Habitación y baño de Delia

Dave.... ¿vamos a hacerlo?-pregunté mordiéndome el labio inferior

- Sólo si tú quieres, princesa.- le dije pasandole la mano por el pelo. - Si no estás preparada no pasa nada, esperaré lo que haga falta por tí.- dije mirandola a los ojos fijamente.

Asentí - Estoy preparada... - dije totalmente segura de mis palabras

- De acuerdo... Te quiero, Dels... - dije mientras la acercaba hacia mi y acariciaba su trasero, deslizando mis manos hacia partes todavía sin descubrir de su cuerpo, mientras mi respiración comenzaba a acelerarse.

Cerré mis puños sobre su pecho, respirando entrecortadamente. No sabía si era impresión mía, pero la habitación estaba más que caldeada. Mis labios anhelaban los de Dave en todo momento, juguetones y traviesos, robando sus besos a cada momento. Pudiendo así ahogar los pequeños gemidos que mi garganta producía.

Deslicé mis dedos hasta su cintura, jugueteando con la cintura de su pantalón, deslizándolo cadera abajo y guiándo a Delia con mi cuerpo para que continuase quitándoselo.

Dave... ¿por qué no nos dejamos de tonterías?- dije mirándole fijamente a los ojos. Dispuesta a desnudarle en un abrir y cerrar de ojos.

- Tus deseos son órdenes... - dije mientras arrancaba el elástico de sus braguitas destrozándolas por completo mientras la besaba apasionadamente entre jadeos ahogados para que ni Jane ni Damon nos escuchasen.

Como pude le despojé de su ropa, quedando ambos desnudos y fusionando nuestros cuerpos. Moviéndose al compás, como si estuviesen hechos el uno para el otro.
Sabía que debía contener mis gemidos y mis jadeos, pero a veces me resultaba muy difícil y los ahogaba en la boca de David con suspiros profundos.

Sonreí al ver a Delia disfrutar. Teníamos que ahogar los gemidos para no despertar a nadie. Nuestros movimientos acompasados se hicieron cada vez más rápidos e intensos. Ahogué un gran gemido en los labios de Delia.

La habitación se difuminó para mis sentidos en aquel momento, me sentía mejor que nunca, pero también más débil y vulnerable, como si las fuerzas me abandonasen después de un largo día de trabajo físico.

Mi cuerpo se tensó unos segundos para luego quedar totalmente relajado bajo el cuerpo de David. Mis ojos le miraron, ambos estábamos sudorosos. Deslicé mis dedos por el rostro de él, dibujándolo, recreándose en los labios mientras le sonreía - Menos mal que estabas cansado...

- Imagínate si me pillas con ganas... - dije guiñándole un ojo.
Permanecí abrazado a Delia, con nuetra piel en contacto. Era una sensación de lo más agradable. La hundí en mi pecho y besé su frente.
- Dels, ¿te he dicho ya que te quiero?- dije con una delicada sonrisa en un susurro.

Ahá-asentí sonriendo, acariciando la cara de David con cariño. Cerré los ojos disfrutando del calor de su cuerpo sobre el mío, hacía sentirme más que bien.

- ¿Qué tal te encuentras? - le pregunté en un susurro, aunque algo preocupado por si la pregunta en sí la hacía sentir violenta.

Suspiré abriendo los ojos y mirándole - Enamorada... llena de vida... un poco cansada...feliz... - susurré sonriéndole - ¿Y tú Dave?

- Como tú... pero creo que algo más cansado. -dije guiñándole un ojo mientras la abrazaba.- Si te doy demasiado calor me lo dices... -dije divertido entre susurros.

Tu calor es genial, en serio... Y más sin ropa de por medio-dije abrazándome a él sonriendo.

- Eso dices ahora... veremos si dices lo mismo en verano... -dije fingiendo enfado sin poder esconder una sonrisa.

Nos mudaremos al polo norte-reí besándole en los labios cariñosamente

- O pondremos aire acondicionado... igual nos sale más barato- dije con una sonrisa.
El estómago me rugió.
- Dels, ¿no tendrás por aquí algo para comer?- dije con cara de niño bueno.

No... ¿quieres que baje a por algo?- le pregunté acariciándole el vientre

- No estaría mal... - dije guiñándole un ojo y acariciándole el pelo. - ¿No se te ha abierto el apetito de golpe? - dije con una sonrisa pícara.

Un poco, la verdad- sonreí y en ese momento mi vientre rugió - Un poco bastante - reí apartándome de debajo de David, sentándome en la cama. Me calcé las zapatillas de borreguito y fuí hacia el perchero, detrás de la puerta, poniéndome encima una bata de algodón gris claro.

Ahora vuelvo- dije abriendo con cuidado la puerta para salir, y cerrándola del mismo modo. Bajando las escaleras en silencio. Pude escuchar ruido en la habitación de Damon. Bajé a la cocina buscando algo de comida para subir.

Cogí un paquete de galletas dulces, rellenas de crema de chocolate. Una botella de agua y use en un bol, unas cuantas fresas que sobraron, un racimo de uvas blancas y un puñado de frambuesas. Subí las escaleras con cuidado y entré en la habitación dejando las cosas sobre el tocador.

Servicio de habitaciones-sonreí - ¿Galletas de chocolate, o fruta?-dije enseñándole ambas cosas.

- Galletas.- dije lanzandome sobre el paquete.
Me incorporé en la cama sentandome. Mientras Delia hizo su incursión en la cocina me había puesto los calzoncillos y los pantalones. Cruce las piernas y abrí el paquete para coger una galleta. Miré el reloj.
- ¿Ha llegado ya tu tío? - pregunté curioso.

Asentí comiéndome una galleta, lamiendo el relleno - Y está con Jane en su habitación- sonreí entusiasmada sentándome delante de David en la cama