El principio del final. (Aro y Blair) +18

Gemí nuevamente mirándole a los ojos notando mis piernas desnudas enroscadas a la cadera de él, ya que la falda del vestido se me había subido hasta el principio del muslo cuando él me alzó las piernas - Ya no tienes que controlarte nunca más...- susurré sobre sus labios segundos antes de besarle apasionadamente

mis manos comenzaron a recorrer su cinrtura subiendo su blusa por su cuerpo deshaciendome de ella, le bese lleno de pasión y lujuria rozando mi cuerpo al de ella sintiendo su piel cálida sobre la mía recordando aquella vez que habíamos hecho el amor cuando ella era humana.

Esta vez te entregaré todo de mí...

Susurré lascivo en su oído jadeando para provocarle mientras buscaba el broche de su sujetador para despojar sus pechos de él.

Ayudé a que se deshiciese de mi sujetador y deslicé mis manos por la hilera de botones de su camisa. Introduje mis finos dedos entre la apertura de dos botones y di un tirón, bastante flojo y arranqué todos los botones.

Le miré a los ojos deslizando mis manos por sus hombros quitándole la camisa lanzándola al suelo. Arañé su espalda con mis uñas empezando a besarle el hombro y a carle suaves mordiscos sin clavarle mis colmillos. Deseaba disfrutar de nuevo de él, así como había ocurrido hacia casi dos años, ahora no podía negarme nada, ahora era como él

Estiré una de mis piernas acariciando con el pie su pierna, y mientras él me besaba el pecho, deslicé mis manos entre nuestros cuerpos desabrochando su pantalón para quitárselo con su ayuda. Deseaba tenerle de nuevo sobre mi cuerpo desnudos los dos, y sintiendo ahora su calidez, ya que nuestros cuerpos estaban a la misma temperatura y resultábamos cálidos el uno al otro.

Ella llevaba unas medias sexys que solo se sostenían desde sus piernas por lo que solo quedaban sus bragas, le ayudé a deshacerse de mis pantalones quedando los dos casi desnudos una vez más, mi cuerpo se apegaba al de ella abandonando sus pechos buscando sus labios otra vez, nuestros sexos se rozaban el uno con el otro, y de mi boca brotaba una respiración entrecortada.

Se mía....

Mururé mirandole a aquellos ojos rojos por la sangre, a aquella vampira que me hacía enloquecer.

Sonreí con malicía y picardía y rodé en la cama colocándome encima de él apoyando mis manos a ambos lados de su cabeza acercando mis labios a los suyos - Voy a ser tuya para siempre - susurré sobre sus labios apartándome un poco el pelo hacia un lado,.

Me incliné hacia él y le besé apasionadamente mientras frotaba mi sexo con el de él, dejando la ropa inerior de ambos como única barrera entre nosotros

Te amo Aro- susurré sobre sus labios antes de volver a besarle intensamente sintiendo nuestros cuerpos ya desnudos en total contacto. Era curioso, pero ahora me sentía realmente atractiva, como si no tuviese nada que envidiar a una diosa.

Me sentía preparada para recibir su miembro pero decidí que fuese él quién marcase el ritmo, así como había sucedido la primera vez que lo hicimos.

Recorrí su espalda baja, su cintura su abodmen, sus caderas sus piernas y su traser en caricias intensas mientras escuchaba aquellas dos palabras que tanto había esperado que saliesen de sus labios sonriendo.

te amo mi dulce princesa...

murmuro jadeando sosteniendo sus caderas para penetrarla con un poco de brusquedad soltando un gemido que había reprimido debido a la excitación que ella me entregaba, ahora comenzaba a sentir placer dejando que ella me cabalgase a horcajadas mías.

Apoyé mis manos sobre su pecho empezando a moverme ritmicamente, notando su miembro abrirse paso en mi sexo clavándose bruscamente, ya que los dos nos movíamos acompasados el uno con otro. Nuestras miradas se cruzaron fijamente mientras nos entregabamos la máxima expresión de amor, y deseo.

Aguanté la mirada hasta que me vi obligada a cerrar los ojos jadeando de placer agachando la cara mordiéndome el labio inferior.
Sin duda esta estaba siendo la mejor manera de empezar mi nueva vida eterna e inmortal.

Seguimos manteniendo el ritmo durante varios minutos hasta que ambos alcanzamos el orgasmo. Sin duda, era el mejor orgasmo que había tenido en mi vida. Con la respiración jadeante me relajé sobre su cuerpo besándole el cuello con suavidad dándole pequeños mordiscos.

Mientras Aro se duchaba yo me levanté de la cama mirándome en el espejo. Me encontraba mucho más atractiva de lo que nunca me había encontrado.
Miré a Aro mientras se vestía y no pude evitar sonreír levemente.

Pasé por su lado besándole en los labios antes de entrar en el baño para darme una ducha, y al terminar salí envuelta en una toalla, con el pelo húmedo cayendo por mis hombros.

Me acerqué a Aro rodeando su cintura con mis brazos, pegando mi pecho a su espalda - Tengo algo que contarte... - le susurré al oído.

