Fogata Culinaria

Respiré profundamente, y con la mirada perdida en el mar suspiré. Había tocado una herida que aún no estaba cerrada del todo.

No es que no quiera hablar del tema Brad, pero...no quiero aguarte la fiesta ni mucho menos. Sólo puedo decirte que eso de que el amor es ciego, aparte de sordo y manco, es totalmente cierto...y que es algo mágico también puedo asegurártelo. Ahora mismo comparto la vida con mi familia, mis padres y mi hermano...con nadie más. Y la verdad tampoco estoy demasiado dispuesta a que vuelvan a hacerme daño, porque me han golpeado de una forma brutal...- aseguré cerrando los ojos y volviendo a tomar aire -

Decidí cambiar de nuevo la cara, cerrando la puerta al recuerdo. Giré la cabeza y lo miré directamente.
Este vino es peleón, estoy un poco mareada...te toca confesarte emocionalemente a ti...soy todo oídos...-sonreí abatida-

Es todo tan complicado que no vale la pena hablar de ello...-contesté antes de que Brad me comentara su interesante vida amorosa-

Es fantástico que puedas tener una relación de amistad con alguien a quien has amado por encima de todo, y creo que tienes razón en que dar con el alma gemela es muy difícil, por no decir imposible...¿no crees? -aseguré sonriendo-

Y ahora por favor, explícame eso de que eres un adicto a las aventuras de una sóla noche...¿se cuentan por centenas? Aquí donde me ves soy la mejor guarda secretos de la reserva...-reí a carcajadas por la sinceridad que me había demostrado, mientras hacía el gesto de boca cerrada con cremallera-

No suelo juzgar a las personas por su fachada Brad, ¿y sabes qué? me parece fenomenal que seas un rockero, que tengas esos tatuajes tan llamativos por todo el cuerpo y que aproveches las oportunidades cuando se te presentan, de hecho valoro la libertad por encima de cualquier cosa…
Me enorgullece haber conocido alguien tan simpático y dedicado a ser feliz como tú...-sonreí chasqueando la lengua-

Y evidentemente nunca pondría en duda ninguna de tus afirmaciones y cualidades, seguramente eres un romántico empedernido...y con esta cena me lo has demostrado...-susurré bajito observando el tono cálido de su piel ante el fuego-
Lo de ser fiel...bueno digamos que no es una cualidad que venga integrada en el género masculino -mascullé frunciendo el ceño-

¿Sabes qué? Me gustaría que podamos repetir esta velada más veces....si a ti te apetece... -afirmé sonriendo y agachando la mirada cuando se encontró con la suya-
Podría decirse que era una de las pocas veces que me había sentido a gusto hablando con un hombre desde hacía mucho tiempo, sin dolor ni amargura.

¿Te apetece bailar alrededor del fuego? Te enseñaré mi baile milenario...aunque nos falta música...-dije irguiéndome animada, moviendo los pies en zigzag, al tiempo que le ofrecía mis manos para que me acompañara-

¿Cantar yo pequeño? Si el Sireno eres tú...-dije sonriendo- Además canto malísimamente, si lo hiciera caería una granizada o me partiría un rayo...-bromeé-

Lo único que hago bien es bailar al son del movimiento del fuego, y ahora con música ni te cuento...-aseguré sacándome la chaqueta para tener mejor movilidad-
Entonces comencé a contonear la cintura en círculos, a agitar los brazos hacia arriba y abajo, y a girar sobre mí misma levantando ocasionalmente las piernas por encima de mis rodillas. Ladeaba y ondeaba cerrando los ojos, dejándome llevar por la música, por la noche, por la embriaguez del vino, por mi espíritu y por la serenidad que me invadía por compartir todas esas sensaciones con alguien como Brad.
Dancé lenta y suavemente, olvidándome de todos mis prejuicios, de toda mi testarudez y mi amargura...simplemente necesitaba sentir la locura de la noche en mi interior. Estaba exaltada y me divertía por primera vez en muchos años.

No sé cuánto tiempo me dejé llevar por mi baile propio, pero de repente un rayo de lucidez atravesó mi cabeza y vi a Brad apoyado en el jeep. Paré en seco mi movimiento.

