Habitación y baño de Delia

Me quedé boquiabierta al ver tanto lujo condensado en una casa. Entré en la habitación de Delia y no podía dejar de mirarlo todo embelesada.
Entré al baño y me desnudé dejando la ropa semiplegada en un rincón para evitar manchar nada más. Me puse debajo el chorro de agua caliente y dejé que recorriese cada centímetro de mi cuerpo hasta tenerlo relajado por completo. Cuando acabé de lavarme enrollé mi pelo en una toalla de baño y el cuerpo en otra igual.
Entreabrí levemente la puerta del baño.

- ¿Delia?- pregunté - ¿Has encontrado algo para mí? - pregunté haciendo referencia a la ropa que me tenía que dejar.

Busqué en mi armario algo de ropa cómoda, pero lo más cómodo que tenía eran conjuntos de ropa deportiva. Así que saqué un conjunto que tenía limpio, y una muda de ropa interior. Teníamos más o menos la misma talla.
Me acerqué a ella y le di la ropa

Dame la ropa sucia para ponerla en la lavadora. Tómate el tiempo que necesites para cambiarte. En el cajón del lavabo está el secador, por si quieres secarte el pelo-le dije.

Cogí el montón de ropa sucia y se lo dí a través de la puerta entreabierta. Cogí la muda de ropa limpia.

- Gracias, de verdad. - dije de nuevo por enésima vez.

Me puse la ropa interior y luego el conjunto deportivo. Era muy cómodo y moderno. Me peiné para eliminar los nudos del pelo y luego pasé los dedos para darle un aspecto informal. Pasé el secador apenas unos segundos para eliminar el exceso de humedad y lo guardé de nuevo en su sitio.

Recogí el baño para dejarlo tal cual lo había encontrado: impecable. Eché un último vistazo y salí a la habitación de Delia.

Mientras Jane se cambiaba de ropa, yo aproveché para ir a poner su ropa en la lavadora y a buscar el botiquín. Regresé tras unos minutos a la habitación para curar las heridas de Jane. Sabía que mi tío sentía cierto rechazo hacia la sangre, y que no podía ni con el olor de ésta, ni ver sangre.

Ya estoy aquí-aparté unos cojines de encima de la cama y le indiqué a Jane que se sentase. Yo me senté en la banqueta del tocador- Ven te curaré las heridas

Me acerqué a Delia.

- No te preocupes, es sólo un arañazo y ya está casi seco... - dije alargándole la mano para que lo comprobase. - Casi que con una tirita es suficiente...

Me dejé caer sobre la cama de Delia con cuidado, apenas rozándola y seguí observando la habitación mientras ella buscaba algo con lo que curarme en el botiquín que había junto a ella.

Saqué del botiquín un poco de Yodo y apósito líquido. Con un algodón limpié la herida de Jane, y una vez limpia, la cubrí con el apósito líquido.

Así se curará antes. Mañana ya no tendrás casi nada.-dije guardando las cosas en el botiquín y mirándola.

Me miré la cura que me había realizado Delia y ladeé la mano unas cuantas veces para contemplarla mejor.

- ¿Has pensado en dedicarte a esto? - dije bastante seria arqueando una ceja. En ese instante mi estómago se olvidó del miedo y rugió.

No me interesa la medicina, pero gracias por el cumplido-me levanté dejando el botiquín sobre el tocador - Vamos a ver qué podemos cenar. Creo que hay pizzas en el congelador

NUEVO DIA
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Tras recoger a Jane, llegamos a casa. Apenas habíamos estado comentando cosas sobre un trabajo que nos habían mandado en el instituto. Bajamos del coche y entramos en casa subiendo directamente a mi habitación. Como de costumbre, Damon no estaba. Dejé sobre la cama el bolso y el libro que había cogido en la libreria (el libro del símbolo) - Ponte cómoda Jane, voy a darme una ducha rápida, si quieres que te preste algo de ropa puedes mirar en mi armario - dije quitándome la chaqueta y colgándola en el perchero. Me metí en el baño a darme una ducha energéticamente para quitarme cualquier rastro de David.

- Bueno, venía ya arreglada o al menos lo había intentado... echaré un vistazo de todas maneras...-dije con una sonrisa nerviosa ya que el ropero de Delia era bastante mejor que el mio.

Cuando Delia entró al baño eché un vistazo rápido a la habitación. Recordé que Damon no estaba, suspiré y me giré de nuevo hacia el armario para elegir qué ponerme.

No tardé en salir, llevaba un albornoz blanco y una toalla liada en la cabeza- -Ya estoy - dije sacando de la cómoda un conjunto de ropa interior. Me senté en la cama para ponerme la parte de abajo sin quitarme el albornoz. Y luego, quitándome el albornoz, y de espaldas a Jane, me puse la parte superior. Guardé el albornoz en el baño y regresé a la habitación poniéndome al lado de Jane mirando el armario - No sé qué me voy a poner - dije contemplando las perchas - Por cierto, espero que no te moleste pero... hoy me encontré con David en la libreria, y le dije que se pasase por la Bella italia. Me dijo que se pasaría con un amigo- miré a Jane, empezando a secarme el pelo. Los dos tatuajes eran perfectamente visibles ahora que no estaba cubiertos.

