Un poco de provocación (Libre)

En un rápido y vampírico movimiento agarré las muñecas de Leah y la puse contra un árbol sujetándola con firmeza contra éste, con mi rostro muy cerca del suyo - Ni un pasó más... No hay más avisos... - susurré mirándola a los ojos fijamente poniendo mi cuerpo contra el de ella, sujetándola lo suficientemente fuerte como para contenerla.

Me sentía lleno de vida, ya que pocos minutos antes de alcanzar a Christine, me había desayunando a una preciosa mulata

Me quedé muy quieta, ya que no contaba con que Damon fuera a atacarme con tanta rapidez. Debía entrar en fase, pero temía que la onda hiciera daño a Christine. No estaba segura de dónde se escondía y eso me preocupaba. Sin embargo entraría en fase en milésimas de segundo si Damon intentaba atacarme.
¿No creerás que te tengo miedo? Apestas bastante y me gustaría que te alejaras...-susurré a Damon con cara de suficiencia y una media sonrisa, vigilando cada uno de sus movimientos ya que estaba demasiado cerca de mí-

Bajé la mirada fijándome en su escote - Daría lo que fuese por volver a ver esos flanes liberados- dije riéndome y alzando la mirada hacia los ojos de Leah apretándola con mi cuerpo contra el árbol - Siempre me has gustado Leah, eres una mujer fuerte, física y espiritualmente

Noté cómo la rabia me nublaba la visión, inyectándome los ojos en sangre después de las palabras de Damon. Pues tú a mí no me gustas nada....¡suéltame! -grité muerta de la rabia forcejeando inútilmente ya que en forma humana no era competencia para él-
Eres un auténtico pervertido y desviado Salvatore...¿acaso tus concubinas vampíricas no te dan lo que necesitas? -pregunté maliciosa intentando provocarlo para que se enfadara y descuidara durante un par de segundos-

¡Y tanto que me satisfacen! Pero llevo como treinta o cuarenta víctimas desde que salí de Seattle, y me siento lleno de fuerza, de vida, y sobreexcitado- sonreí con sorna rozando con mi nariz el cuello de Leah, dejándole sentir mis labios sobre su cuello de forma sutil y seductora

No me digas...¿así que 40 víctimas? Qué apuesto y fortachón eres Damon....-susurré fingiendo con esfuerzo deseo-
Y cuando él rozaba sus labios contra mi cuello, no pude evitar sentir un escalofrío e instintivamente le propiné una patada en la entrepierna apartándolo de mí.
¿Te he dicho que no me gustan los hombres caballerosos y amables? Soy mucho más salvaje....-bromeé con una sonrisa malévola-

Retrocedí cuando me golpeó la entrepierna, pero fui lo suficientemente listo como para no soltarle las muñecas. Algo más cabreado le enseñé los dientes y bufé empujándola bruscamente contra el árbol - ¿Mas salvaje?- le pregunté empujándola nuevamente contra el árbol y acercando mis labios a los de ella, inmovilizándole las piernas con una de las mías.

Me puse muy rígida cuando enseñó sus colmillos con rapidez, y sin darme cuenta estaba totalmente inmovilizada, con sus labios a un par de milímetros de los míos y lo suficientemente desconcentrada como para no ser capaz de entrar en fase.
¿Q-ué quieres Damon? Si vas a matarme hazlo ya...aunque sea de forma tan cobarde....-murmuré soberbia mirándolo con fiereza, aunque sabía que estaba a su merced de nuevo y que nunca podía permitirme bajar la guardia con aquel vampiro-

No quiero matarte, considero tu vida valiosa- Susurré rozando sus labios

Sentí un escalofrío al sentir sus gélidos labios tocando los míos, e hice una mueca de estupor ante su respuesta. Entonces ¿qué es lo que quieres de mí? -pregunté con la voz temblorosa por tanta cercanía-

Sonreí al notar su cálida voz acariciando mis fríos labios- Quiero algo de ti, mi querida perrita- susurré en sus labios terminando por besarle de forma precavida, expectante ante su reacción

Me quedé con los labios fruncidos recibiendo el beso que me estaba dando aquel vampiro que tanto odiaba. Cuando se apartó sentí cómo todo el calor explotaba dentro de mí. Confirmado, eres vampiro muerto...-susurré mientras le daba un violento golpe con todas mis fuerzas, intentando entrar en fase-

Cuando me apartó me afané en propiciarle un pequeño mordisco en su labio inferior probando su sangre. La solté sonriendo y relamiéndome los labios - Ahora tengo lo que quería, probar tu sangre y sinceramente, para ser un cánido, tienes buen sabor. Pensé que serías amarga como la hiel

Eché mano a mi labio, muerta de la rabia y mirándolo con asco, sintiéndome bastante sucia sin entender el por qué. Soy muy amarga, demasiado te lo aseguro...te odio Damon...vete, vete...-gruñí emitiendo casi un alarido, mientras me estremecía y deseaba que no iniciara el ataque, ya que cada vez me sentía más afectada-

¿No me has echado de menos Leah?- dije finalmente hablándole como una persona racional y amistosa - Porque yo sí que te he echado de menos- aseguré avanzando lentamente hacia ella sin atisbo de hostilidad

¿Tú estás borracho?¿Acaso la sangre que has tomado estaba adulterada? -pregunté atónita-
Damon...¿necesitas algo en especial o sólo estás aquí para fastidiarme el día? -pregunté enarcando una ceja, intentando averiguar por qué me había echo aquella visita tan inesperada-

Cuando Leah me hizo una señal para que me escondiese, fui hasta el árbol más cercano que había a mis espaldas y me escondí ahí, resultaba un poco estúpido, ya que un árbol no podría parar a un vampiro sediento. Me puse en silencio a escuchar la conversación,todo iba más o menos dentro de lo normal, hasta que el vampiro llamado Damon empezó a insinuársele a Leah, me quedé atónita,y cuando el silencio se hizo, me asomé por un lateral del árbol para encontrarme con que...¡se estaban besando! mi primera reacción fue soltar una sonora y prolongada carcajada,pero seguro que eso cabrearía a los presentes,así que puse las manos sobre la boca y apoyé la espalda en el árbol, intentando disimular la risa. Dentro de lo que cabe era divertido ver una escena así, un vampiro besando a una licántropa,y no una licántropa cualquiera,si no la licántropa con los dos ovarios mejores puestos del mundo, aunque claro....por el otro lado... Leah seguro que armaba una buena. Una de dos, o mataba a Damon,o me mataba a mí por reírme de aquello.