Salón de la casa

Me dejé caer sobre el sofá llevándola conmigo. Me tumbé, dejándola entre mis brazos y dandole un beso en la frente.
- ¿Asi esta bien?-pregunte

Me abracé a David cerrando los ojos y asintiendo sin perder la sonrisa - ¿Sabes que me encanta estar así contigo?

- ¿Sabes que a mi también me encanta estar así contigo? - dije dándole un suave beso en la frente.
Estar abrazado a Delia, protegiéndola con mis brazos me relajaba. Cerré los ojos dejandome llevar por el suave aroma que desprendia su cabello.

Cerré los ojos acurrucándome contra David, el calor de su cuerpo era más que suficiente. Mi mano jugaba con su pelo acariciándole la parte de la nuca - Te quiero Dave - susurré contra sus labios.

- Y yo a tí, Dels- susurré sin abrir los ojos notando como sus labios se rozaban cuanto apenas con los mios.

Deslicé mi mano por la mejilla de él abriendo los ojos unos segundos, para cerrarlos al besarle con suavidad, inspirando su olor. Cada vez que le besaba mi corazón se aceleraba desbocado como si quisiese salir del pecho.

Noté los latidos de su corazón. Sonreí levemente. Le dí una palmada en el trasero y sonriendo le dije:
- Va, Dels, hora de ir a la cama... - dije arqueando una ceja- a dormir.- dije secante.

Me quejé con gemiditos y poniéndole cara de pena- ¿Me llevas en brazos? - dije mirándolo a los ojos intentando darle pena.

Puse los ojos en blanco suspirando y sin mediar palabra la cargué en brazos pasando un brazo por su cintura y el otro por debajo de las rodillas, dirigiendome dando tumbos a la habitacion.
- Cualquiera diria que pesas lo que pesas...

¿Peso mucho?-pregunté alarmada. Era imposible... ¡yo adoraba hacer ejercicio!

No pude evitar soltar una carcajada. Dejé caer a Delia sobre la cama lentamente.
- ¿Qué lado prefieres? - dije mirandola con los brazos en jarra.

¿En medio?-pregunté sonriendo e incorporándome un poco.

- Asi vas a estar toda la noche pegada a mi... - dije torciendo el gesto fingiendo desagrado.- Bueno, tendré que soportarlo... - dije dejandome caer a su lado.

Cuando se echó a mi lado le dí un golpe con el puño en el costado. Sabía que no le iba a hacer daño - ¿Por qué eres tan desagradable a veces?-pregunté molesta

- No soy desagradable, bombón, lo que pasa es que no siempre soy un terroncito de azúcar...- dije poniendo los ojos en blanco y pestañeando rapidamente para inesperadamente besar a Delia en la frente.

Suspiré dándome la vuelta y haciéndome un ovillo, dando la espalda a David - Buenas noches - susurré mirando por la ventana como entraba un poco de claridad de la luna

Pasé el brazo por la cintura de Delia, aferrándola contra mi pecho hasta acoplarnos el uno al otro. Acaricié con mi nariz su cabeza acompañada de un suave beso.
- Dulces sueños, mi vida- dije en un susurro.

Puse mis manos sobre las de él cayendo rendida en cuestión de segundos.

A las pocas horas de entrar en sueño, cerca del amanecer, empecé a sentir una fuerte presión en el pecho y un ligero dolor punzante a la altura de las costillas. Me levanté de la cama en silencio poniéndome unos calzoncillos limpios de Dave, a modo de pantalón corto y fui hasta el salón abriendo la puerta y quedándome mirando a través de ésta en silencio con un brazo rodeando mi cuerpo yc on la mano sobre las costillas.

Al darme la vuelta noté que me faltaba algo. Estiré la mano intentando encontrar el cuerpo de Delia en mi cama, fue en vano. Me incorporé mirando a mi alrededor, no había ni rastro, aunque su aroma seguía en mi casa. Me puse en pie y salí de la habitación. Enseguida vislumbre una silueta.
- Dels, ¿qué haces ahí?¿Te encuentras bien?- dije acercándome a ella y agachandome justo delante para poderle ver bien la cara.

Negué levemente- Siento como una presión en el pecho... y me duele el costado - respondí mirándole a los ojos y apoyándome en el marco de la puerta, volviendo a mirar hacia el exterior. Hacía mucho frío fuera, pero yo no sentía tanto frío.

- Tranquila, Dels, túmbate aquí en el sofá... voy a prepararte una manzanilla a ver si te alivia, sino tengo unos analgésicos en el botiquín del baño... - dije algo nervioso mientras me dirigía a la pequeña cocina contigua a hervir un poco de agua. - Dels, ¿lleva mucho rato doliéndote?

No entendía por qué, pero mis ojos empezaron a llorar sólos. Sin llanto, mi mirada estaba fija en el bosque que se comunicaba con Forks, y pude sentir como mis lágrimas caían por mis mejillas. Avancé un paso poniendo mis pies descalzos sobre el frío asfalto.

Relajé mis brazos dejándolos a ambos lados de mi cuerpo y cerré mis puños con fuerza. Me sentía mal... sentía dolor y pena... pero no me había pasado nada. No entendía qué me estaba afectando tanto como para que llorase sin poderlo evitar

-¡Delia!- dije mientras salía corriendo tras ella.
La cogí del brazo girándola hacia mi.
- ¿Que te pasa? - dije echandole un vistazo rapido- Entra y vistete que te voy a llevar al hospital.-dije tajante.

Cuando sentí el tirón de Dave salí de mi ensimismamiento y reaccioné mirándole extrañada - Estoy bien - respondí tajante, mirándole a los ojos y moviendo el brazo para soltarme de él.

Entré dentro de la casa sentándome en el sofá y poniéndome la mano sobre el pecho respirando profundamente.