Jardín trasero

Me acerque al cuello de Erika sacando los colmillos, inspire el aroma de su piel, era algo afrutado, como silvestre, quizás del bosque. Le mordí justo al lado de la yugular, la sangre pronto broto en mi boca y mis ojos se oscurecieron, el sabor dulzón de su sangre lo notaba correr por mis venas, quería detenerme pero la energía que me estaba dando la sangre me lo impidia.

Ahogué un gemido al sentir los colmillos de Stefan penetrar en mi piel. Puse mis manos sobre sus brazos apretando levemente, mi respiración era profunda y entrecortada. Cerré los ojos sintiendo un extraño placer.

Seguí mordiendo el cuello de Erika, la agarré por la cintura levantándole del suelo para tumbarla en una de las tumbunas que hacían juego con los butacones. No podía separarme de ella..., era como una droga. Cuando por fin logré separarme de ella mire al cielo lanzando un grito de satisfacción, luego mire a Erika, estaba demasiado blanca.

-¿Erika?¿Estas bien?-Le pregunte mientras le acariciaba una mejilla, estaba fria-. ¿¡Erika!?

Me costaba respirar, me sentía realmente cansada. Podía escuchar la voz de Stefan casi lejana - S-ste-fan...- logré decir.

-Mierda, perdón, joder-Me levante nervioso y cogí una manta de la otra tumbona y tape a Erika, cada vez estaba más débil y más pálida, mire un cuchillo que estaba cerca de la mesa, lo cogí y me hice un pequeño corte algo profundo en el cuello, agarré de la cintura a Erika y me acerque a su oido-. Tienes que beber para reponerte, Erika.

Intenté acercarme a su cuello, me costaba moverme. Sentí su fría sangre mojar mis labios y caer por mi garganta. Hice un esfuerzop y empecé a beber de él sintiendo como poco a poco iba tomando más fuerzas.

Abrace a Erika con la manta, iba recuperando el color de su piel y la calidez de su cuerpo, sentia mi sangre salir de mi cuerpo, cerre los ojos y la abrace con fuerza separándole de mi cuello.

-Ya o no te querrás convertir en vampira-Bromeé sonriendo-. No debí acerte caso, es peligroso.

Miré a Stefan a los ojos - Ha sido... im-impresionante... - dije sintiéndome como si estuviese viviendo un sueño

-¿Impresionante? Pero si casi te mato...- Le dije mientras le agarraba por los hombros.- Promete que si tienes posibilidad que un vampiro te muerda no lo harás.

Deslicé mis dedos por los labios de Stefan rozándolos y recogiendo con mi dedo índice los restos de mi sangre - Está bien... - afirmé mirándole a los ojos medio embobada - ¿Por qué me has dado de tu sangre?

-Son como las tranfusiones humanas-Le exclique mientras volvía a abrazarlas-. Cuando un humano necesita sangre recibe de otro humano. Tú necesitabas sangre y lo mejor era ofrecerte la mía. Quizás dentro de unas horas necesites un poco más..., deberías quedarte a pasar la noche, tengo un cuarto de invitados listo si lo deseas...o quizás querrás irte a tu casa.

Espera... ¿Un vampiro me está invitando a pasar la noche en su casa?-pregunté incrédula

-Es por tu seguridad, eres libre de irte. Además no todos los vampiros somos antisociables-Le dije mientras la soltaba, me inclinaba y apoyaba mis codos sobre mis rodillas.

Entiende que me resulta todo un poco abrumador...-susurré mirando al vampiro a los ojos

-Lo entiendo, tranquila-Me volví para mirarla sonriendo-. Puedo llevarte a tu casa, ¿o estas débil para continuar la entrevista?

Estoy bien, podemos continuar-dije acomodándome en la silla, pasándome la mano por el cuello rozando con mis dedos la herida - ¿Cuánto tiempo tardará en desaparecer la marca?

-Tardará como máximo un día o dos-Estire la mano para acariciarle las marcas-. Tapalo con un pañuelo para que no te lo vean...-Me frote la cara con ambas manos y subí las piernas a la silla y las agarre con ambas manos-. Tú dirás.

¿Cómo te sientes ahora que has bebido sangre humana después de tanto tiempo sin probarla?-pregunté colocándome el pañuelo en el cuello. Lo tenía atado en el asa del bolso.

¿Qué te impide alimentarte de nuevo de humanos?-pregunté retomando mi block de notas

-Lo veía cruel, llegue en momento en que cuando tenía a mi víctima en mis manos...-Levante las palmas de las manos y las miré-. Supongo que no me gusta sentirme un asesino. ¿Te he dicho que soy la oveja negra de mi familia?

Ahora me lo has dicho. Dime, ¿Acostumbras a relacionarte con humanos?-pregunté bebiendo un poco de vino

-No mucho.., diría que solo lo necesario. Aunque bueno siempre hago excepciones-Le sonreí, llenándole más la copa de vino.

Miré el reloj, se me estaba haciendo un poco tarde - Cuando quieras que pare la entrevista sólo dímelo. Sé que es un poco tarde

-Yo no duermo, Erika.-Le dije sonriendo-. Si estas cansada podemos dejarla para otro día.