Casa de Nadia sin restaurar

La casa que acaba de adquirir necesita una reforma ya que era muy vieja y el paso del tiempo ha hecho estragos en ella. El vendedor que me la habia vendido me recomendo varios nombres de personas que la puedieran reparar. Me gustaba la casa, alejada del pueble poder relajarme en los bosques en los que pudiera torturar pesiguiéndolas y hacerles creer que tiene una forma de escapar. Me divirtía hacerles eso. Las últimas pistas que habia recogido de mi tío me habian llevando hasta ese pueblacho alejado de todo. Sólo me faltaba encontrarlo pero antes de todo eso, tenia que cenar ¿no?

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Llegué a esa ruina de casa de cenar. Tuve que llegar hasta la ciudad de Seattle para encontrar algo decente para cenar, en el bosque de Forks sólo habia cazadores de unos 55 a 60 años de edad y a esa edad la sangre no sabe tan bien como la de los jóvenes. Cuando me dirijía a donde creo que era una de las habitaciones principales me cayó en frente un trozo de madero del techo, así que decidí poner un anuncio en el periódico para que alguien viniera a reparar esta ruina.

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Me dirijía con mi Chevrolet Combo por ese camino de cabras hacia la casa que habia leído en el periódico que necesitaba una pequeña reforma. No queria imaginarme como sería la casa si ya el camino era díficil ya que daba saltos en el asiento.

Cuando estaba llegando a la casa ví aparcado en la puerta un Mini de los nuevos, así que pensé enseguida que se trataba de una mujer la que vivía en esa ruina de casa: -¡Dios mio! está a punto de derrumbarse- y en el anuncio ponía que necesitaba sólo una pequeña reforma.

Estaba sentada delante de una especie de chimenea, que era más bien un montón de piedras, leyendo un libro en latín de los años 1500 cuando de repente me vino un aroma delicioso, apetecible era un humano que se dirijía hacia la ruina. Oía como las ruedas de un vehículo grande se acercaba, tal vez una furgoneta. Cuando oí que ya estaba delante de la casa salí para ver quien venía, era un chico jóven, apuesto y fornido con un aroma delicioso.

No había apagado todavía el motor cuando salío a recibirme una chica, efectivamente allí vivía una jóven, una jóven muy bella, aparentaba unos 16 o 17 años pero daba la impresión de que era mucho más mayor, vestía elegante con unos vaqueros ajustados de color gris claro con unas botas altas negras, una camisa blanca con una chaqueta de cuero negra, llevaba el pero recogido con una coleta y llevaba unas joyas antiguas y parecían caras.

-Buenos días, la señorita Nadia ¿verdad? vengo referente al anuncio del periódico en que necesita un restaurar para su casa.-

-Soy yo, gracias por venir. Ha sido el único en venir hasta aquí- Parecía sorprendido el chico al ver la casa, creo que no esperaba menos que reparar.

Su aroma me hacía entrar un hambre pero sentía que este chico no debía merendarmelo.

Se habia dado cuenta de que estaba sorprendido al ver la casa así que me adelante a decirle lo que pensaba -En el anuncio decía que necesitaba una pequeña reforma pero al ver sólo por encima veo que necesita una reforma entera- Espero que no pensará que pudiera hacerlo yo sólo, aún con ayuda me llevaría muchos meses y con las lluvias de este lugar no se facilitaria el trabajo.

Me invitó a ver la casa por dentro pero me adelanté a preguntarle porque no metía ese bonito coche en el garaje, así que me llevo a ver la razón de porque no lo hacía.

El chico parecía nervioso, al decirme que la casa necesitaba una reforma entera, sabía que ese trabajo no podría hacerlo él sólo pero yo no quería más gente en ese lugar, queria ser discreta con las gentes en lo que ahora era mi hogar, no si sus aromas eran tan deliciosos como los de ese chico. Las personas de este lugar no debían llevar mi aroma por si se cruzaban con mi tío que supiera que habia un vampiro más por estos lugares.

