Salón principal y Comedor Residencia Shields

Era por la mañana, muy temprano, el cielo seguía nublado y el día amenazaba nuevamente con lluvia. Sólo que hoy, me quedaría en casa todo el tiempo, quería exponerme al peligro lo menos posible.

Salí de mi habitación y bajé al comedor dónde Dorota me había preparado un desayuno digno de reyes. Me abroché la bata de raso del mismo color que el camisón, anudando el cinturón a un lado con un lazo perfecto. Me dejé el pelo suelto y me ajusté un pañuelo que me conjuntase en el cuello para que Dorota no me viese las marcas de las manos de Hugo en mi cuello.

Buenos días Dorota- dije sentándome en la mesa dónde tenía mi periódico y mi taza para el café, junto con un vaso de zumo natural de frambuesas. Dorota se retiró cuando vio que todo estaba correcto y me dejó tranquilidad.

Alcé la mirada cuando escuché la voz de Eric y cerré el periódico dejándolo a un lado ofreciéndole asiento a mi lado - Eric, qué sorpresa, ¿cómo has sabido dónde vivía? - le pregunté alzando una ceja. Se suponía que yo no sabía que él era un vampiro, era algo que prometí que no diría- ¿Lo que pasó? ¿A qué te refieres?- le pregunté haciéndome un poco la loca.

Dorota preparó un juego de cubiertos y taza para café y la dejó a mi lado para Eric y se retiró.

Decker no me dijo nada, lo averigué yo sola- le respondí mintiendo ya que no quería meter en problemas a Decker porque me hubiese contado su secreto y el de su familia.

Respiré profundamente mirando a Eric a los ojos - Hugo apareció en mi habitación, intentó matarme, y de no haber sido por Decker, dudo que ahora estuviese aquí hablando contigo- le expliqué estirando la mano de la bata para que no se viese la venda de la muñeca, dejando mis brazos de forma relajada sobre mi regazo.

Bajé la mirada cerrando los ojos unos segundos recordando a Decker la noche anterior, en el umbral de la puerta de mi habitación, diciéndome que nunca más volvería a verle.

Respiré profundamente y miré a Eric - Hugo, primero me sujetó por el brazo....- le expliqué bajándome un poco la bata y enseñándole el moratón con forma de mano alrededor de mi brazo, luego me volví a colocar la bata, y me aparté el pañuelo del cuello dejando ver las marcas de las manos de Hugo - Decker me dijo que si me sentía en peligro, le llamase, y lo hice... Hugo se dio cuenta de que había llamado a un V, y me agarró del cuello intentando ahogarme. Si Decker no hubiese entrado en mi habitación, yo ya estaría muerta.- seguí explicando y finalmente me alcé un poco la manga de la bata enseñándole el vendaje de la muñeca - Hugo y Decker empezaron a pelear en el jardín trasero, parecía una pelea a muerte, hasta que Hugo terminó marchándose. Decker parecía demasiado débil.... Me ayudaron a subirlo a mi habitación... - callé unos segundos tragando saliva y humedeciéndome los labios - Le ofrecí mi sangre a Decker, y no quiso.... yo.... yo le obligué... no podía dejarle morir, y me corté con una cuchilla en la muñeca y se la acerqué, él empezó a beber, pero no me mordió, sólo absorbía lo que salía de la herida. Cuando se recuperó un poco, se apartó de mí y dijo que nunca más volvería a acercarse a mí.... - terminé con un hilo de voz a punto de romper a llorar - Soy un monstruo.... Eric.... imagino que me equivoqué al darle mi sangre, pero esque no podía verle sufrir, no podía dejarle morir

Lo siento.... no debí haberlo hecho, pero esque no vi otra opción... Cuando vi que él no me clavó los colmillos, supe que no quería hacerme daño en ningún momento- dije mirando a Eric con tristeza. Decker se alejaría de toda su familia, y todo sería por mi culpa, por culpa de una extraña

¿Cómo voy a convencerle Eric? Decker dijo que no volvería a acercarse a mí, eso equivale a que no quiere volver a verme...- susurré cruzando los brazos sobre mi regazo jugando con el cinturón sobrante del lazo

Claro, como si fuese a hacerme caso, Eric.... Si se ha enfadado con Cassidy, con el buen rollito que tenían, imagínate lo poco que querrá verme, y mucho menos hablarme o escucharme- dije humedeciéndome los labios y bebiendo un poco de zumo de frambuesas

Voy a ir a buscarle, pero sola, intentaré que vuelva con vosotros.... y no lo haré ni por tí, no por él, ni por nadie de vuestra familia, lo haré por mí- mentí, ya que lo último que quería era romper una familia. Sabía lo que era estar solo en la vida, porque yo, apesar de tener familia, siempre estaba sola, y me sentía sola.

Respiré profundamente dejando escapar un suspiro mientras me levantaba de la mesa - Voy a ponerme algo de ropa, no tardaré - afirmé subiendo las escaleras y dejando que Eric me esperase en el salón.

Tardé menos de cinco minutos en bajar, al no tener pantalones, me puse unas medias opacas, junto con una falda por encima de las rodillas de color azul oscuro, una blusa color beige de manga larga, y una rebeca encima de punto calado de color azul oscuro. Sobre la cintura me puse un cinturón de color blanco con la hebilla en color beige, a juego con el pañuelo del cuello. Esta vez, no me puse ninguna diadema ni ningún tocado en el pelo, Y, por primera vez, me puse zapato plano, ya que iba a ir por el bosque.

Vamos- afirmé cogiendo el abrigo y poniéndomelo abrochando los botones y colocándome la bufanda y los guantes ya que hacía frío para mí

(OFF: Ok, mándame el enlace por PM n.n)

Entramos en la casa y Dorota tenía ya la mesa puesta para dos y una cantidad de platos dignos de cualquier cocina Gourmet.
- Siéntete como en tu propia casa, Sebastian- dije dejando mi abrigo en el perchero y acomodándome el vestido cogiendo dos copas de vino tinto y acercándole una a Sebastian para tomarla antes de cenar

Le sonrei brevemente mientras me quitaba la chaqueta y subia las mangas, cuando me ofrecio la copa de vino la lleve hasta afuera y entreteniendola tire el contenido en una plata cerca de alli - Tienes una bonita vista desde aca Le dije recojiendo su copa vacia y entrgandosela a Dorotea.

Gracias- dije mirándole a los ojos - Por todo, por el brazalete, por los zapatos, por tu compañía...- empecé a enumerar sonriéndole levemente y pasándome una mano por el pelo tusándolo y definiendo un poco las ondas de los mechones de delante

Le sonrei brevemente; tome su mano y se la bese y la lleve hacia la mesa - No desaprovechemos semejante banquete - Dije en doble sentido

Caminé junto él hacia la mesa y me acomodé en una de las sillas esperando a que él hiciese lo mismo. Dorota empezó a servirnos la comida y el vino, el cual era toda una exquisitez para el paladar - Espero que te guste el asado de carne - sonreí cruzando una pierna sobre la otra y apoyando las manos en la mesa esperando a que Dorota sirviese los platos.