En la plaza del reloj...[blair]

Escuché las palabras de Aro mirándole a los ojos, era como si todas esas palabras carecieran de sentido en ese momento para mí. Ahora mismo sólo me importaba el presente, aunque supiese que estaba metiéndome en la boca del lobo.

Me quedé unos segundos en silencio mirándole a los ojos y puse mi mano sobre el broche de la capa corta y lo desabroché deslizando la capa por mis hombros y colgándola de mi brazo.

Algo dudosa pasé mi mano por el hombro apartándome el pelo y dejando mi cuello y clavícula al descubierto.

¿Serías capaz sólo de probarla?-le pregunté, ofreciéndome claramente a dejar que probase mi sangre. Nunca me había mordido un vampiro, pero sí que había dejado a Decker beber de mí.

Me dí cuenta de que ella me ofrecía su sangre, negué alejandome de ella automáticamente.

no...no puedes...no debo....mi dieta no es igual a la de los demás, aún no podría.

Dije aún teniendo mi mirada pegada en aquél cuello tan apetecible, negué con mi cabeza, aunque mi garganta, la sed que emanaba de ella era tremendamente fuerte, debía controlarme, y esto no ayudaba mucho a que las cosas saliesen como debía ser.

Podía sentir el frío aire rozar mi piel y mi cuello provocando que se me erizase la piel. Aro no quería beber de mí, reaccionó del mismo modo que Decker, pero aún así él confirmó que mi sangre le llamaba.

Dejé que el pelo cayese nuevamente sobre mis hombros y me acerqué a Aro algo temerosa de que pudiese retroceder más - ¿No te alimentas de humanos? - le pregunté creyendo que tendría el mismo tipo de Dieta que Decker y su familia y que la familia de Emmett

me alimento de humano, eso hace que me cueste controlarme el doble que los demás...para mí esto no es fácil, yo podría matarte en menos de un segundo, y no quiero, tú eres importante para mí.

Me quedé ahí aguantando las ganas inmensas que tenía de tantas cosas, ella había desordenado mi vida inmortal por completo, era sólo una humana, pero su sangre llamaba mas que las de los demás, y era un calvario no probarla.

Acorté la distancia finalmente, y acerqué mis labios a los de él para besarle. Un segundo antes de hacerlo, me mordí el labio con firmeza emitiendo un leve quejido y enseguida pude notar el líquido caliente de sabor metálico deslizarse por mi lengua. Atrevidamente me humedecí los labios tintándolos con ese carmín natural, dándole un vivaz y tentador rojo escarlata, como el rojo de la manzana prohibida. Sentía que mi respiración era entrecortada, ya que permanecía expectante a ver qué ocurriría ahora.

El modo en el que Aro me sujetó me puso la piel de gallina, me hizo vibrar. Suspiré sobre los labios de él antes de que empezase a succionar mi labio inferior terminando por besarnos de un modo que ninguna pareja mortal podría hacer. Aquel juego íntimo de bocas era excitante, sensual, sensible, y en cierto punto resultaba incluso romántico. Deslicé mi mano hasta la nuca de Aro sujetándolo con suavidad, dejando que los mechones de su pelo azabache se colasen entre mis dedos. No podía creer que hubiese cruzado medio mundo para dar de mi sangre a un vampiro, y tampoco podía creer que hacerlo de ese modo resultase tan extremadamente excitante. Pero así era, y lo sabía porque todo mi cuerpo reaccionó con ese beso. Empezando por mi respiración que se volvió algo más profunda y entrecortada, incluso gimiendo algunas veces. Mi corazón latía desbocado luchando por salir de mi pecho, y podía sentir todo mi cuerpo arder por el calor que ese tórrido beso estaba despertando en mi interior

Cuando Aro me soltó noté mi cuerpo temblar levemente, le miré a los ojos temiendo por unos instantes que hubiese hecho mal en darle de mi sangre. Pero sin duda, ese había sido el mejor beso de mi vida. Podía notar mi labio inferior algo dolorido, me pasé la lengua saboreando mi propia sangre- Aro... ¿estás bien?- le pregunté acercándome a él dudosa

Después de un momento pude recobrar mi compostura, mis ojos comenzaban a ser de un rojo carmesí y ya mis lentes de contacto se había desvanecido, por lo que gracias a la luz que emanaba de aquella luna que nos acompañaba podría dejar relucir estos mientras le volvía a mirar.

si...creo que estoy bien, pero...por ahora, no lo vuelvas a hacer, porfavor.

Pedí aun con seriedad, me incorporé intentando controlar el temblor de mis manos, las guardé en mis bolsillos y miré alrededor, aún estabamos sólos, y no sentía ningún aroma sospechoso.

Asentí dejando escapar un suspiro y acercándome a él, sin llegar a tocarle por miedo a que le incomodase - ¿Hice mal?- pregunté algo preocupada fijándome en sus ojos. Aunque eran del mismo color que los ojos de Hugo, los de Aro eran preciosos, tenía una mirada intentsa y penetrante.

Acaricié su rostro un momento cuando noté que ya se habían calmado un poco los temblores de esta, sonreí levemente.

No debiste, es cierto, nose como podré controlarme a la próxima, si no te maté fue un milagro.

Comenté algo más tranquilo, le admiré unos minutos silencioso, toqué sus labios y luego su mandíbula, su mentón.

eres tan bella...

Murmuré pensativo perdiendome en su silueta.

