Una cena tranquila

Negué rotundamente - Ni borracha hacía yo topless, quizás puedas verme en topless en sueños Dave - le guiñé un ojo.

Miré a Ryan - Los fines de semana estoy totalmente libre, asíq ue lo que os apetezca hacer me irá bien. - la verdad es que era una persona bastante conformista.

Dejé el tenedor sobre el plato. Estaba llena y no me apetecía tomar ni un bocado más. Suspiré.

- Bueno, cuando vengáis de la playa si pensáis seguir de fiesta, me enviáis un mensaje - dije sonriendo- Igual acabo subiéndome por las paredes si estoy todo el día encerrada en casa. Eso sí, siempre y cuando no queráis seguir de fiesta los dos en plan íntimo - dije arqueando las cejas repetidas veces para sonsacar algún comentario a Delia.

Pense en lo que habia dicho Ryan.
- Oye, tio, si quieres puedes venirte a vivir a mi casa. Habria que hacer algun apaño en casa para arreglar una habitacion que hay cerrada con trastos y ya está. Así ni tendrias que hacer esa reforma que te quita tu tiempo de descanso ni pagarias el motel. Te alquilo la habitacion a cambio de que hagas tu el apaño. ¿Que me dices? - tenia que hacer lo que fuese para que no volviese a casa de la chupasangres, podia acabar mal.

-Lo siento David, pero le ha dado mi palabra a Nadia. Aunque me parezca tentadora tu oferta tengo que rechazarla ¿qué pasa si no te gusta la reforma que haga? además ¿podrías pagar los materiales? son bastante caros.- le dije a David

Pellizqué por debajo de la mesa el muslo de Jane y la miré sonriendo con falsedad - Jane... - le llamé la atención. Miré la discusión sobre la habitación. Me preguntaba si Ryan también sería un licántropoco como David, o si sería un humano como nosotras.

- ¿Qué? - dije en un susurro visiblemente molesta por el pellizco - Mañana tendré una moradura - dije con bastante fastidio. - Ni que hubiese dicho algo fuera de tono - dije sonriendo de manera pícara.- A todo esto, ¿a qué hora tienes que estar en casa?

- El dinero no es problema.- le dije con bastante seriedad.- Descansa mañana y piensa en ello y ya me das una respuesta. Y cuando te digo descansar no me refiero a que vayas a la casa esa en ruinas a estar todo el día trabajando. ¿entendido?- dije en tono bastante severo.

-No puedo evitar preguntarte ¿hay algún problema con Nadia? cuando ha venido lo primero que has hecho es ponerte delante de ella y vigilarla, como si estubieras marcando tu territorio.- le dije a David, no entendia ese momento de paternidad que tenia conmigo, incluso me ofrecía vivir con e.

-No hablemos de eso ahora. Hemos venido a estar con estas señoritas y no debemos fastidiarle la noche ¿vale?- le dijé sin querer volver a sacar el tema de Nadia, de mi falta de dinero y de la muerte de mi padre por esta noche

Miré a Jane poniendo cara de culpabilidad pero a la vez de fastidio - No tengo hora, puedo volver cuando quiera, mientras sea de noche. Así que, tengo hasta el amanecer - miré a David y a Ryan que discutían, la situación se estaba poniendo tensa. Carraspeé intentando desviar la atención de los dos chicos - ¿Vais a ir a la festividad de Halloween? En la librería vi unos panfletos sobre unas reuniones a media noche en la playa de La Push, para festejar la noche. Supongo que irán los chicos de nuestro instituto y del de la reserva - comenté cambiando de tema.

- Bueno... pues como yo entonces... ¿Halloween? Mmm... no sé... no me apetece demasiado aguantar a un grupo de brujas, fantasmas, vampiros y hombres lobo bebiendo junto a la hoguera...-dije poniendo los ojos en blanco.- Y no creo que encaje...

Intenté excusarme, una fiesta en un sitio nuevo y practicamente sola no era lo que tenía en mente para pasarlo bien.

- Como tú quieras... dejemoslo estar pues.- cambie de tema rapidamente con Delia- ¿Una fiesta del instituto?- resople- Hace años que no voy a ninguna y ya no paso por adolescente - dije pasandome la mano por la barba para evidenciarla-, ¿podemos ir?

-Ni tú ni yo pasamos por adolescentes pero tampoco aparentamos ser unos abuelos ¿o sí?.- me giré hacia Jane para demostrarle que habia buen rollo entre David y yo. También miré a Delia pero sólo tenia ojos para David.