Invité al muchacho a que viera la casa por dentro pero él me preguntó porque no metía el coche en el garaje, así que antes de entrar le llevé hasta el garaje. Mientras caminabamos hacía allí el chico se presentó.

-Discúlpeme, me llamo Ryan Wetmore.- Su mano era fría como el hielo y estrechó la mia con fuerza, me hizo daño como si llevará desde pequeña levantado rocas de 50 kilos pero no estaba fornida ella, más bien parecía enclenque. Me miraba como si quisiera comerme y me ponía los pelos de punta.

Abrío la puerta del garaje con una sola mano, allí habia maderos del techo que cruzaban el garaje. Ella me dijo que habia quitado algunos para poder meter el coche pero que los maderos seguían cayendo. ¡¿Usted ha quitado maderos?! Si cada uno debe pesar unos 40 kilos- Nadia pusó cara de como si no hubiera tenido que decirme lo que acababa de decirme.

Debería controlar más mi fuerza ya que cuando Ryan se presentó le hicé daño pero fue amable y no dijo nada. -Encantada, como ya sabe, yo soy Nadia.-

Le abrí la puerta del garaje con una sola mano y Ryan se sorprendío de que la casa cayerá a trozos. -Esta es la razón por la que no meto el coche. Ya quité yo misma varios maderos que coloqué en el fondo pero siguen cayendo y para ir al pueblo necesito el coche.- Se giró hacia mi y me dijo que como era posible que yo sola quitará esos maderos. No tendría que haberselo dicho ya que parezco que nunca he hecho ejercicio -Como mucha fruta- No le convenció la respuesta así que le dije que me mirará a los ojos y usé mi poder de persuación o hipnósis -Ya estaban allí al fondo esos maderos y estos siempre han estado así.-

Ryan no se acordaba de nada de lo que habia dicho antes.

Este garaje veo que tiene otro piso. Con permiso subiré a verlo. Era increible pero esa escalera de madera estaba en muy buen estado pero el piso de arriba estaba muy mal. Bajé y a continuación me enseño el resto de la casa.

Subió a ver que habia en el piso de arriba y al bajar le llevé a ver el resto de la casa. Me decía que la casa estaba muy mal para trabajar él sólo y que tenia que contratar a una compañía de construcción, que si se tratará de una sóla habitación si podría hacerlo pero una casa entera no.

- Miremé a los ojos señor Wetmore.- Me miró y le dije, -Usted puede repararla.-

- Por favor, llamemé Ryan, le pido que no me tuteé. Podré repararla pero tendré que venir por las tardes ya que también trabajo en la tienda de deportes de los Newton. Me llevará bastante tiempo, varios meses quizás, le dejó mi número de móvil por si se lo quiere pensar- Estaba convencido de que podía repararla yo sólo.

- No tengo que pensarme nada, te contrató a ti ¿así mucho mejor? ya que no quieres que te traté de usted, por favor, tuteamé a mi también.-

-Venga por las tardes, me da igual el tiempo que le llevé. Le pagaré 150 dólares por día y los materiales.- Ryan se sorprendío a decirle esa cantidad.

Le dije que también la tutearía.

-¡150 dólares al día! es demasiado para venir sólo por las tardes.- Me dijo que no le rechistará que me pagaria eso y que no discutierá con ella. -De acuerdo no discutiré contigo. Con tu permiso volveré a mirar habitación por habitación para ver los materiales que necesito. ¿Me puedes facilitar tu número de teléfono? En el anuncio no figuraba ninguno por si me tengo que poner en contacto contigo.- Me dijo que no tenia ningún teléfono.

