Un nuevo visitante.

Había llegado a esa ciudad hace poco, los rumeros me llevaron al bosque, hice una pequeña ruta hasta llegar a la casa. Baje del auto y me quede de pie, allí estaba, la casa de Damon. Qué bien se lo había organizado todo, pero ese juego se le iba a acabar pronto.

Ande un poco mirando la fachada de la casa, con las manos en los bolsillos, no sabía si había alguien dentro de la casa ya que no se escuchaban ruidos en el exterior, espere allí, hasta que apareciera, no tenía ninguna prisa por irme de alli.

Estaba amaneciendo y yo regresaba de Seattle de alimentarme. La pasada noche fue complicada, me vi obligado a alejarme de nuevo de Jane.

Volvía corriendo y me detuve a unos metros de mi casa. Imposible... ¿ese era el efluvio de Stefan? fruncí el ceño avanzando a paso tranquilo y con las manos en los bolsillos de la cazadora. A medida que me iba acercando, le reconocí. Definitivamente era Stefan me detuve detrás de él sonriendo - Hola hermano - dije con total tranquilidad.

Me di la vuelta tras el saludo de Damon, le había olido a varios metros de donde estaba.

-Hola, Damon. Veo que te va muy bien en tu nueva vida-Estaba totalmente tranquilo, pero en alerta por cualquier percance-. ¿Quién vive contigo?

Te daba por muerto-respondí acercándome a la puerta de mi casa y abriéndola con una sonrisa - ¿Por qué quieres saberlo? - pregunté sin perder la sonrisa

-No hiciste bien la tarea. Eso se te daba mal-Segui a Damon hasta el porche de la casa-. he escchado cosas, ya sabes que vives con una adolescente humana. Eso me sorprendió. ¿No me invitas a entrar?-Le pregunte bastante serio.

Entré en casa y me apoyé en la puerta cruzándome de brazos sonriéndole - ¿Por qué debería hacerlo? - pregunté con arrogancia

-Vamos Damos, somos familia. Y no creo que te convenga montar escandalos, es un pueblo pequeño. Además quiero explicaciones.-Me adelante unos pasos, subiendo los tres escalones del rellano sin sacar las manos de los bolsillos.

Entré al comedor y acerqué dos sillas, dejé una de ellas en el exterior y con la otra me senté en la puerta, en el interior de la casa mirando a Stefan - Hablemos. Si te portas bien, no habrán problemas.

Me sente a la misma vez que Damon, frente a frente.

-¿Esa adolescente, esta en tu casa?-Le pregunte, si ibamos hablar no queria interrupciones.

Estoy solo, puedes hablar tranquilamente-respondí en tono serio. No me hacía ni pizca de gracia que hubiese sobrevivido

-¿Qué le hiciste a Katherine?-Le pregunte directamente, sin perder la paciencia pero elevando la gravedad de mi voz. La había buscado por todos los continentes sin encontrarla.

Me aseguré de que ya no jugase con ninguno de los dos. Por su culpa casi mueres-respondí despreocupadamente

Me levante de la silla cerrando las manos en puños. Mi paciencia se estaba agotando.

-Tú eres el que debería haber muerto.¡Katherine me amaba a mi! ¿Piensas convertir a tu protegida para acabar haciendole lo mismo?

¿Sabías que tienes una hija, y que encima es una vampira?-respondí sin moverme un ápice - Que por cierto... es una mal educada, una engreída y una déspota-añadí

-¿Nadia?

Me di la vuelta, imagenes de aquella noche volvían a mi mente, suspire aliviado. Siempre en mi interior sabía que seguía viva, pero nunca había hecho nada por encontrarla, ya que sentía una gran vergüenza tras abandonarla en el estado en que la dejo.

-No la metas en esto, ya me encargaré yo de que no se acerque a ti. Ahora tu y yo tenemos una pelea pendiente-Le dije mirándolo desafiante.

Katherine ya no está, no hay porqué pelear.-dije sin moverme de la silla y sonriendo burlonamente

-Vaya, vaya- Me cruce de brazos y me apoye en una de las columnas del porche-. Mi hermano rechazando una pelea, has cambiado mucho..., creo que tengo que darles las gracias ¿A quien es? ¿Delia, quizás?

No la metas en esto, sabes que es humana. Ella no sabe de nuestra existencia.-respondí secamente

-No es mi deber contarle todo la verdad-Me acerque a Damon quedandome solo a unos escasos centimetros-.He venido a protegerla de ti, ahora la quieres, ¿pero que pasara cuando te obseseiones con ella?

Solté una sonora carcajada mirando a Stefan parado en el umbral de la puerta - Vamos ¿Obsesionarme yo? ¿Vas a proteger a una humana que se acuesta con un licántropo?- dije entre risas. La verdad es que el que Delia saliese con David, me hacía hervir la sangre, pero debía contenerme por el bien de todos y permitirle disfrutar de los pequeños placeres de la adolescencia.

Lo ha hecho-afirmé - Pero, en vez de preocuparte por mi familia, deberías preocuparte por la tuya. Yo al menos tengo una familia bien educada y ejemplar. No como tu hija... Que menuda pieza está hecha.-comenté alzando las cejas.

Los dos éramos jóvenes. No hay por qué seguir viviendo en el pasado-respondí pasando la mano por mi pelo