A la fiesta puede ir quien quiera, no es una fiesta exclusiva de los institutos-dije apartándome mientras la camarera se llevaba los platos vacíos, o casi. Y nos traía la carta de postres.

- No... -le dije a Ryan- tenéis pinta de repetidores malotes... vamos, lo que nos pone tanto a las adolescentes de instituto - dije poniendo los ojos en blanco y conteniendo una carcajada.

Cogí el bolso y saqué mi teléfono móvil. No tenía ninguna llamada, ningún mensaje. 'Qué triste... nadie me llama ni nada'. Comencé a teclear un mensaje a mi madre 'Mama, estoy con Delia. Ya llegare, no te preocupes. Besos.' Lo bloqueé y lo dejé sobre la mesa con mi mano levemente apoyada sobre él.

- De abuelos nada- proteste- Estamos estupendos y podemos pasar como adolescentes de instituto... tu espera a verme afeitado y ya veras- dije desafiante.

Señalando a Jane miré a Delia y le dijé -Tu amiga nos acaba de vacilar.- en forma de broma.

Llegó la camarera para preguntarnos si habias decididó ya por los postres. Yo pedí un trozo de tarta selva negra, con miles de capas de chocolante.

Estiré la mano acariciando la mejilla de David - No te afeites Dave - dije negando levemente, luego vi que Ryan me hablaba y me giré mirándole - Qué va, ella no vacila, sólo dice la verdad. Y debo decir, que estoy completamente con ella - sonreí alzando una ceja

- ¿Ves, David? Tu pinta de chico repetidor malote vuelve loca a Delia - dije encogiéndome de hombros.

Vi como Delia acariciaba la barba del chico.

- Bueno, si necesitáis intimidad sólo tenéis que decirlo, ¿eh? - dije guiñando un ojo y dejando escapar una risita malévola.

- Si no quieres que me afeite, no me afeito- dije mientras dejaba que me acariciase la barba con los ojos cerrados. Era la misma sensacion que horas atras cuando habia dejado que me acariciase el pelaje de lobo.

-Con esta cara de niño bueno no he tenido tiempo de ser un repetidor malote yo.- dije mientras me cogía yo mismo un moflete.

Me dí cuenta que llevaba un cordón desatado de los zapatos y me agaché para atarmelo de tal manera que a través de la camisa blanca se me trasnparentó el tatuaje del lobo de la espalda. Jane lo vió.

Borré la sonrisa de mis labios y bajé mi mano dejándola sobre el antebrazo de David. Miré a Jane con cara de incredulidad, no entendía a qué venían ese tipo de comentarios. Estaba muy insistente en dejarnos con intimidad. Aparté la mano del brazo de David y miré a Ryan, fijándome en su tatuaje. Dejé las manos sobre mi regazo jugueteando con un anillo que llevaba en mi dedo anular derecho.

- Vaya... sí sí... carita de niño bueno pero con tatuajes - dije arqueando las cejas de modo interesante - ¿Qué es?¿Un lobo?- pregunté esperando confimación porque no me había fijado detenidamente.

- Vaya... se acabó la diversión- dije con fastidio como un niño pequeño porque Delia había dejado de acariciarme la barba.
Miré a Ryan.
- ¿Un tatuaje? - pregunte sorprendido para justo despues coger la mano de Delia y juguetear con sus dedos hasta llegar a su anillo - Es bonito- le dije sin mas sin dejar de juguetear.

Cuando volví a mi posición me giré hacia Jane -Sí, tengo un tatuaje, en otra cena te explicaré su significado, es un lobo y es demasiado pronto para que te lo enseñé.- le dijé con picardia. Luego me giré hacia David y le contesté -Aún no has tenido la oportunidad de verme desnudo David pero prefiero que no para no enseñar tu verdadera condición sexual.- le dijé en forma de broma para que notará que el comentario de antes sobre mi falta de dinero se me habia pasado.

Miré a David cuando hizo un comentario sobre el anillo y negué levemente con cara de disgusto - No te gusta, créeme - le susurré quitándomelo y guardándolo en el bolso, ya que fué el regalo que me hizo Damon cuando cumplí los 16.

La verdad es que no me apetecía mucho ir luego a la discoteca, de hecho, me sentía algo incómoda y ansiosa por saber más sobre David. También tenía miedo a volver a casa y a encontrarme con Damon.

La camarera trajo los postres que habíamos pedido, y me sirvió una crêpe rellena de chocolate, con helado de vainilla y nueces de macadamia. Sin soltar la mano de David, empecé a comer con la otra.