Habitación principal

Sentí sus manos sobre mi cinturón, y cómo este cedía fácilmente bajo sus manos. Me estremecí como nunca lo había echo en mi vida, y la agarré por la espalda, atrayéndola con fuerza contra mí para besarla con insistente desesperación.
Seguidamente y sin soltarla de mi boca, rodé sin dificultad sobre una mano, quedándome encima de ella, acomodado entre sus piernas. Pasé sus brazos por encima de su cabeza y la sujeté por las muñecas sin lastimarla, mientras mi otra mano se deslizaba hacia el botón de sus vaqueros.
Una vez desabrochados, besé su mandíbula, su escote y bajé hacia la cintura lentamente, jugando con mi lengua en su ombligo un par de minutos, mientras mis ojos permanecían clavados en cada pequeño movimiento de placer que hacía enervar su cuerpo.

Solté un suspiro cuando noté su lengua en mi ombligo,mi vientre se encogió y arqueé un poco la espalda.Me incorporé un poco,acercando nuestras caras para unir una vez más nuestros labios.Sin dejar de besarle, me senté en la cama, quitándome el pantalón,quedando solo en ropa interior.

Un calor repentino hizo que me sintiera extremadamente sofocado cuando la vi en ropa interior. Acerqué mis manos temblorosas hasta su pecho, acariciándolo con suavidad y curiosidad.

Solté un pequeño gemido. Le empujé un poco,haciéndole caer en la cama.Me dejé caer sobre él, con cuidado, mientras mi mano recorría el camino desde su pecho hasta la cintura.

La besé atrayéndola con desesperación hacia mí, y deslicé mi mano hasta la hebilla del sujetador dándole un pequeño toque. Era increíble que cediera tan fácilmente entre mis manos, ya que nunca había abierto uno.
La mano de Christine se acercaba peligrosamente a mi pantalón y no pude evitar gemir ahogadamente.

Noté cómo mi cara enrojecía por momentos, Seth había desabrochado el sujetador,terminé de quitármelo y lo arrojé al suelo.
Mi mano pasó a su pantalón, para terminar de quitarlo, a medida que bajaba, mis dedos aprovechaban para tocar cada centímetro de su piel.

La giré colocándome sobre ella, mientras cada centímetro de mi cuerpo ansiaba por poseer el suyo. Acaricié sus labios con los míos, mientras mis manos jugueteaban con el elástico de sus braguitas.
Te quiero tanto cariño...-susurré-

-Yo también te quiero Seth.Te amo.Eres lo más importante que la vida me ha otorgado- Le respondí entre suspiros, mientras mi cuerpo se estremecía a cada roce suyo.Aún me parecía imposible estar con el hombre más hermoso del mundo,tanto interior como exteriormente.Mis manos se entrelazaron con el pelo de su nuca mientras dirigía mi boca hacia su perfecto cuello, dispuesta a comérmelo a besos.

Me quedé totalmente exhausto, feliz y completamente anonadado. Había sido la experiencia más satisfactoria y alucinante que había tenido en toda mi vida, de forma que cuando caí a un lado de la cama, y Christine puso sus brazos sobre mí mientras murmuraba dulces palabras de amor, yo no pude más que permanecer con los ojos muy abiertos, observándola con auténtica devoción.
Chris...y-o...te amo....-fueron las únicas palabras que alcancé a susurrar, totalmente perdido en sus ojos oscuros y amándola de una forma irracional, mucho más allá de mis propios límites humanos-

-Yo también Seth,yo también- Respondí con una sonrisa, dejando que mi cabeza se apoyase en su pecho. Cerré los ojos, relajándome. Una pregunta rondaba por mi cabeza.¿Cambiaría en algo en nuestra relación lo que acababa de pasar entre Seth y yo? Si cambiaban,esperaba que fuese para bien, obviamente.
- Me has dejado agotada cariño, hay que ver qué de energía teneis los licántropos- dije a modo de broma.