Mientras me arreglaba mi blanca camisa detro de mis pantalones negro finos, mirandome a un espejo que había en aquella habitación, sentí que Blair me rodeaba con sus brazos, sentí su cuerpo pegado al mío y sonreí levemente cerrando un momento los ojos.

Qué me tienes que contar?

Pregunté mas que nada por curiosidad, intriga ante aquellas palabras que ella decía sin terminar la frase, sino esperando a que yo primero le dijese algo, por lo que me volteé y tomse su rostro entre mis manos para posar mi atención en ella.

La última vez que estuve contigo... siendo humana.. ¿Recuerdas que tuvimos sexo?... Pues... digamos que... dio su fruto...- susurré mirándole a los ojos esperando una reacción buena. Aunque quizás me odiase por ocultarle que teníamos un hijo en común.

De pronto ella me lanzaba aquellas palabras sin más, yo me quedé estático ahí, solté su rostro dando un paso hacia atras con cara de asombro, mis labios semi-abiertos y pensando en cómo pudo pasar. Aquél bebé aora tendría 2 años de edad, ¿ sería niño o niña? me preguntaba, y más aún, ¿ por qué no podría leer los pensamientos de Blair?, eran demaciadas dudas las que comenzaban a rondar mi cabeza, y para poder recomponer mi compostura caí sentado en el borde de la cama aún pensando.

¿ Por qué nunca me lo dijiste?, ¿ Dónde está, cómo se llama?


Eran preguntas que recién comenzaba a articular, en estos momentos no sabía que pensar, un hibrido, un hijo mío, no sabía si sentirme frustrado por no haber estado ahí cuando nació, o feliz por saber que algo más nos unía con la mujer que yo amo.

Me acerqué a él sentándome a su lado y le cogí de la mano acariciándosela - Quería protegerle de cualquier peligro. Él sabe de ti, sabe que eres su padre, sabe todo lo que necesita saber. Por eso he venido a pedirte que me conviertas, porque quiero que seamos una familia, quiero estar junto a ti el resto de la eternidad, y quiero que ambos podamos disfrutar de nuestro hijo... Y... es un chico, se llama Evan... Y si no has podido saber nada de él, es porque posee el don de modificar o bloquear los recuerdos.- le expliqué mirándole a los ojos con algo de miedo - Es... es un chico increíble, se parece tanto a ti.... - susurré

Suspiré quedandome en silencio un buen rato,pasandome una mano por mi cabello apartandolo de mi rostro, serio, lleno de preocupación. De pronto salió la decisión de mí y tomé aire.

No quiero que vuelvas a pensar que sola lo protegerás, es mi hijo y tengo derecho a cuidarlo tanto como tú lo haz hecho en esta ausencia.

Volví a suspirar mirando hacia el frente, habían tantas dudas que tenía que saciar, quizá en estos momentos eran más que la sed que tenía todos los días.

Quiero conocerlo, quiero estar con él.....Evan.

Pensé un momento en como sería Evan, si realmente él se parecía a mí como lo decía Blair. Habían sucedido tantas cosas, que me había alejado de ella, sin embargo, me había dado un hijo, y ahora ella era un Neófito, un vampiro como yo, quería que fuesemos una familia.

Me levanté de aquella cama en donde estaba sentado caminando de un lado hacia otro pensando en todas aquellas cosas que no encajaban en mi vida, en mi inmortalidad, pero de pronto me vi diciendo, ya no es mi inmortalidad, es "nuestra" inmortalidad, y tanto como Edward, que como Bella, ahora yo también después de miles de años de vida, volvía a descubrir cosas nuevas en mí, cosas que nunca me habían sucedido, pero que sin embargo ahora si estaban pasando y no podía dar marcha atrás, tenía un heredero...

Luego de pensar mucho rato en aquellas cosas que agobiaban y dejaban intranquila mi mente, me volteé a mirar a Blair e hice que se levantase de ahí tomando de sus brazos, me acerqué mirandole a los ojos fijamente y murmuré.

No vuelvas a alejarte de mí ni un segundo Blair Vulturi, no quiero que vuelvas a alejar a nuestro hijo de mí presencia, y quiero que desde ahora comencemos a ser una familia, la familia que debimos ser desde hace mucho tiempo.

Terminé de murmurar para luego volver a besar aquellos labios que me hacían llegar a la perdición misma apegandola a mí, amandola como la amo, y aunque no conociese a Evan, también, él era fruto de todo lo que yo le había entregado a mi Blair, y ahora tenía aquél corazón que en mi no late, pero en él sí...

Abracé con fuerza a Aro, quizás con demasiada fuerza sin darme cuenta, y apoyé mi cabeza en su pecho - Quiero enseñarte algo- susurré separándome un poco de él y caminando hacia mi bolso sacando una fotografía. Me acerqué de nuevo a Aro y se la ofrecí - Este es Evan.... nuestro hijo....- susurré poniendome al lado de Aro apoyando mi cabeza en su hombro mirando la foto junto a él