Cocina

Bajé a la cocina. Tenía un poco de hambre asi que comería poco. Abrí la nevera y vi que no habían muchas cosas. Normal como que aquí nadie come mucho, que digamos. Cogí una lata de Coca-Cola y me senté en la mesa de la cocina para beberla con tranquilidad.

-¿Qué pasó el otro día? Le pregunté ignorándolo. Prefería no hablar del tema. No estaba enfadada con él ni nada por el estilo, pero no me podía creer que Eric hubiera mordido a alguien.

Agaché la cabeza para ocultar la sonrisa que se me había dibujado en el rostro. Pero no pude reprimir una carcajada. -Vaya, primito, y yo que pensaba que nunca llegarias a este punto. Me reí alzando la cabeza. -Si va a resultar que tienes corazoncito y todo.

-¡Venga, primo! No te enfades... Simplemente estaba algo molesta. Es que no me había imaginado nunca que te pasara esto de nuevo... Pero estás perdonado desde el primer momento. Deberias saberlo. Respondí serenandome. ¿Como podía pensar que estubiera enfadada con él? Tendría que saber que nunca podría enfadarme nunca con nadie... Siempre y cuando no haya hecho nada grave que tenga que ver con los que me rodean.

Vi que me estaba mirando a los ojos. Recordé que un día me habló de su poder... -¡Ey! Si quieres saberlo, espera a que te conteste, maleducado, que nose puede ir entrando a los recuerdos de las personas, asi como asi. Estaba de broma. Pero no me gustaba que usaran los poderes conmigo, aunque con Eric tenía confianza. Era mi primo y podía hacerlo, siempre y cuando tubiera mi permiso...

-Pues significa que le estaba consolando... Para que se sintiera mejor... ¡Eres un cotilla, Eric Grace! Grité sonriendo. Aquello me molestó un poco. No era justo que yo no pudiera acceder a sus recuerdos y que el tampoco me los dijera y yo si se los dijera y él entrara en ellos como si fuera su casa.

-Adiós, Eric. Le dije. Miré mi lata de Coca-Cola. Aun no la había abierto. Suspiré y la abrí. Comencé a beber, para ver si llenaba algo mi estómago. Al terminarme la lata, la tiré al cubo de basura. Sonreí y me fui a mi habitación.

**************************************

Entramos a la cocina. Yo fui a por una silla más, ya que faltaba una silla. -Cassy,¿nos ayudas con el café? Le pregunté con una sonrisa.

-Em... No, que te ayude Eric. Le dije amablemente. Cogí a Decker por la camiseta y lo llevé a un rincón de la cocina. -¿Has tenido algún problema? ¿Ha pasado algo? ¿Ha tenido que hacer alguna cosa Eric o todo a ido bien?

Dejé sobre la mesa de la cocina la bolsita con las pastitas, y sobre una silla dejé mi bolso quitándome el abrigo y colgándolo en el respaldo de la silla. Iba vestida con una blusa color beige de seda mate, con pequeñas filigranas en la parte de los botones delanteros. El cuello de la camisa era redondo, de corte clásico, adornado por un lazo lacio del mismo material y color que la camisa con un camafeo sobre el nudo del lazo. Luego, llevaba una falda por encima de las rodillas, de cintura alta de color negro. Llevaba medias de color carne y unos botines de tacón alto negros con detalles en bronce. Mi pelo caía en perfectas ondas sobre mis hombros, suelto, con el único detalle de una diadema con un pequeño tocado en uno de los lados.

¿A qué os dedicáis?- pregunté mientras me adecentaba un poco la blusa y los suaves rizos de mi melena.

-No te preocupes, Cassidy, no ha pasado nada... Está todo controlado. Aunque, creo que los ojos se me han puesto negros... Supongo que ahora aun los tendré negros,¿no? Le respondí mientras miraba algunas veces a Blair, Elisa y Eric.

Me fijé en sus ojos. Efectivamente, estaban negros. Pero se estaban volviendo de color dorado, como el de los vampiros. Sonreí ampliamente. -No, están bien. Acaban de volverse dorados. Supongo que... No me fiaba de ti. Aunque ahora veo que tienes más aguante de Eric. Bromeé riendo.

-Eric tiene aguante. Pero... Estaba sediento. Tú tranquila, a mí eso no me va a pasar... Te lo prometo. Le dije sonriente.

Miré a Eric cuando me contó lo de su tío y asentí - Más o menos vivís como yo, sólo que yo a mi madre la veo casi cada día siempre que no sale de viaje. Este año debía empezar en la universidad, pero decidí tomarme un año sabático y relajarme por completo- dije acercándome a Elisa para ayudarla, aunque en casa no lo hiciese, no me costaba tanto ayudar en una casa ajena, siempre que no implicase ensuciarse

-Vale, confiaré en tí... Aunque Eric también me prometió cuando se convirtió que el no mordería... Pero, bueno, ya he comprobado que para tí, todo es... Más fácil. Me alegro de que no hayas salido corriendo cuando se te han puesto los ojos negros. Le di un beso en la mejilla y volví con Elisa y los demás. -Bueno,¿os ayudo?

Me fijé en cómo se comportaban Eric, Cassidy y Decker, eran cuanto menos algo raros. Miré a Elisa acercándome a ella - ¿Dónde tienes los platos, para poner las pastitas? - le pregunté fijándome en las muestras de afecto de Decker y Cassidy, ¿Tendrían algún tipo de romance?