Reencuentro (Libre)

Habia sido un dia largo, hacia poco que nos habiamos instalado en Forks, y baje con las chicas a La Push a pasear por el pueblo. Tenia ganas de ver la casa en la que estuve veraneando tantos años. Parecia que ese pueblo se habia quedado estancado en el tiempo.

Cuando llegúe al lugar que tantas veces Jeremy me había descrito durante tantos años mi expresión fue de perplejidad, ya que todo lo que me había imaginado se quedaba muy por detrás de lo que en realidad era.
Las casitas de madera con el humo saliendo por la chimenea te invitaban a entrar y tomarte un té al lado de esta y contar historias de esas que tanto nos gustan a Jer, Eri y a mí.
Jer, después de todo lo que me has contado no puedo creer que por fin estemos aquí.- Dije mirando a Jer con los ojos brillantes- Parece que me voy a despertar en cualquier momento. Es precioso!!!!

Subirme al coche me ponía nerviosa, y mucho más caminar sin una dirección determinada. Saqué de mi bolso la pitillera sacando un cigarrillo de Marihuana que me había preparado la noche anterior. Lo encendí con tranquilidad, y guardé los enseres de fumadora de nuevo en el bolso.

Le di una larga calada mirando a mi alrededor y mirando a Lyzz. Parecía muy entusiasmada. Pero a mí, sinceramente, no me parecía muy asombroso ese sitio.

Pues qué quieres que te diga Lyzz, a mí no me parece tanta cosa... Es más... no sé que cosas místicas pueden haber por aquí. No son más que un puñado de indios con descendientes - comenté bajándome las gafas de sol del pelo y poniéndomelas.

Salí de casa de Delia en dirección a mi casa en la reserva. Se suponía que todo estaba en orden. Las ropas apenas olían al efluvio de Damon y podían pasar desapercibidas.
Salí de entre los arbustos al claro donde comenzaba el pueblo, allí había tres figuras paradas que no encajaban, tres forasteros de visita, aunque el olor de uno de ellos me resultaba familiar.

Sonrei mirando a Lyzz - Tranquila, no es un sueño. Y estas despierta - dije. En ese instante un intenso olor vino hacia mi cara. Mire a Erika, y ahi estaba ella, fumandose un porro - Erika, te agradecería que fuera de casa te comportases y no fumases porros. Sabes que eso da muy mala imagen - le recrimine cogiendole el porro y cortando con los dedos la parte que estaba prendida.

A espaldas de las chicas vi una figura acercarse, el aire me trajo su olor, era muy familiar. Entrecerre los ojos y en cuanto pude ver su cara iluminada por el sol me emocione - ¿¡David?! - pregunte con sorpresa

Estaba tan contenta en mi nube de momento perfecto y ahí tiene que estar ella, con su cara de rancia y con su mejor amigo (el porro) Puede que a ti no te guste Eri, pero si lo ves bien aquí huele a historia - le contesté.
Me miró con cara de déjame en mi mundo y en ese momento Jer le quitó el dichoso porro dejándola con cara de circunstancia. ¡¡¡Ese es mi Jer!!! dije para mí.

Escuché el discursito de Jeremy, él y su filosofía de NO a las drogas. Pero la Marihuana me relajaba mucho - Jer, es Marihuana terapéutica - dije viendo como se acercaba a mí y me quitaba el porro de la mono partiéndolo por la mitad - ¡¿Pero qué haces?! Tu eres imbécil tío - le recriminé dándole una colleja bastante sonora.

Escuché mi nombre y me acerqué lentamente, arqueando una ceja escéptico.
- ¿Jer? - pregunté a medida que me iba acercando. - ¿Qué mierdas haces aquí? - dije sonriendo y abriendo los brazos.

No podia creer que fuese David, hacia meses que no teniamos contacto - ¡Dave tio - sonrei chocando las manos y acercandome a el para darle unos toques en la espalda - Pues nada tio, que me he venido a vivir a Forks con unas compañeras - me aparte dejandolas ver

Ella es Lyzz - dije señalando a Lyzz - Y ella es Erika - presente señalando a Erika.

En serio, pense que no te encontraria por aqui en estos meses, ¿te has mudado tambien?-pregunte fascinado. Al igual podria tener un amigo y todo!

