El encuentro...

Cuando me soltó me reí con fuerza y yo lo empujé más fuerte contra el marco de la puerta provocando que esté crujierá -Aquí quien es más indigno eres tú, asesinando a tú hermano.- miré hacia el licántropo -y tú no tendries tiempo de mearme porque te arrancaría la cabeza sin que te dieras cuenta de mis movimientos.- oí como Delia bajaba por las escaleras y mientras pasaba entre mi tío y yo no aparté los ojos de este.

Me contuve apretando los dientes cuando estaba Delia presente. Ella no tenía porqué pagar por nada de mi pasado. Y mucho menos, verse involucrada enmedio de una riña de este tipo.

Le correspondí el beso y le sonreí cándidamente - Pásalo bien, te llamaré mañana. - Sonreí y miré a David - Cuida de ella- le dije al lobo. Sabía que en ese momento, él podía protegerla igual de bien de lo que yo podría hacerlo. Ya que no hacía muchas horas que había podido medir mis fuerzas con él.

Caer en su juego de provocaciones resultaria fatal.
- Deja, Delia, ya lo llevo yo... - dije cogiendo la bolsa de su mano. Mire a Damon fugazmente - Descuida, volverá entera. - dije asintiendo a modo de despedida y sin dirigirle la palabra a la otra chupasangre.
Pasé la mano apoyandola levemente en la espalda de Delia y dirigiendola hacia la entrada de la casa.

Gracias-dije a David cuando cogió mi bolsa - Hasta mañana Damon- me despedí ignorando a la otra vampira que tan desagradable me resultaba. Pasé mi mano por la cintura de David caminando hacia el exterior. Montamos en el coche y fuimos de camino a su casa.

-¿Has visto, tío? la coge por la espalda sin temerte ¡¿cómo se atreve?!- provocandole.

-Antes de seguir lanzandote los muebles de tu casa, quiero que me cuentes como os convertisteis y yo te contaré como soy la hija de tu hermano.- le dije mientras volvía a entrar en la casa y sentandomé en el sofá que antes le habia lanzado.

¿Qué te hace pensar que quiero explicarte cómo fuí convertido?- pregunté mirándome el hombro en el cual tenía las marcas aún del licántropo - Es más, ¿qué te hace pensar que me interesa saber cómo puede ser que seas hija de Stefan? - pregunté apoyándome en el piano.

-Si no me explicas tu conversión me parece perfecto pero me interesa la de mi padre. Y me parece lógico que no quieras saber de donde salí ya que dejas que la chica se vaya. Tranquilo, no muerdo. dijé con sarcasmo.

A Stefan le mordió un campiro, ambos bebieron de la sangre del otro. Murió, se alimentó de un humano y ''voilà'', se convirtió en un vampiro-dije alcando las manos cuando pronuncié el ''Voilà''

Le miré como si acabará de contarme un chiste muy malo -Estas provocando para que te lancé de nuevo el sofá. No querria estropear tu cara bonita.- le dijé con sarcasmo porque me estaba empezando a acabar con mi paciencia.


-Como sigas iendote por las ramas me vas a aburrir y mucho más tiempo estaré aquí incordiandote hasta que me lo cuentes todo.- le hicé saber, ese día sólo iba a por información, a conocer al asesino.

Te he dicho la verdad. No es mi culpa que seas una amargada que no entiende las cosas y se lo toma de forma ofensiva- respondí con seriedad pasándome una mano por el pelo.

-Muy bien.- así que cogí el mando de la televisión me tumbé en el sofá y empecé hacer zapping me volví hacia él -Tengo toda la eternidad hasta que te decidas a contarme la historia con pelos y señales.- y esperé su respuesta.

Me encogí de hombros - No hay más que contar, no sé nada más-respondí caminando hacia la cocina preparándome una taza de café para activar un poco el cuerpo con la cafeína.

-Tú mismo tío- le grité al ver que se iba hacia la cocina -Ya escucharé lo que le tengas que decir a Delia cuando vuelva y me vea aquí con la misma ropa.- le repliqué.

Me tomé el café y subí a cambiarme de ropa. Bajé al salón y antes de salir de casa miré a Nadia - Si vas a salir, cierra la puerta. No quiero que indeseables entren en mi casa - dije abriendo la puerta

Me levanté del sofá y salí por la puerta sin apagar la tele ni cerrar la puerta -Haz hecho a que empiecé a pelear duro, tío. Yo de ti no saldría tan tranquilo y estaria más pendiente de Delia. Puede que el chucho ni Vuturis sean suficiente.- le dijé mientras me dirigía al coche.

Miré de reojo a Nadia, y escuché en silencio lo que me decía. La verdad es que la seguridad de Delia me tenía preocupado. Pero no podía ir a su lado, no sin antes alimentarme. Fingí indiferencia y salí corriendo hacia casa de Jane.