Happy Meal de medianoche (Damon y Elizabeth)

Pasaba de la media noche y ya iban tres humanas, llevaba unos días que me costaba saciar la sed de sangre, quizás fuese por la nueva incorporación en Forks de mi hermano. Aquel que creía muerto.

Me encontré persiguiendo a una joven, su aroma era dulce y embriagador. No debía superar los 18 años. Estaba sola y caminaba por las oscuras calles de la periferia de Seattle.

La seguí hasta un callejón, y sin cuidado... la agarré con firmeza de los hombros y empecé mi propia carnicería. Tenía que saciar como fuese aquella sed, pero el tener que utilizar mis poderes después de cada toma, me seguía dejando con más ganas de sangre.

La noche me dió la bienvenida alborotandome el pelo cuándo salía del pub seguida de mi amiga Claire, antigua compañera de carrera, que al acabarla se instaló en la ciudad como corresponsal de la CNN.
Al quedarme sola un escalofrío recorrió mi cuerpo y me acordé que tenía que hacer una caminata para llegar a mi coche.
Acelerando la marcha, ya que no era una zona muy recomendable para andar sola pasé por un callejón en el momento en que escuché un grito. Me detuve y reculé fijándome en la terrible escena. Un tio estaba acorralando a una chica y le estaba MORDIENDO???..
-EH, TU!!!!-Chillé retrocediendo un paso y agarrándome el bolso.

Escuché una voz gritarme en el callejón, aquello hizo que despertase de mi frenesí destructivo. Alcé la mirada clavando mis ojos en la chica que había gritado ''Mierda'' pensé. Solté el cuerpo de la joven de la que estaba alimentándome dejándola caer en el suelo sangrando gravemente.

Sentía mis labios cálidos y húmedos, con el tan ansiado sabor metálico de la sangre. Mis ojos estaban cubiertos por una sombra y las venas se podían apreciar perfectamente, oscuras, bajo mis párpados. El color de mis ojos era negro como la noche y mi mirada era la que cualquier animal depredador podría tener en plena naturaleza.

Un gruñido salió de mi pecho. Pasé por encima del cuerpo sin vida de la joven de la que estaba alimentándome y empecé a caminar hacia la joven osada que me gritó hacía unos segundos.

Mi mente se quedó en blanco por segundos esperando la reacción del hombre al que había gritado.
-¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?-dije en voz baja
De repente el hombre se giró y me clavó esos ojos negros tan llenos de rabia que mi mente se quedó en blanco y mi cuerpo reaccionó girándose y empezando a acelerar el paso mientras sacaba el móvil del bolsillo para llamar a la policia.

Salí a la carga hacia ella y la agarré del cuello poniéndola contra la pared con fuerza, al hacerlo, su móvil cayó al suelo.

La miré fijamente a los ojos, debía borrarle el recuerdo como fuese - No has visto nada en el callejón, no has pasado por aquí-afirmé esperando su respuesta afirmativa.

Observé que me seguía la pista y noté un golpe muy fuerte en la espalda haciendo que mi móvil cayera al suelo. Mierda!!! mi nuevo móvil!! ¿como ha llegado tan rapido? hace un momento estaba detrás mía
Inmediatamente empezó a hablarme de una forma muy extraña ya que estaba negando lo que había acabado de ver. No me parecía raro ya que Erika a veces se pasaba con la dosis y negaba todo lo que le echaba en cara.
-¿Qué cóño dices?, ¿piensas que voy a actuar como si no hubiera visto nada?-dándole un manotazo para que me quitara la mano del cuello

Entrecerré los ojos al ver que no surtía efecto. Algo estaba fallando ¿pero el qué? - No has visto nada, ni has entrado en este callejón-afirmé de nuevo apretándola con más fuerza contra la pared.

Noté de nuevo su mano apretando mi cuello sintiendo que no podía respirar. En el último momento reaccioné y levanté la rodilla acertando en la entrepierna provocando que el tío se agachara por el dolor y aprovechando para salir corriendo. ¡NO VUELVO MÁS POR SEATLE!-chillé mientras corría hacia mi coche girándome algunas veces para confirmar que el tio estaba todavía dolorido.

Observaba en la oscuridad cada movimiento de Damon, cuando apareció aquella chica me puse en alerta. La chica tenía agallas para pegar a Damon. Dos veces. Cuando la chica se alejo me acerque a Damon y me puse a su lado.

-Me parece que se te ha escapado una víctima, hermanito-Me burle de él mientras me apoyaba en la pared.

Retrocedí cuando la chica me golpeó en la entrepierna y la vi salir corriendo. Avancé unos pasos apoyando mi mano en el muro pasando mi brazo por mi boca limpiándome la sangre. No conseguía relajar mi cuerpo, y salir de ese estado de excitación permanente.

Y entonces, llegó la gota que colmó el vaso, Stefan. Me giré mirándolo y le asesté un puñetazo en la boca. - ¡CÁLLATE! - exclamé gruñendo.

Me limpié el hilo de sangre que salió de mi boca y miré a Damon. Estaba miuy alterado.Le cogi del cuello de la camise y le estampe contra la pared.

-Vamos, Damon. Lucha conmigo.Lo estas deseando-Era preferible que Damon me atacará a mi antes que a la chica que había salido corriendo.

No había nada que me encendiese más que Stefan me desafiase. Quizás mi estado se debía a que alguna de las víctimas había ingerido Verbena. Gruñí casi incapaz de hablar acercándome de nuevo a Stefan golpeándole de nuevo en la cara, cerca del pómulo

Cuando recibi el golpe tuve que soltarlo y tuve que equilibrarme. Me acerqué a él propinandole un puñetazo en el labio inferior.

-Te he visto pelear mejor, hermanito.

V-ver-bena... - gruñí apartando a Stefan de mi lado de un fuerte empujón haciéndolo caer sobre unas cajas de madera. Me llevé la mano a la boca limpiándomela con el dorso de ésta.

Sentí el crujir de las cajas en mi espalda. Me levante inmediatamente del suelo y me acerque a él para agarrarle del cuello.

-¿Verbena? ¿Has dicho Verbena, Damon?-Le pregunte intentando que estuviese quieto, algo casi nulo porque Damon estaba demasiado nervioso como para calmarse.

Empujé con fuerza a Stefan apartándolo de mí, y aprovechando para salir corriendo.

Damon me empujo con fuerza hacia un lado. No podía dejar que se fuese asi, le adelante por un lado y le corte el paso poniendo enfrente suya.

Recogí del suelo el móvil de Elizabeth, y lo guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta. Miré a Stefan- De-dejame... - dije con dificultad. Me sentía debilitado por la Verbena, pero aún así, tenía más fuerza física que Stefan.

-No voy a dejar que te vayas en ese estado, Damon. Podrías hacer daño a los demás o a ti mismo-Dije tajantemente sin moverme del sitio, apretando los puños.

Miré a Stefan unos segundos y salí de nuevo corriendo, debía llegar a mi casa como fuese, necesitaba descansar.

-¡Si vas a tu casa podrás hacerle daño a Delia!-Le grité, esperando a que parese, mientras pensaba algún sitio para alejarlo de todos.

Delia hacía días que no pasaba por casa, y podría volver tranquilamente a casa. No me detuve en ningún momento.