-No discutas conmigo. Te pagaré eso quieras o no quieras.- Estubo conforme y me pidió permiso para revisar de nuevo las habitaciones para ver los materiales que necesitaba; me pidió el número de teléfono para ponerse en contacto conmigo. -¿Teléfono? yo no tengo de eso, ni siquiera esos que se llaman móvil.-

-Por supuesto que he comido, en los restaurantes del pueblo.- le dijé con hironia -Tenia pensado instalar un teléfono, dame tu número y enseguida que tenga teléfono te llamo ¿de acuerdo?- Me dió amablemente su número y fue dentro de la casa a hacer la lista de materiales que necesitaba.

Al acabar se despidió -Muchas gracias por venir Ryan, ahora mismo voy al pueblo a por el teléfono y a comprar muebles.- Se marchó así que cogí las llaves del coche, me subí a él y me dirijí al pueblo a por un teléfono móvil de esos y unos cuantos muebles.

-No se si se puede llamar restaurantes a las cafeterias del pueblo.- Me reí de mi chiste pero ella no -bueno, aquí tiene me número, llamemé enseguida que lo tenga. Voy a revisar las habitaciones y hacer la lista.- fuí a ver habitación por habitación.

-Bueno, ya esta. Me tengo que ir a la tienda de los Newton, ha sido una placer conocerte Nadia.- me dio las gracias por venir y que ahora se iba al pueblo a por el teléfono y a comprar muebles. También me dijo que me llamaria -espero tu llamada. Hasta pronto.- Me subí a la furgoneta y me dirijé rápidamente a la tienda de los Newton, me extrañaba David no me hubiera llamado todavia para saber donde estaba.

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Faltaba poco para llegar a casa, me seguía de cerca el camión de muebles. Al llegar dije que me dejaran todos los muebles en el porche ya que tenian que venir a reparar la casa. Una vez que acabaron les pagué el transporte y se fueron.

Me senté en la silla vieja que habia en el porche y me pusé a leer las instrucciones del teléfono móvil que habia adquirido, era un nokia 6500 slider. Una vez que sabia como funcionaba el teléfono llamé a Ryan para comunicarle que ya habia adquirido un celular y faciliarle el número.

Al colgar me decidí arreglar la instalación electrica de la casa ya que habia tenido tiempo de leer muchos libros durante mis más de 450 años, pero la construcción no se me daba demasiado bien. Al acabar me dispusé a escribir un poco en el diario, más tarde me dirijiria a encontrar a mi tío que vivía en la Push despues de cenar.

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Estaba escribiendo en mi diario referente a lo que pasó anoche en casa de Damon cuando oí a lo lejos el motor de una furgoneta con el aroma de Ryan. Era él, venia a empeza las reparaciones de mi casa. Escondí el diario en el armario donde tengo todos los demás y me fuí a sentar a la silla vieja de fuera.

Llegó y aparcó la furgoneta de forma que el maletero mirará hacia la casa, bajó del coche -Buenas tardes Ryan, mira, ya tengo muebles nuevos, empaquetados aún, pero son nuevos.- le dije.

Cuando llegué hasta casa de Nadia estaba esperando en el porche sentada en la silla vieja como ayer, parecia como si supiera de algún modo que iba a ir. Aparqué la furgoneta de manera que el maletero estubiera mirando hacia la casa para poder descargar con facilidad.

-Buenas tardes Nadia. Me alegra que tengas muebles ya aunque sean empaquetados. Mira, de un día para otro he conseguido parte de los materiales para poder empezar.- le dije cuando bajé de la furgoneta y señalando el maletero.

-Perfecto, cuando antes mejor, va quedar preciosa la casa con tu ayuda.- le dije mientras empeza a acercarme a él. Ayer mismo me di cuenta que si m comia a este chico el perrito vendría a por mi y queria divertirme antes con Damon y su sobrina postiza.

-Quisiera ayudarte Ryan, aunque sea aguantando tus herramientas.- le dije para acecarme a él lo máximo posible y que se inpregnará de mi olor para que lo olisqueará el perrito. También iba a ser divertido provocar al chucho.