De camino al coche (Nadia y Delia : Pueden añadirse más)

Hoy, Jane no vino a clase, salí del insituto caminando hacia mi coche dispuesta a ir hacia mi casa a buscar un par de cosas cuando Damon no estuviese. Y luego ir a casa de David. Saqué de mi bolsillo el móvil viendo las llamadas perdidas de Damon. Hacía días que intentaba evitarle, pero tarde o temprano tendría que enfrentarme a él.

Ví a Delia a lo lejos caminando a lo que creía que era su coche. Estaba sóla, su amiga no iba con ella. Sacó su móvil y empezó a mirarlo.

Cuando más o menos estaba cerca de su coche aparecí detrás de ella como si hubiera aparecido de la nada, no hicé ningún ruido has que le dije por la espalda -Hola Delia.-

Escuché la voz de Nadia a mi espalda, se suponía que estaba sola, ya que siempre aparcaba lejos del resto de alumnos. Me sobresalté llevándome la mano al pecho y dándome la vuelta.

Entonces la vi, un escalofrío recorrió mi espalda. Con el susto, las llaves del coche se me habían caído de las manos, me agaché a cogerlas y me di la vuelta acelerando el paso hacia el coche.

Cuando se dió la vuelta para dirigirse hacia su coche aparecí delante de ella -Que mal educada te tiene el tío Damon ¿no te ha enseñado que tienes que saludar a tus familiares?- le dije empezando a avanzar hacia ella obligandola a retroceder poco a poco. Le clavé mi mirada en sus ojos.

Lo siento, no tengo nada que hablar contigo- respondí dándome la vuelta dispuesta a salir corriendo hacia el bosque.

Cuando se doy la vuelta de nuevo volví a colocarme en frente de ella a gran velocidad -Sabes, no entiendo porque eres tan mal educada conmigo. ¡Ya sé! Damon te ha comido la cabeza conmigo ¿me equivoco?- le dije, esta vez estaba a poco centímetros de ella.

Lo siento, no hablo con bichos como vosotros...-respondí seriamente enfrentándome a ella sin miedo alguno.

-¿Cómo me has llamado maldita humana?- le dije mientras le cogí su frágil brazo haciendole daño -Deberías tener más respeto con tu familia. Al menos si llamas a Damon: tío.-

Retrocedí un poco apretando los dientes cuando me agarró del brazo. Entendí que podría ''romperme'' en cuestión de segundos - Suéltame Nadia - dije sacudiendo el brazo

-¿Cómo se pide?- le dije con arrogoncia.

Saqué fuerzas de donde no las había y conseguí empujarle con fuerza y darle una patada en el estómago apartándola de mí. Sabía que sólo disponía de unos segundos para salir a la carrera hacia el bosque, ya que ella iría tras de mí cual depredador persiguiendo a su presa.

La solté cuando me dió la patada creyendo que habia conseguido algo. Sonreí con malicia al ver que empezaba a correr hacia el bosque.

Fuí tras ella, alcanzándola en cuestión de milésima de segundo. La cogí con una mano el pelo y con el otro brazo la cintura y antes de que pudiera gritar ya estabamos ocultas en el bosque y tapándole la mano que le cogía la cintura la boca para impedir su grito.

-¿Crees que puedes hacer algo para defenderte?- le susurré en el oido -Un momento. Según tu tío dijo no sabias nada de bichos como yo.- dije resaltando bichos como yo -Acabas de dejarme FRÍA.- reí malvadamente.

Forcejeé con Nadia para que me soltase, pero su fuerza era muy superior a la mía. Debía conseguir llegar al bosque de La Push a cualquier precio, ya que allí podrían ayudarme los licántropos.

Evidentemente, no podía hablar, ya que la mano de Nadia cubría mi boca, yo sólo podía reproducir sonidos sin sentido.

-¿Acaso intentas liberarte guapa?- le pregunté -Sabes que no puedes hacer nada.- le dije sin apartarme de su oído.

La besé en la mejilla y le dije -Dale un besito a tío Damon de mi parte.- y desaparecí sin que se diera cuenta pero en realidad no habia ido lejos. Seguía observándola.

Me froté con la manga de la chaqueta la mejilla, intentando quitarme el rastro de Nadia. Cuando me soltó miré a mi alrededor, algo me decía que ella no estaba lejos, decidí emprender la marcha de nuevo hacia el coche. Iría más rápido así que no corriendo.

Noté que algo me escocía en el cuello, me pasé la mano y noté algo húmedo y una ligera protuberancia alargada. Me había hecho un arañazo junto a la clavícula al salir corriendo hacia el bosque, con una rama que a penas me dio tiempo a apartar.

Volví a mirar a mi alrededor empezando a correr más deprisa hacia el coche. Nadia era vampira, y sabía que podría oler mi sangre y excitarse con facilidad.

