Salón de la casa

Me di cuenta de la reacción de David y puse mi mano sobre su brazo - ¿Te pasa algo David? - pregunté con algo de miedo

- No, nada, tranquila... simplemente se me ha puesto dolor de cabeza, este tiempo me mata...- dije pasandome la mano por la cara notando la prominente barba de varios dias.

En pocos segundos até cabos, Imprimación, licántropos, la reacción de David al escuchar el nombre de Damon y la descripcción de la situación, y lo que me había hecho antes. ¿Sería David un licántropo? Tenía miedo de preguntarlo, porque temía a la respuesta.

David... ¿Eres uno de ellos?-pregunté con la voz temblorosa

- ¿Uno de ellos?¿De quienes?¿Licántropos quileutes?¿Tengo pinta de ser un quileute?-dije forzadamente intentando no alterarme.

Me mordí el labio inferior - Uno de los lobos que vi... - Respondí de forma directa, preparándome para su reacción.

- Uno de los lobos que viste... ¿que?- pregunte arqueando una ceja.

Tomé todo el aire que mis pulmones abarcaron y mirando a David a los ojos dije - ¿Eras el lobo que estaba frente a mi tío? -pregunté haciendo una breve pausa- ¿Eres un licántropo?

No pude evitar reir.
- ¿Que te hace pensar eso?¿Acaso tengo cara de lobo?-pregunté arqueando una ceja y palpandome la cara con las manos. Me estaba costando horrores contenerme, pero lo estaba consiguiendo.

Me acerqué más a él - No soy estúpida, sé lo que siento, y sé que el miedo y la angustia que he sentido cuando he tenido esa visión, no eran por Damon.... - Mi respiración era acelerada, tenía miedo, pero a la vez tenía el valor de querer descubrir la verdad - Esos sentimientos eran por ti - hice una breve pausa- No sé por qué te estabas enfrentando a él, ni porqué tratas de ocultármelo.

-Delia... -susurré- Pregúntale primero a ese que dice ser tu tío y luego te contestaré yo- dije poniendo sus dedos sobre la barbilla de la joven- Cuando él te diga toda la verdad, te la contaré yo también. ¿Podrás hacerlo?

Golpeé el marco de la ventana cabreada, parecía que todo el mundo estaba empeñado en ocultarme las cosas - Haz lo que te dé la gana David - respondí molesta, apartándome hacia el sillón poniéndome la chaqueta y recogiendo mis cosas - Gracias por tu hospitalidad-le dije mirándole segundos antes de caminar hacia la puerta.

- Delia... por favor... ten cuidado... No vayas con él... -grité antes de convertirme en un enorme lobo de piel gris y marrón.

Salté hasta colocarme delante de la puerta impidiendo que Delia saliese acostandome justo a sus pies.

No me dio tiempo a reaccionar al escuchar su voz, fue girarme y ver a un enorme lobo, idéntico al que había visto en mi flashback, delante de mí. Dejé caer las cosas al suelo y retrocedí algo temerosa, tirando al suelo una lámpara que habia sobre una mesita, sin querer. Retrocedí hasta que hice tope con la pared. Realmente daba miedo ese lobo, pero se había confirmado mi sospecha. Tenía miedo de que pudiese hacerme daño incosncientemente.

Él... él es mi familia, es mi tío...-respondí mirando a David con ojos llorosos.

Me acerque en forma de lobo hacia Delia, lentamente y gimoteando hasta llegar a su altura y acariciar su brazo con la parte superior de mi cabeza. Lo ultimo que queria en aquel momento era que me cogiese miedo y acabase dejandome de lado.

Miré al lobo estirando la mano para tocarle, pero seguía con miedo. No podía creer que fuese cierto... Si los licántropos existían... ¿Aquellos a los que los ancianos llamaban ''Los fríos'' también existirían? Terminé tocando una de las orejas del lobo, el pelaje era de una suavidad extrema, agradable, y desprendía un agradable calor.

Dave...-susurré intentando autoconvencerme de que era David, que no iba a hacerme daño

Me sente sobre mis patas traseras y movi la cabeza buscando las caricias de Delia, inconscientemente comence a mover la cola como un perrito faldero. Delia estaba perdiendome el miedo, enseguida seria momento de volver a mi forma humana y hablar con ella, pero no debia olvidar que antes tenia que entrar a mi habitacion a por algo para taparme.

Me dejé caer de rodillas al suelo y abracé al enorme lobo con todas mis fuerzas. Era confortable, agradable, cálido, como abrazar un enorme osito de peluche con vida. Sentía los latidos de su corazón latiendo rápido y con fuerza.

Acaricie su cara con mi hocico y me separe para dirigirme corriendo a mi habitacion. Alli me transforme en humano. Me puse corriendo unos pantalones de baloncesto que habia en una silla y sali colocandome una camiseta de algodon blanca. Me detuve al cruzar la puerta.
- Bueno, ¿ahora crees o no?-pregunte expectante

Me incorporé y caminé hacia David abrazándole de nuevo - ¿Hay muchos como tú? -pregunté mirándole a los ojos

Me quede parado ante el abrazo de Delia. Sorprendido le devolvi el abrazo.
- Bueno, no somos muchos. Es algo que se transmite de generacion en generacion. Mis abuelo materno era quileute... supongo que se lleva en los genes y despierta en algunos...-dije encogiendome de hombros- Pero no es a nosotros a quien debes temer... -le dije severo.

¿Entonces? ¿A quién debo temer? - pregunté pensando en ese momento en los Fríos, y en la imagen que vi en mi cabeza, de David frente a mi tío. ¿A caso mi tío era su enemigo? ¿Podría ser él uno de esos a los que los Quileutes llaman ''los fríos''?

-Delia, si nosotros no somos los malos... deberias de saberlo ya. Tonta no eres precisamente.-dije dando unos pasos, acercandome a ella y deslizando mis dedos en sus mejillas.

Los fríos-confirmé - Pero no sé qué son, ni cómo reconocerlos... - respondí bajando la mirada al sentir las manos de él en mis mejillas.

- Cuando tú te acercas a otra persona, le coges la mano o le das un abrazo, notas que desprende calor corporal, ¿verdad? En nuestro caso es más elevado que la media, pero no viene al caso. Los 'frios' precisamente no tienen ningun calor corporal, es mas, son frios como el hielo y duros como una piedra. Unicamente se alimentan de sangre bien de animales o... de personas-dije algo cortado por si a Delia le daba reparo- La mayoria de ellos siembra la destruccion y el caos alla por donde pasan...

Son... ¿Una especie de vampiros?-pregunté extrañada