Buscando un poco de distraccion (libre)

- Exacto... por fin un macho, tu lo has dicho, ne-na-za- dije curvando las comisuras de mis labios esperando que comenzara la fiesta. - Y el macho ordena que os vayais. No sois bien recibidos -dije en tono aspero y comenzando a respirar entrecortadamente.

Ey, ey, ey...disculpad caballeros, si esto empieza a convertirse en una pelea de machitos os dejamos sólos eh...- dije muy enfurruñada -
Esto no es una pelea de gallos ni un cachondeo, desapareced y punto, este es nuestro territorio ¿tenemos que enseñaros a respetarlo?...- dije mirando alucinada a los vampiros -

Miré a Leah y a la pequeña que había escondida detrás de ella - Perro, tus perras han dicho que podían defenderse solas - dije mirando a David desafiante

podia sentir todo mi cuerpo temblando, no sabia que hacer ni hacia donde ir. Tenia miedo de que si salia corriendo, algun vampiro fuese tras de mi

- Perras son las tuyas - dijo dirigiendo la mirada hacia las vampiras y arqueando una ceja en señal de desaprobacion- Apuesto a que me lamerian los zapatos y tu seguro que me traerias el periodico moviendo la colita - dije en tono burlon. - Dejaos de tonterias y esfumaos ya antes de que salgais heridos. Os estamos dando la oportunidad...

Tranquila Cyril, sabemos qué hacer, nadie te va a tocar...- le susurré al sentirla temblar -

¡¡¡Damon no somos las perras de nadie que te quede claro!!! ¡Te he avisado que me sobraba para darte una paliza!
¿Nunca has visto luchar a una loba territorial? - le grité preparada ya para dejar la conversación y entrar en acción -

Míré a Samantha que también comenzaba a molestarse, y esperé la respuesta de David al tiempo que comenzábamos a rodearlos como una manada.

Ladeé la cabeza pasándome una mano por el pelo - La verdad es que nunca he visto a una loba como tú. Debo decir que los tienes bien puestos. - dije mirando de nuevo al muchacho - A parte de traerte el periódico, te mearía en los zapatos. Tsk, soy un vampiro muy cochino - dije riendome.

- No hace falta que lo jures, además de guarro, maleducado. Lo tienes todo, chaval. No te lo diré otra vez. O te vas o te arrepentirás - dije dando un paso al frente irguiendome.

No te voy a rebatir eso Damon, tu peste llega a kilómetros a la redonda...- reí por primera vez a carcajadas, aquel tipo era realmente simpático -
Haber cuéntanos Damon, ¿quieres comprarte un chalet en la Push para quedarte a vivir, o simplemente estás aquí porque te caemos bien? - pregunté irónica mientras seguíamos tomando posiciones sigilosamente -

Dime saco de pulgas, ¿qué parte del tratado hemos roto?-le pregunte de forma teatral y dramatica

Segui a Leah situandome al lado de ella - que se supone que tengo que hacer? - pregunte ignorantemente

- Los chupasangres teneis prohibido entrar dentro de los limites de la reserva. Es territorio sagrado - dije cada vez más enfurecido apretando los dientes.

No te preocupes Cyril, entra en fase en cuanto lo hagamos nosotros tres ¿de acuerdo? Así tendrás más fuerza y aguante, y evitarás que intenten ir a por ti primero...
Después yo misma estaré pendiente de que no te hagan daño, no temas Cyril...intenta dejar salir tu instinto contra estas sanguijuelas...- susurré en un tono de voz que fuese inaudible para los vampiros, mientras David le replicaba a Damon -

mire asustada a Leah - yo nunca lo he hecho voluntariamente, no se hacerlo - respondi con miedo de ser la carnaza de alguno de los vampiros

Cyril...creí que eras capaz de controlar cuando entras en fase...- la miré asustada por el peligro al que estaba expuesta -
Verás...en esa docena de veces que te has transformado...¿ha sido por algo en especial? - pregunté intentando ayudarla, y pendiente de la conversación que se desarrollaba a mi lado -

cuando me he enfadado muchisimo, la primera vez fue por culpa de unos chicos que empezaron a reirse de mi y a hacerme rabiar - dije mirando a Leah realmente asustada, en mis ojos podia verse el miedo

Cyril debes pensar en ellos, en lo que sentiste en aquel momento, porque estos tres vampiros van a saltar contra nosotros a una velocidad letal en cuanto tengan oportunidad. Intentaremos ayudarte, pero debes intentar entrar en fase...Por favor pequeña, enfádate....- dije infundiéndole valor mientras la ponía a mi lado -

Cerre los ojos intentando recordar todas las veces que me habian hecho rabiar para que me transformase, y una vez transformada se reian aun mas de mi por lo pequeña que era - No voy a poder - susurre con la voz temblorosa, presionada por lo que estaba por ocurrir

Mire a los licantropos que se unian a la diversion -Mucho cuidado perritos nosotros no queremos lastimarlos, ademas el mundo aun no tiene un dueño, no sabia que este lugar ya lo habian comprado ustedes- sonrei en manera de burla -y si es que ya lo compraron, diganme a quien talvez quiera hacer negocios con la realeza vampirica- mostre los colmillos

Me percaté de que se estaban preparando para atacar, caminé con tranquilidad hacia Sulpicia y la miré a los ojos - ¿Jugamos? - le pregunté señalando con la cabeza a los licántropos

Cada vez respiraba más entrecortadamente. La transformacion parecia inminente.
-Hay... un...tratado...firmado...-dije lentamente a la vampira insolente.
Mi paciencia se estaba agotando. Intercambié miradas con el resto del grupo indicándoles que la lucha iba a comenzar.

sonrei ante la propuesta -Claro que si querido,- despues de todo eso era todo lo que estaba buscando aqui -solo un poco de distraccion- susurre

La cosa se estaba poniendo interesante, los vampiros querian jugaar, pues jugarían. Sonrió a Leah primero y agarro de la muñeca al chico para que se calmase. Con la palma de la mano abierta hacia abajo levante una capa de tierra del suelo como de treinta centimetros separandoles de los vampiros y al cabo de varios segundo se había convertido en un lobo negro, al ver que esa Vultari sacaba sus colmillos.

Observé perpleja cómo Samantha los distraía con su movimiento de telequinesis, ocultándonos de ellos. Y en cuestión de segundos entró en fase, no sin antes sonreírnos por su tremenda ocurrencia.

Bravo Sam...- susurré concentrándome yo también -

De repente un intenso ardor comenzó a fluir por mis venas, y sentí cómo todo mi cuerpo respondía a la llamada ancestral contra los chupasangres. Estallé convertida ya en licántropa, esperando que tanto Cyril como David hicieran lo mismo.

Sonreí desapareciendo ante todos los presentes, haciendo que a las vampiras las rodease una intensa niebla impidiendo ser vistas por los licántropos.