Perdona Brad...creo que se me ha ido la cabeza, aunque no lo parezca, yo no suelo desinhibirme de esta forma con nadie, no soy tan confiada ni amable...así que, muchas gracias por sacar a la Leah menos trágica...- dije cayendo sentada de nuevo al lado del fuego -

¡En llamas nooooo Brad! -reí a carcajadas-
Verás el fuego es muy peligroso, si juegas con él acabas quemándote...pero allá tú, si quieres arder, te mostraré cómo hacerlo... -susurré-

Tomé sus dos manos y lo acerqué al borde de la hoguera.
¿Sientes el calor que emana del fuego? Pues ahora cierra los ojos y escucha todo lo que puedas a tu alrededor...-susurré en su oído, guiando su mano hasta el límite de ignición de la hoguera-
Podía oír su corazón latir fuerte pero serenamente.

Bien, esa es la base...relájate y mezcla todo lo que sientes ahora mismo, la música, la calidez, los sones de la noche, el mar [...]
Ahora intenta deslizar el cuerpo y dejarte ir...-volví a guiarlo girándolo sobre sí mismo, y acariciando la palma de sus manos con las mías en cada movimiento-

Bailamos durante un rato, y perdí la noción del tiempo, aunque siempre lo hacía cuando me sentía en contacto con mi yo más salvaje.
La calidez del momento nubló un poco mi percepción de la realidad, haciéndome creer que estaba en una ensoñación perfecta. Respiré una ráfaga de ternura cuando sentí sus brazos sujetando los míos para comenzar a bailar más lentamente.

Pero de pronto recordé que no debía dejarme llevar tanto por el momento, quizás Brad acabara pensando que yo era una loca empedernida. Tenía que volver a mi racionalidad habitual, sin romper la magia de aquel momento. No quería volver a sentirme feliz, no como me hacía sentir Sam, y mi tercer no, porque esto podría acabar por destrozarme el corazón en otros mil pedazos más.

Así que me decidí a abrir los ojos y vi que mi cara estaba prácticamente apoyada sobre su pecho. Un estremecimiento recorrió toda mi espalda. Lo separé un poco de mí, y lo miré desaflojándome de sus brazos.

Y aquí concluye nuestra clase de "Baila con Leah Clearwater y descubre tu parte más sensitiva"...-reí avergonzada-

No...no has echo nada...no es lo que tú piensas...-tartamudeé mientras intentaba huir intermitente de su mirada-

Es que...¡¡yo no soy la persona adecuada para que disfrutes este tipo de experiencias!! -dije girándome para no mirarle. Dudaba cómo explicarle mis sentimientos, de hecho no lo hacía demasiado a menudo-

Me caes muy bien Brad, no me gustaría perderte...por eso quiero sincerarme contigo. -afirmé abrigándome con los brazos, y sintiéndome sumamente incómoda-
Soy una mujer muy complicada, me han hecho muchísimo daño, y la verdad es que no puedo ser tu aventura de esta noche si es lo que esperas,...por favor, perdóname si te he echo perder el tiempo, tan sólo quería acercarme a ti.... -expliqué muy rápido aguantando la respiración, nerviosa por su reacción-

Sentí la calidez de su aliento tras de mí, el aroma fresco de la fragancia impregnada en su ropa, el temblor en su voz...y me puse muy nerviosa, porque estaba claro que había metido la pata con él.
Siempre veía fantasmas y proyecciones de Sam Uley en cada hombre que se acercaba a mí, y no conseguía más que abrir y hacer más dolorosa mi enorme brecha interna. Era uno de los pocos humanos a los que me había acercado, y me gustaba la sensación de tranquilidad que me provocaba estar a su lado.

Brad esto es muy violento...-susurré agachando la mirada hacia la arena-
Siento haberte dicho esta tontería, es que tengo la costumbre de intentar protegerme atacando en primer lugar...-afirmé-
Tú no mereces que te trate con tanta indiferencia, te aprecio mucho y me gustaría que olvidaras los últimos 15 minutos. Tal vez me hay sobrepasado contigo, yo lo único que quiero es ser tu amiga y poder ser capaz de sonreír como lo he hecho durante toda la tarde...-susurré agarrando una de las manos que tenía posadas sobre mis hombres-

¿Podrás olvidar esta paranoia? -pregunté girándome y mirándolo apesarada-

Nos sentamos frente al mar, y pude sentir cómo el frío de la noche comenzaba a azotar mi piel. No me importaba lo más mínimo, me sentía de nuevo machacada y culpable por inmiscuir a Brad en mis asuntos, al fin y al cabo acaba de entrar en mi vida.