Ví como miraba alrededor Delia por si aparecía de nuevo. No podia dejar de sonreir al ver que se acercaba a su coche y frotándose donde la habia dado mi besito.

Era bastante atrevido por parte de ella enfrentarse a un vampiro, pero seria divertido persiguirla una noche por el bosque intentando escapar y jugando con ella.

Pensaba volver a encontrarme con ella otro día. En la calle, de nuevo en la puerta del colegio,... Resultaba divertido asustarla aunque ella pretendia ser valiente.

Había escuhado los gritos desde lejos, las seguí, no podía creer que Nadia se hubiese convertido en carnivoro. Delia era más fácil de alcanzar asi que fui directo hacia ella, corrí ha su lado y la detuve agarrandola del brazo con suavidad para que no callese al suelo.

-Tranquila, todo esta solucionado, Nadia te dejará en paz, te lo juro-Me saque un pañuelo de tela y le tape la herida con él, cerrando los ojos, el olor de su sangre cambiaba todo-. Confia en mi por favor. Escondete pero esperame y te contaré todo lo que quieras saber, ¡vamos, corre!

Espere que Delia me hiciese caso y cuando hubo desaparecido, cuando ya casi no percibia su olor, grite el nombre de mi hija para que se acercara a mi lado.

-¡¡NADIA!!

Miré a Stefan, le pude reconocer por mis visiones. Pero no parecía ser como Nadia, era muy parecido a Damon. Me sujeté el pañuelo y salí corriendo hacia mi coche.

Cuando me di la vuelta para regresar a casa percibí como otro vampiro estaba por la zona, cerca de Delia. Me giré para observar quien era porque el efluvio que recibia no era el de Damon. Miré quien era NO PUEDE SER pensé al ver la figura que estaba junto a Delia. Fruncí el ceño a más no poder.

Ví como Delia se alejaba de el vampiro y empecé a seguirla. No iba a permitir que se fuera de la situación que se habia presentado. Oí como me llamaba mi padre, el cúal creí ver morir.

Alcancé a Delia -No puedo dejar que te vayas ahora Delia.- percibí un olor en ella. Estaba sangrando. Me entró hambre, los ojos empezaron a ponerseme negros como la noche.

No conté con que Nadia podía ser más rápida que yo. Las alcancé justo cuando Nadia había atrapado a Delia. Agarré de un brazo a Nadia y la aparte de ella lo bastante lejos, escuche los pasos de Delia dirigirse a su coche, mis fuerzas se debilitaban con facilidad pero Nadia no haría más daño a Delia.

Le tiré al suelo cortandole el paso. Había visto esa mirada antes sedienta de sangre en Katherine, sus ojos aún seguían siendo de un negro profundo la cogí de los hombros y la levante en el aire.

-NO tocorás a este humano, nunca, ¿me has oido Nadia? Delia queda lejos de tu alcance-Noté como mis fuerzas se iban poco a poco. Pero aún tenía las suficientes para defender a Delia-. Tú te has convertido en un monstruo. Si la atacas ya no existirás para mi como mi hija.

Cuando Nadia volvió a cargar contra mí, sentí que mi carrera se detenía en seco. Y cuando Stefan se interpuso, la sacudida hizo que perdiese el equilibrio cayendo sobre el duro asfalto. De haber aparcado en otro sitio... alguien más lo habría visto.

Me levanté con una de las rodillas raspada y sangrando levemente, seguí corriendo como pude, cojeando e intentando no estirar mucho la pierna por el dolor que sentía.

Alcancé el coche y antes de abrir la puerta volví la vista atrás en busca de Stefan.

Solte a Nadia de nuevo en el suelo con delicadeza y retome el camino hacia Delia, me que de a una distancia prudente, ya que note que su herida sangraba. No por mi, si no como reaccionaría Nadia. La chica estaba asustada, sonreí amablemente para que no tuviese miedo de mi. Aún intentaba recuperar mis fuerza, estaba algo oxidado.

-Lo lamento mucho, señorita. Mi hija no volverá a atacarla y si lo hace yo estaré cerca para protegerla, creame, por favor-La mire un segundo, estaba temblando-. No debería conducir es el estado en el que se encuentra, podría ser peligroso para usted. Por favor quedese unos segundos conmigo hasta recuperar la calma.

Entre cerré los ojos, mientras me estaba hablando, tuve una visión en la que Damon le llamaba Stefan - ¿Y luego qué Stefan? ¿Seré tu merienda? - respondí abriendo la puerta del coche.

Me quede sorprendido al escucharle decir mi nombre, al verla intentar entrar en el coche detuve la puerta.

-Disculpeme señorita, nunca se mu hubiese pasado eso por mi mente. No le aconsejaría alejarse de mí estando Nadia cerca. Por favor, hagame caso, no cometa una locura.

Déja de hablarme como si fuese una vieja.-inquirí, me molestaba que me tratase de usted - No pareces muy fuerte como para poderme defender y defenderte a ti mismo