nunca me habían gustado los cuervos, eran pájaros de malos augurios y extrañas leyendas, así que cogí la toalla que había dejado encima de mi cama y me acerqué hasta él haciendo mucho ruido.

¡¡¡Fueraaaaaa....pajarracoooooo!!!! - gritaba ahuyentándolo, pero él daba pequeños saltitos esquivándome -

Me quedé estupefacta y quieta mirándolo amenazadoramente.

Esquivé con agilidad los movimientos de la loba, graznando cuando dejó de intentar alejarme.

Emprendí el vuelo desapareciendo entre los árboles, y reapareciendo en forma humana bajo la ventana de Leah. En silencio, mi mirada estaba fija en su ventana, esperando a que ella notase mi olor.

De repente el repelente cuervo salió volando, y yo tomé una bocanada de aire. Un nauseabundo olor me atravesó el pecho y supe que otro chupasangres había osado acercarse hasta mi casa.
Apreté los puños con fuerza, dispuesta a saltar por la ventana ya convertida en loba.
Pero de repente sentí algo familiar en esa peste, y me asomé con cautela a la ventana abierta.

Damon...¿pero qué diablos haces aquí de nuevo? ¿Te crees que esto es un juego y que puedes pasearte por la reserva cuando te venga en gana?
Fuera de mi casa, que yo no soy tan amable como Julieta....- le grité en la oscuridad más sorprendida que nunca -

Leah, baja el volumen. No es necesario gritar. Tengo buen oído.-dije indicándole con la mano que bajase la voz - Me gustaría podértelo explicar todo, y hablar sobre la situación de David.

¡Pero bueno! Nadie me dice cuánto tengo que levantar la voz, así que grito todo lo que me da la gana...además es que esto es increíble, me da exactamente igual lo que le pase a David, él no es bien recibido por aquí...y tú tampoco ¿entendido?
¿No se te habrá ocurrido jugar a ser el abogado del diablo? Porque ya te digo que David es un traidor, y que correrá un destino amargo si colabora contigo.... - dije furiosa haciendo un gesto de corte de cuello -

Estoy harta de vosotros dos, así que te informo de que iré a por Delia y la encontraré, no vais a hacerle daño y punto...y ¡largo de aquí ya o te echaré yo misma!- afirmé testaruda cerrando la ventana -

Off: haber cómo haces para colarte en mi casa nene...XDDDD (soy una cabezona)

Me llevé la mano a la cara, esta mujer era imposible. Me estaba empezando a crispar.

Leah, Delia está perfectamente. Por favor, sal para hablar.- dije sin alzar mucho la voz, sólo lo suficiente como para que ella pudiese escucharme - Si no sales... haré que salgas de un modo u otro, aunque tenga que revolucionar a todos los licántropos de la reserva. Y me da igual si me van a descuartizar. Pero necesito que me escuches y que dejes de ser tan testaruda

Si hacía ruido vendría cualquiera de los chicos de la manada que rondaban en las noches, y entonces tendría un problema grave. Creerían o bien que era una cobarde, o bien que era amiga de una sanguijuela. No sabía cuál era la peor de las dos explicaciones.
Así que me armé de valor y volví a abrir la ventana, cayendo de un salto enfrente de Damon.

¿Se puede saber por qué tienes tanto interés en hablar conmigo Damon? Incluso enfrentándote a mis hermanos por convencerme...me sorprendes, pero si sabes que soy una testaruda deberías dedicarte a proteger a David, porque le hará falta...- respondí apartando el pelo mojado de mi cara -

Gracias- dije cuando apareció delante de mí, y dió su discurso de bienvenida. Como siempre, a la defensiva.

Leah, David actuó como actuó porque en ese momento teníamos un interés común, Delia. Como sabrás, ella está imprimada por él. Necesitaba borrarle cualquier recuerdo sobre la existencia vampírica, porque Los vulturi están pisándome los talones. Y de saber que ella conocía de nuestra existencia. La habrían convertido. El único modo de que permaneciese humana era éste. Por mucho que intentase esconderse, la encontrarían. Es cierto David y yo trabajamos juntos para salvar a Delia. Pero de no haberla secuestrado, no hubiese sido necesario todo esto. Ella habría olvidado todo lo referente a los vampiros, y seguiría tan feliz.- comenté pasándome la mano por la nuca.