Me giré hacia Delia.

- ¿Cómo?-pregunté sorprendida - ¿Has quedado con David? Chica, si que vas en serio, ¿eh? ¿Ves? Te ha ido bien hacerme caso y soltarte con los chicos... hacéis buena pareja. ¿De quien ha sido la idea del amigo? Bueno, no pasará nada por conocer a alguien nuevo... - suspiré - Hoy tu tío tampoco está por casa...

La verdad es que una cosa llevó a la otra, y cuando le invité, me di cuenta de que podría ser algo incómodo, siendo tres. Le propuse que invitase a algún amigo- Miré a Jane sonriendo y sacando una percha con un vestido - Ponte este vestido, tiene que quedarte precioso

Delia sacó un vestido del armario y me lo acercó. El vestido era precioso en tonos ahumados y marrones y con un lazo en uno de los tirantes. Me daba algo de reparo porque era bastante corto, pero era precioso. Me cambié de espaldas a Delia y me miré al espejo. 'Qué pena que Damon no esté aquí', pensé.
Me giré hacia Delia.

- ¿Y ahora qué?-dije mirando las bailarinas negras que llevaba puestas y no pegaban para nada.

La miré mordiéndome el labio inferior y sacando unos botines pero tipo sandalia de piel marrón. Le pasé los zapatos a Jane y sonreí girándome en busca de un vestido para mí - Yo creo que te vendrán, son un 39

Me recogí el pelo en un moño informal con una goma del pelo que llevaba en la muñeca. Me senté en la cama y me puse los zapatos, me estaban como un guante.

- Que pena que tu tío no me vea así... - dije poniendo morritos.

Me giré hacia Delia y le pregunté:

- ¿Sabes hacer recogidos? - dije mientras me ponía una mano en la nuca.

Asentí sacando un vestido blanco y negro sin mangas y unos botine de tacón negros - Vamos, te hago un bonito recogido, siéntate que voy a por las cosas - aparté el taburete del tocador y entré en el baño, saliendo segundos después con una caja de accesorios para el pelo y unas tenacillas, enchufándolas para que se fuesen calentando. Rocié el pelo de Jane con un agua protectora térmica y le cepillé el pelo esperando a que se calentasen las tenacillas.

- Algo sencillito... ¡ni que fuesemos al baile de fin de curso! - dije encogiéndome de hombros y dejándome hacer.

Mientras Delia me peinaba, yo me iba probando las pulseras que tenía en una caja en el tocador. Al final me decanté por una maxipulsera de madera marrón con unos pendientes pequeños a juego.

Empecé a ondularle el pelo y una vez todo ondulado, le recogí media melena en la parte trasera, fijándosela con unos preciosos clips para el pelo de madera - Un peinado perfecto para tu vestido - respondí aprovechando el calor de las tenacillas y haciéndome grandes ondulaciones en el pelo dejándome la melena suelta y con movimiento. Iba a maquillarme, pero me pareció excesivo, no era un restaurante de lujo, y era algo informal.

Listas- dije desenchufando las tenacillas y sacando del armario dos chaquetas, una para cada una y un bolso para cada una a juego con los zapatos. Metí en el bolso las llaves el móvil y la cartera y me puse la chaqueta.

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Chaqueta de Jane

Abrigo de Delia

- Madre mía, Delia, es... genial... - dije poniéndome la chaqueta y dando vueltas delante del espejo para verla desde todos los ángulos.

Le di un enorme abrazo a la joven, se estaba portando genial conmigo y no sabía como podía agradecérselo.
Miré el reloj.

- Deberíamos de ir yéndonos sino vamos a llegar un poco apuradas.

Let's Go - dije caminando con arte encima de los tacones, parecía que siempre hubiese caminado sobre estos, a pesar de ir siempre con zapato plano. Nos montamos en el coche y fuimos de camino a Port Angeles.

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Levanté levemente la cabeza sin mover el cuerpo y ví a Delia deambular por la habitación.
- Dels, estoy hecho polvo... - susurré desperezandome.

Pues mira que has dormido toda la tarde-dije acercándome a la cama y levantando las sábanas y el edredón.
¿Cómo es que estás tan cansado? ¿No estarás pillando gripe o algo, no?-pregunté subiéndome a la cama poniendo mi mano en su frente para tomarle la temperatura

- No sé... estaré en uno de esos días - dije arqueando las cejas divertido.
Me incorpore para tumbarme junto a Delia cuando intentó tomarme la temperatura.
- Sabes que eso conmigo no funciona...-dije sonriendo.