Gracias...-dije sinceramente y él me miró con incredulidad-
Gracias por comprender algo que no te he contado...-susurré mirándolo fijamente-
Brad ¿has amado alguna vez a alguien por encima de ti mismo? -pregunté retóricamente volviendo a mirar al mar- Porque yo sí, una única y maldita vez...

No sabes la suerte que tienes Brad...nunca te han echo daño, nunca has tenido que sentir la decepción ni el rencor...
Son los peores sentimientos que puede tener una persona, y que se acaban volviendo contra ti. -aseguré-
Sabía de antemano que no entendería demasiado de mi historia, ya que no conocía la existencia de licántropos ni de lo que suponía una imprimación. PEro igualmente necesitaba que tuviera un atisbo del por qué de mi carácter rancio.

Verás a los quince años me enamoré de un chico de la Reserva, alguien importante por aquí, ya me entiendes, un líder nato...llamémosle Señor X -fruncí el ceño al recordarlo-
No era algo inocente ni juvenil, lo viví intensamente, demasiado tal vez...y un buen día, este Señor X se enamora repentinamente de mi prima, casi hermana, se van a vivir juntos, se van a casar y viven felices y destrozan el corazón de Leah Clearwater...-afirmé sintiendo el ardor del odio subir por mi esternón-

Hice una pausa, aguantando las lágrimas y los sollozos que comenzaban a nacer en mi pecho. No era posible que aún lo recordara con tanta intensidad. Cogí aire.
Y esa es mi trágica historia en flashback y muy resumidamente. Por eso soy incapaz de confiar en nadie, y tampoco permito que nadie se acerque a mí...-concluí afectada-

Gracias Brad, realmente eres un tío excepcional, cualquier mujer mataría por tener a su lado a alguien como tú...-dije mientras intentaba animarme-

Ahora dejemos de hablar de mí, que no quiero entristecerte...¿quieres contarme un poco de tu historia?...me gustaría ser tu amiga y que confíes en mí para lo que necesites...-dije guiñando un ojo-

*asentí lentamente...era evidente que ibamos por caminos separados...suspiré y dejé de hacerme ilusiones cuando dijo lo de "amigos"...ella me gustaba en todo sentido, pero de seguro podría limitarme a ser sólo eso...su amigo...disimulé el sentimiento que había empezado a crecer en mí y continué...*

-Bueno, no hay mucho que contar sobre mis relaciones, como ya te dije...

*miré hacia el mar y luego otra vez a ella*

-Sólo preguntame lo que desees...

*le ofrecí*

Igual te parece una pregunta indiscreta...-hice un gesto de duda- Pero...me gustaría saber cómo podría ser la mujer que le robe el corazón a Brad Shinoda, el sireno de Phoenix...-sonreí-
Puede ser que el amor aparezca de improvisto por aquí...-afirmé enarcando una ceja, mientras le apretaba una mano en señal de complicidad-

Desde luego era uno de los hombres más atractivos que había conocido en todos los sentidos, y deseaba que fuera feliz.

*miré hacia abajo y respondí mentalmente..."como tu"....era increíble que me encegueciera una mujer en la primera cita...nunca me había pasado antes...y de verdad me parecía que esto no era real...
Volví a la "tierra" de mis cavilaciones y recordé que tenía que contestarle a Leah...así que me limité a describir lo que me atraía... y oh casualidad, era su perfecta descripción...*

-Me gustan las chicas sinceras, divertidas, con costumbres de vida sanas y deportistas...alegres...sencillas...con ganas de vivir la vida y compartir experiencias....

*me encogí de hombros*

-...nada del otro mundo, ¿verdad?

*alcé la mirada hacia ella nuevamente*

Hubo un momento extraño entre los dos después de su descripción sobre la mujer perfecta; de repente me quedé clavada mirando sus ojos de un azul profundo, y permanecí admirándolo unos segundos. Era bello físicamente, y tremendamente arrollador. Ejercía una atracción hipnótica sobre mí, al igual que lo haría sobre cualquier mujer.

Pues yo creo que existe alguna mujer en el mundo que te complete a la perfección, que reúne todas esas cualidades y muchas más...y cuando aparezca en tu vida lo sabrás enseguida. Te mereces ser feliz por lo especial que eres... -sonreí con ternura-

Venga...me apetece un baño en el mar...¿quieres?...-pregunté sonriente, intentando animar la cita- Pero nos empaparemos la ropa, ¿podrás resistirlo?