Suite presidencial (Jane y Damon)

- Vale... - dije sonriendo y acercando mi cabeza para que me acariciase, como si fuese un gato.

Abrí los ojos lentamente.

- Damon... - susurré- me siento extraña...

¿Qué te pasa?-pregunté acariciándole el pelo

- No lo sé... supongo que será el cambio... - dije encogiéndome de hombros- ¿Lo estoy llevando bien? -pregunte entre tímida y asustada.

Me erguí mirando a Damon.

- Esto es lo que quiero... pero supongo que hasta que me acostumbre me costará un poco... - dije con la mirada triste.

Lo estás llevando mucho mejor de lo que lo llevé yo. Tranquila, con los días tendrás nuevas sensaciones, y otras que tienes ahora,... desaparecerán-dije abrazándola contra mi cuerpo

- Sólo espero que esta no desaparezca... - dije en un susurro hundiendo mi cabeza en su pecho.

¿Cual es?-pregunté inocentemente abrazándola contra mi pecho

- Lo sabes de sobra - dije pícara - No me hagas hablar... -dije volviendo a mi habitual sonrisa.

Me enfrasqué en mis pensamientos durante un instante. Tenía hambre y si salía a la calle con hambre no sabía si iba a ser capaz de controlarme.

- Damon... tengo hambre... y si me aguanto más puede que luego no pueda... -agaché la mirada- contenerme... -dije casi en un hilo de voz - De hecho no se si podré siquera hacerlo cuando esté en la calle- dije con tristeza.

¿Quieres que llame al servicio de habitaciones de nuevo?-pregunté mirándola a los ojos

- ¿No lo notarán? - pregunté inquieta- Aunque... alguna vez tendré que salir, ¿no? - dije mirando a Damon. - Aunque una ayudita para poder salir más tranquila a la calle no me vendría mal... - dije haciendo referencia al servicio de habitaciones.

Me levanté de la cama - Vamos, arreglate, saldremos a cenar-dije entrando en el baño para arreglarme el pelo

Me acerqué al armario y saqué algo cómodo y casual, pero que me sirviese para salir también. Saqué unos pantalones negros ceñidos y una camiseta blanca de tirantes cruzados a la espalda. Me puse un bolero de encaje y unos botines de tacón pequeño negros. Cogí una chaqueta de piel corta y entallada en negro y la dejé sobre la cama para ponérmela más tarde.

Me atusé el pelo dándole algo de volumen y me miré en el espejo. Seguía siendo yo, pero había algo raro en mí, era como una versión 2.0. de mí misma.


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El modelito

Creo que deberías escribir una carta a Delia para despedirte de ella... Vas a estar un par de meses lejos de todo esto- dije - No conviene que te acerques a humanos que aprecies-susurré

- Lo había pensado... - dije dirigiéndome a la cama y colocándome la chaqueta.- Me parece algo cutre, pero supongo que será lo mejor...

Me miré en el espejo, sorprendida y arqueando una ceja.

- No deja de sorprenderme que tengas tan buen gusto con la ropa de mujer y además hayas acertado mi talla...

Uno de mis secretos, es que he sido amigo de grandes modistos a lo largo de la historia-sonreí- ¿Quieres que te ayude con la carta? Se la podemos dejar antes de irnos a Italia

Suspiré.

- Me da la impresión de que apenas sé nada de tí... -dije sacándome el pelo por el cuello de la chaqueta.- Y por la carta... no te preocupes... había pensado en ponerle que me iba unos meses por una beca de estudios. ¿Te gusta? - pregunté arqueando una ceja.

Me parece bien, pero no le digas que estamos juntos. Sino, podríamos tener problemas por el novio de ella-torcí la boca

- ¿Por Dave? - dije arqueando una ceja incrédula- ¿Qué problema tendría él con nosotros? - puse los ojos en blanco- Vale... ya capto... Eres vampiro- dije torciendo la mandíbula.- ¿Pero qué problema podríamos tener?

Él es un licántropo, vendría a matarse si se enterame de que me llevo a la mejor amiga de Delia, y que encima la he convertido-reí

- ¿Y a él que más le dará? Hago lo que quiero... además, ¿quien es él para decirme nada si se ha llevado él a Delia? - dije arqueando una ceja- ¿Él puede convertirla? - pregunté curiosa.

Apoyé la cabeza sobre el hombro de Damon y suspiré algo confusa por todos los pensamientos que me asaltaban en ese momento.

Los licántropos no pueden convertir, es algo genetico natural. Nosotros somos algo genetico mutacional-le respondí acariciándole la pierna

Asentí y esbocé una leve sonrisa ante su caricia, levantando levemente el rostro hasta rozar con la punta de mi nariz su mandíbula.

- Cuando estés listo nos vamos.- dije aspirando su efluvio reconfortante.

¿Podrás controlarte? Ahora, tienes mas fuerza que yo-dije riendo

- Lo intentaré... -dije timidamente encogiéndome de hombros mientras entralazaba mis dedos con los suyos. - Siempre he tenido bastante fuerza de voluntad... - dije jugueteando con los dedos.

Pero no se trata de fuerza de voluntad... es difícil controlar un instinto primario-dije pasándole un mechón de pelo tras la oreja.

Apreté su mano con fuerza, soltándola súbitamente como si quemase cuando noté cómo sus huesos crujían. Me levanté de golpe apoyándome sobre la pared, con las manos en mi espalda y mirando apenada a Damon.

- L-Lo siento... yo no quería... ¿estás bien? - dije bastante nerviosa sin moverme ni un ápice.

Habría roto a llorar si hubiese sido humana, pero los humanos no rompen manos con un simple apretón.