Eso es porque la luna mira con buenos ojos al sol que le da calor- susurré sonrojándome y sonriéndo levemente sin poder dejar de mirarle a los ojos embelesada y pensando en si su mujer también sería una vampira. O quizás fuese una licántropa, o una humana como yo

Sonreí de lado oyendo su pensamientos, y tome su mano entrelazandola con la mía.

ella es una vampira con tantos miles de años como yo, pero ella no me dá lo que tú, no me haces sentir lo que tú....nunca pensé que la sangre de una humana cantaría para mí.

Dije lo último recordando lo que Edward había explicado, lo que había sentido, era difícil, todo esto complicaba las cosas de una manera importante, pero el destino había querido que las cosas fuesen así, y no dejaría que ella se alejase de mí.

Para ser alguien con más de mil años, te conservas muy bien- susurré acercándome a él con la intención de besarle, pero me contuve cuando sólo rocé sus labios recordando que aun podrían haber restos de sangre en mis labios

Cerré mis ojos y me contuve, ya no respiraba porque su aroma era embriagante, sonreí escuchando aquellas palabras y me acerque para colocar su pequeño abrigo y abrocharlo con tranquilidad, observé aquella herida de donde había bebido y luego miré sus ojos fijamente.

Poco a poco irás conociendo de mí, pero todo a su tiempo mi querida Blair, ahora sólo vive tu vida con quién desees.

Respondí acariciando una de sus mejillas acercandome un poco, luego roze su cuello con suavidad, para dejar caer mi mano.

Siento como si esto fuese la historia de Romeo y Julieta, solo que algo más... particular- comenté notando como mi piel se erizaba cuando me acarició el cuello.

Escuché lo que dijo - ¿Quieres que me vaya? - pregunté algo confundida

Mantuve mi sonrisa observando sus ojos con detenimiento mientras murmuraba.

No querida, sólo digo que tienes que hacer tu vida con quien desees, yo no interveniré, no hay futuro si te quedas conmigo, aunque yo quisiese dartelo todo, prefiero que seas feliz.

Aunque ni yo podía creerme lo que estaba hablando, era cierto, muchas cosas podría salir mal, y otras bien.

Aunque mientras, si quieres aprovecharemos tu estancia acá.

Susurré besando su menton con suavidad dejando una de mis manos rodenado su cintura.

Por primera vez sentí como si Aro me rechazase, quizás, después de todo, yo nunca encajaría con un vampiro.

Él estaba casado, estaba atado a alguien, yo era un espíritu libre, sin compromisos. Entonces, Aro me besó en el mentón y no pude evitar esbozar una leve sonrisa y bajar un poco el rostro hasta que nuestros labios se rozaron - Me gustaría aprovechar la estancia al máximo, y sobre todo, conocerte más Aro - susurré cerrando los ojos y aspirando profundamente notando ese olor particular que emanaba Aro, era un aroma de lo más atractivo y embriagador

Ella estaba oliendo mi aroma, sí, era común en mí y en cualquier vampiro que tuviesemos ese tipo de aroma embriagador, eramos unos cazadores, y teníamos que tener un cebo atrayente, y todo nuestro "ser" tenía esa atracción, pero con el tiempo sabría si lo que aquella humana que tanto me gustaba sentía algo por este viejo vampiro más allá de su fachada.

Así será, poco a poco me conocerás...


Susurré deslizando una de mis manos por su cabello, luego su cuello,su hombro derecho, su clavicula y luego sintiendo su corazón entre mis manos la dejé ahí.

Dime qué piensas y sientes- le pedí mirándole a los ojos totalmente hipnotizada por esa mirada penetrante y seductora.

Tomé una de sus manos entrelazandola con la mía sintiendo el calor que emanaba, mientras que con la otra tocaba su cintura y la acercaba a mí mientras mi ojos admiraban su rostro en cada detalle.

Pienso en que quiero disfrutar mi tiempo contigo Blair, quiero darte todo, todo lo que desees, dios...quiero hacerte feliz.

Contesté con sinceridad, aunque muchas de esas cosas quizá no serían del todo hechas, si que las deseaba intensamente cada vez que la tenía así a mi lado.

Aro...- suspiré acercando mis labios a los suyos - ¿Por qué me ocurren a mí estas cosas?- pregunté suspirando sobre los labios de Aro - Todo es tan distinto ahora que estoy aquí contigo... pensaba que era simple atracción cuando te conocí la primera vez... pero me estoy dando cuenta de que es algo más fuerte que eso- susurré cerrando los ojos apoyando mi frente en la suya, acariciando con mi mano su fría mejilla

Cierro los ojos sintiendo la tortura del ardor en mi garganta, pero que ante todo era en un segundo plano.
Escuchaba aquellas palabras con detenimiento, ella se había convertido en mi dama, y quizá en el corazón que si latía en reemplazo del mío.

y...qué es eso tan fuerte?

Pregunté intrigado, porque si yo no sabía explicar que me estaba sucendiendo a mí, quizá con lo que ella dijera podría sacar conclusiones.

Siento...- puse su mano sobre mi pecho con la mía encima de la suya - Siento que mi corazón late forzado, angustiado, y con dificultad cuando te tengo tan cerca...- luego cogí su mano y la puse sobre mi garganta - Puedo sentir como mi garganta arde y mi boca tiene sed...Sed de tus labios... de tus besos....- susurré mirándole a los ojos - La sensación que he tenido cuando has bebido de mí... sería incapaz de expresarla, era un estado de excitación más allá de lo humanamente posible, era como si estuviese durante ese tiempo en un estado inconsciente, abandonada en tus brazos...