Mientras veía al par discutir no podía dejar de reír para mis adentros.
cuántas veces había visto y me quedaban por ver aquellos reproches de Jeremy a Eri sobre lo malas que eran las drogas, etc.
De pronto se paró la discusión y observé que Jeremy había visto a alguien detrás nuestra.
Cuando me di la vuelta vi a un chico alto y con buena planta..Por lo que veo este pueblo no tiene solo lugares bonitos, sino que hay personas interesantes - pensé para mí, Mientras veía a Jeremy ir a saludar a su conocido.

Miré al chico bajándome un poco las gafas. Estaba más que bien el jovencito. Jeremy tuvo el detalle de presentarnos y cuando dijo mi nombre, me acerqué a él besándole en las dos mejillas - Encantada - sonreí volviéndome a colocar las gafas de sol y atusándome el pelo con los dedos para darle un poco de volumen

- Hola, hola, encantado.- dije asintiendo ante las presentaciones.- Pues sí, tío, me mudé hace un par de meses aquí. Quería darle un giro a mi vida y qué mejor sitio que el pueblo más aburrido de norteamérica- dije sonriendo.- Bueno, Jer, ¿cómo te va la vida?¿Cómo es que has acabado volviendo?

No podia creerlo, ahi estaba David, no habia cambiado en absoluto - Supongo que intento ganarme un Pulitzer - reí con ganas.

La verdad es que los tres somos periodistas de investigacion, y hacia años que estaba siguiendo las leyendas de los Quileutes y hemos pensado en venir a trabajar una temporada aqui. - mire de reojo a las chicas para ver que hacian. Erika, como siempre iba a su aire, como si nada fuese con ella - Fijate, al igual puedes echarnos un cable si conoces a alguien que sepa historias de primera mano. Ya sabes, de esas que son como tradiciones familiares.

Cuando Jeremy nos presentó a su amigo ladeé la cabeza y solté -Encantada de conocerte- Acto seguido empezaron a relatar lo que les había pasado desde la última vez que se vieron y preferí no molestarles para que se pusieran al día.
La verdad es que después de tanto tiempo preparando esta nueva etapa me parecía un poco irreal estar allí, pero ahora había que pensar en nuestro cometido principal.

Busqué en el bolso el paquete de tabaco de emergéncia y lo saqué ofreciendo un cigarrillo a Lyzz, y poniéndome otro en la boca encendiéndolo - ¿Quieres uno Lyzz? - dije dejando salir una bocanada de humo mirando a mi alrededor.

Habían hombres de edad avanzada que tenían el físico típico indio. Y muchos de los jóvenes iban en grupos. Y, a pesar de su juventud, todos tenían unos cuerpos muy desarrollados - No sé si por aquí existirán los Vampiros y los Hombres lobo... pero lo que son los chicos con cuerpazos, seguro. - sonreí para mí deleitándome con las vistas. Eso era mejor que el desfile de Mister U.S.A.

Esboce una sonrisa ante el comentario de Erika.
- Bueno, si los ancianos no os pueden atender... os tendré que instruir en tradiciones y leyendas quileutes- dije esbozando una sonrisa irresitible.

Esa mañana me había levantado muy pronto, había dormido intermitentemente pese a estar agotada. El encuentro con Damon me había afectado de una forma brutal, y tenía el instinto a flor de piel.
Decidí que ya que me había recuperado, iría a ver a Delia para comprobar su integridad física y psicológica, y desde luego esperaba que DAvid me olisqueara y se retirara a tiempo.
No me apetecía ni un ápice hablar con él, y aún menos verlo porque sabía que el encuentro acabaría muy mal.

Salí de casa sin que hubiera amanecido, y me dediqué a caminar con tranquilidad intentando aplacar mi rabia. Pero mi ira aumentó repentinamente a un nivel desconocido, cuando, a unos pocos kilómetros del camino que finalizaba en las playas el efluvio de David me dio como un soplamocos en toda la nariz, y estaba con dos humanas y con un...un ¿licántropo?
Me dirigí hacia allí irracionalmente, porque lo normal hubiera sido evitar el enfrentamiento. Pero la inconstancia en mis decisiones era un rasgo personal, y, aunque no me importara guardar el secreto de las vampíricas amistades de David, sí que me importaba la humillación. Y eso sólo lo podía solucionar con una buena pelea lobuna.

Oí voces, y comprobé que ninguna era de Delia. Asi que me acerqué apresuradamente antes de que salieran a recibirme él o su amiguito.