Creo que piensas que soy idiota Damon...¿qué interés tienes en Delia?
Los de vuestra especie no sois altruistas porque sí, eso lo tengo muy sabido y asimilado. Has convencido a David porque está totalmente enamorado de ella, pero a mí dudo mucho que me saques de la cabeza la idea de encontrar a Delia...
De todas formas ¿por qué me cuentas esto? Sabes que odio a los Vulturi tanto como a ti, sois de la misma calaña, y que no puedo permitir que maten a un sólo humano en Forks, sea quien sea....- pregunté -

Damon me desconcertaba, algo me decía que había parte de verdad en su historia, pero mi naturaleza desconfiada bloqueaba cualquiera de sus argumentos.

No te voy a impedir que vayas a buscar a Delia. Ella está a salvo con David. Eres libre de rastrearla y cerciorarte por ti misma de que está perfectamente. El interés que tengo en Delia es personal. La encontré cuando tenía 2 años, era huérfana, y no pude dejarla abandonada a su suerte. Había algo en ella que me hizo hacerme cargo de ella, cuidarla, y permitirle crecer a salvo.- Respondí a sus preguntas.

Pues muchas gracias por tu aprobación...claro que lo haré. -afirmé en actitud despreocupada-

La historia de Damon era tremendamente increíble, nunca había conocido a ningún vampiro que amase un humano sin acabar convirtiéndolo, más allá de las historias raras que había oído sobre Edward Cullen, las cuales también carecían de credibilidad para mí.

Y déjame felicitarte entonces, porque eres el primer chupasangre con sentimientos por lo que veo... - dije irónica pero vi que parecía molestarse más de lo habitual -
Oye Damon soy una escéptica, pero no voy a cambiar ahora, son mis genes licántropos los que me dominan...así que mientras no me entere de que le haces daño a esa chica no te buscaré para matarte...- agregué sarcástica -
Y sino quieres nada más deberías irte...- señalé el camino mientras enarcaba una ceja -

Ah, ah-negué-Antes necesito que me asegures de que David podrá regresar a la reserva y que no se sabrá que ayudó a un vampiro.

¿Y eso por qué debería prometértelo? David tiene que someterse a nuestro juicio como miembro de esta especie.
Respetaré sus intenciones porque está imprimado, y no te meteré en esto siempre que no me des motivos...pero tengo que informar de que me ha dejado en la estacada, ha traicionado el principio sagrado de solidaridad que guía a la manada y nos protege contra vosotros...así que su castigo lo decidirá el Consejo...- aseguré sin mirarlo -

Leah, por favor. Para él es muy importante poder regresar a su casa. Sino... tendrá que irse muy lejos... Perderíais a un miembro muy valioso. Leah, por una vez en tu vida... Sé sensata, no te dejes llevar por tus principios lupinos. En el fondo sabes que es lo correcto. Trabajasteis como una manada hace dos días, contra Sulpicia y contra mí. Y espero poder volver a pelear contra los dos... estando vosotros en la misma manada.-dije con sinceridad mirando a Leah a los ojos

Eso no es decisión tuya. No tengo poder para interferir en las decisiones del Consejo, y aún menos cuando su imprimación casi me mata. -afirmé tajante-

Después lo miré y recordé que él había colaborado en que Sulpicia no los descubriera, y en que habían evitado luchar conmigo en el bosque. Sabía que de no ser por él posiblemente estaría muerta, ya que había minimizado la atención de Sulpicia en mí. No podía creer lo que estaba a punto de hacer.

Damon que David vuelva a su casa, pero que no se cruce en mi camino...y desde luego que ni se le ocurra invitarte a tomar pastas con té a su casa. La próxima vez no perdonaré ni atenderé a razones. - contesté girándome para marchar -

Sonreí, había conseguido lo imposible - Gracias perrita - dije alborotándole el pelo antes de convertirme en cuervo y salir volando.

Eso sí que noooooo...- grité mientras intentaba agarrarlo por el rabo -
Había cedido contra mis principios, y aún por encima me había tratado como un perro. Me sentía totalmente humillada e idiota.

¡¡¡¡Maldito pajarracoooooo, la próxima vez te cortaré las plumas!!! - le avisé dando a entender que mi amenaza iba muy enserio -

Grazné a modo de risa sobrevolando por encima de ella un par de vueltas, y tomando rumbo hacia Forks

Que te has creído tú que esto se queda así...- le grité ante su burla, y sentí una súbita e incontrolada furia en mí -

Estallé en fase aún agotada, e intenté seguir al ave de mal agüero rumbo a Forks.

[[Pasamos al bosque]]