David Mitchell tú y yo creo que tenemos una cuenta pendiente...¿cuándo quieres pagármela? -pregunté mirándolo directamente ignorando a sus compañías-

Estaba hablando con David cuando un olor nada familiar me llego, pude identificarlo con el de una licantropa... Y ahi aparecio esa chica, de la nada. Se acerco a David, yo me aparte levemente dejandole espacio y observandola ensimismado. Era como una diosa salvaje, una piel bronceada y perfecta, unos rasgos impecables y un temperamento digno de una amazona.

Mi corazon latia acelerado por unos segundos hasta que logre calmarme y mantenerme en silencio esperando a que David terminase sus asuntos con esa chica.

Al ver llegar a esa chica me di cuenta de que tenía cara de pocos amigos y que le estaba pidiendo explicaciones a David -¿sera su novia?-pensé.
Miré a Eri con cara de circunstancia- ¿Eri, me acompañas a comprar algo de comer?, con la caminata me ha entrado hambre. - El cigarro de Eri me habia abierto el apetito y de paso las ganas de ir al lavabo.

Asentí a Lyzz - Ahora volvemos, vamos al restaurante a por algo de comida y al baño. Jer, ni se te ocurra irte sin nosotras - le advertí caminando junto a Lyzz hacia el restaurante.

Resoplé cuando Leah entró en escena.
- Creo que ese tema había quedado ya claro, ¿no? - dije arqueando una ceja- Aunque eres terca y cabezona como tú sola. ¿Tenemos una cuenta pendiente? Pues tendrá que esperar, este mes ando escaso de fondos... - dije malhumorado mientras ladeaba levemente la cabeza.

Fíjate que no es que sea cabezona, es que no me gusta que me hagan la zancadilla...-gruñí-
Y no quiero esperar a fin de mes, que me hace falta la pasta ahora mismo...y me gustaría sacártela personalmente, sabes que soy muy persuasiva...-dije intentando disimular nuestra conversación-

De repente observé cómo las humanas se iban por la tangente, y se escabullían de nuestra pequeña reunión. Observé también al licántropo moreno que estaba pasmado al lado de David.
¿Son tus nuevas amistades? ¿Una rubia y una morena...te gusta la variedad no? -pregunté sarcásticamente-
Y este ¿qué? ¿Es tu compañero de madriguera supongo? -volví a preguntar mirando de reojo al chico moreno-

Por cierto, ¿dónde está Delia? ¿estará bien? -insistí muy interesada-

No entendia nada de lo que estaba pasando. La licantropa hablo de mi y lo unico que pude hacer fue balbucear una burda presentacion - Eh... no... yo... yo soy Jeremy, somos viejos amigos - sonrei circunstancialmente. Me sentia un poco coibido y anulado por la fuerte personalid de la loba.

Miré con incredulidad a Leah, jamás pensé que hubiese alguien tan joven y tan amargado en la faz de la tierra.
- Delia está bien, está durmiendo en su casa, vengo ahora mismo de allí.- dije a la defensiva. -Por cierto, no sé porqué esa hostilidad... si ya sé que tienes un nuevo amigo... -dije guiñándole un ojo burlón.- Si tienes que pedirle dinero a alguien pídeselo a él y no a mí.- dije metiéndome las manos en el bolsillo y dando media vuelta. - Jer, vivo en aquella casa de allí.- dije señalándola.- Ven cuando quieras, chao.-añadí mientras me despedía caminando hacia mi casa con la mano en alto.

Serás...serás....-gruñí apretando los puños rabiosa-
Yo no soy amiga de ese...de ese...¡¡¡pajarraco!!! -grité alterada, al final Damon se lo había contado todo-
Ey a dónde demonios vas....necesito arreglar esto yaaaaa, te vas a enterar....-dije en voz alta pero David a gran velocidad me dejó con las palabras en la boca-

Una gran furia comenzó a afectarme, porque sabía que no lucharía contra mí. Me ignoraría aunque entrara en fase y lo atacara, me esquivaría todo el tiempo. Apreté los puños y rechiné los dientes con fuerza. Y de repente oí un balbuceo detrás de mí, era el chico que estaba con David.
¿Y tú qué miras? ¿No tienes que irte ya? -pregunté señalando el camino que había tomado David, y mirándolo con fuego en la mirada, sin fijarme demasiado en quién era-