Instalandonos...

*El camión de la mudanza ya se había ido...nuestros muebles y demás pertenencias se hallaban ahora a nuestro alrededor, en lo que próximamente sería el living, envueltos en cajas, cartones, nylon y demás empaques para evitar roturas en el transporte... Salí al jardín e ingresé las dos últimas cajas que quedaban en el exterior y las deposité sobre otras cerca de la puerta principal...casi no había lugar para caminar entre tanto paquete...
El clima estaba caluroso y si a eso le sumamos la actividad física que una mudanza requiere...el resultado era ¡mucho calor!... volví a salir al exterior...no era un barrio muy habitado y si bien los terrenos eran muy grandes, las casas eran modestas, acogedoras....no había más de 3 o 4 casas por manzana, eso me gustaba porque otorgaba cierta privacidad y espacio a la vez...
Nuestro "futuro jardín" estaba en mal estado, frente a la casa el césped se presentaba bastante corto (obra del antiguo dueño en un mínimo intento por "hermosear la propiedad"), pero lleno de hierbajos dispersos por doquier....lo que respecta a los otros tres lados de la casa, la maleza estaba bien alta, crecida y rústica...el cerco perimetral consistía en un improvisado alambrado.
Todo eso no impidió que con mi futura esposa vieramos el potencial que el lugar tenía. La vivienda (que era lo que en verdad importaba) estaba en excelentes condiciones, prácticamente nueva, luego de la construcción sólo había sido usada un corto período por el hijo del antiguo dueño antes de que fuera trasladado a Alemania por cuestiones laborales. A partir de ahí (dos años atrás) no se le había hecho ningun mantenimiento al lugar, lo que dio como resultado esta mini selva...

Me quité la playera sudada y la coloqué en el suelo quedando en ojotas y bermuda color crudo, me apoyé en la camioneta que hacía pocos meses había comprado (para poder hacer la mudanza con mayor comodidad) para descansar unos minutos y contemplé al amor de mi vida arrancar unas malas hierbas al costado del camino de cemento que llevaba a la puerta principal. Sonreí embobado por la imagen, ella vestía unos shorts de jean gastados y desflecados, con una musculosa blanca simple que dejaba a las claras que podría ser una modelo de revistas tranquilamente...
Le hice señas para que se acercara hasta donde estaba y sonreí de lado mientras lo hacía...cuando llegó a mí la tomé por la cintura y le dije...*

-Parece que tenemos trabajo que hacer...

*dije en tono positivo, sonriendo y apoyando mi frente contra la suya*

La casa era perfecta, muchísimo más espectacular que la que nunca habríamos tenido en la Push. Pese a estar en un estado decadente de abandono, exhalaba glamour por todas sus esquinas, o eso me parecía a mí cuando Brad y yo decidimos comprarla. En un brillante tono blanco y azul cielo esperaba a que sus nuevos inquilinos se pusieran manos a la obra, limpiándola y sacándole todo el partido que tenía.
El jardín era otro tema, aquello estaba infestado de malas hierbas y espinos que afeaban el césped y los pequeños tallos de rosales que agonizaban ahogándose entre ellas. A pesar de que todo el porche y parte de la entrada estaban colonizados por nuestras pertenencias empaquetadas, decidí agacharme, ponerme los guantes de jardinería y comenzar el duro trabajo de limpiar el jardín. Aquellos hierbajos me ponían mala, y eran como una mancha ensombreciendo el comienzo de nuestra felicidad cotidiana.

La realidad era que estaba nerviosa, exaltada, frenética y profundamente enamorada de mi maravilloso novio que revoloteaba entre las cajas, y al que intentaba no mirar demasiado ya que su exacerbado atractivo me impedía pensar en realizar algún tipo de labor más que complacerlo en todos los sentidos. Estaba enamorada, loca de amor, por eso lo había dejado todo por él…se había acabado mi labor como licántropa, y no me importaba lo más mínimo. La despedida de nuestra familia había sido otro asunto, bastante más espinoso y emotivo…pero ¿qué importaba? En un par de años volveríamos a visitarlos, además de que el teléfono era una buena opción para comunicarse con la gente que nos importaba.

Estaba haciendo un pequeño montoncito con una buena parte de aquellos hierbajos, cuando de reojo vi el movimiento de mi amorcito haciéndome señas para que me acercara. Dios mío, estaba terriblemente irresistible con su torso desnudo y su piel tornasolada….así que como atraída por un hilo invisible corrí hacia él, intentando centrarme controlar mis deseos que iban por otras vías, y pasé con mimo mis brazos en torno a su cuello, mientras nos dedicábamos miradas cargadas de complicidad.
Tenemos muchísimo trabajo, pero lo haré con alegría y entusiasmo…porque este es el comienzo de nuestra vida juntos…-susurré dándole un pequeño besito cariñoso- Cielo, deberíamos deshacer las cajas primero ¿qué te parece? Más que nada porque no tenemos ni dónde dormir ni dónde comer…-aseguré sin demasiadas ganas de separarme de aquel pequeño espacio que representaban sus brazos-

*asentí mostrandome sumamente de acuerdo con sus palabras...era el comienzo de nuestra vida en pareja,
conviviendo...eso me gustaba mucho, era algo que anhelaba desde hacía bastante tiempo, en los primeros meses de la
relación...sabía que Leah era LA mujer de mi vida casi desde el principio y nunca me entusiasmaba la idea de
separarnos por algunos días, como cuando ella debía cumplir sus tareas con la manada...pero no me quejaba en voz alta,
la conocí así y la acepte tal cual era con sus obligaciones incluídas...*

-Creo que deberíamos definir prioridades para el día de hoy, hacer primero lo que se requiere para cubrir las
necesidades básicas...como bien has dicho no tenemos donde dormir..eso me preocupa, no me gustaría que luego
de un día de arduas tareas no podamos descansar juntos y cómodos como dios manda... así que...

*besé sus labios un par de veces con lentitud, "como para que me durara un rato el efecto"
y continué con la idea*

-...iré a desembalar la cama como primera medida...

*observé la hora, eran las 10:00 am...eso me daba tiempo para terminar con la habitación y comenzar con la
cocina...pensé en lo que comeríamos...debía ser algo fácil pues no teníamos demasiadas opciones con todos los
elementos de cocina aún en las cajas..*

-...otra cosa...¿te molestaría comer algo sencillo? digamos...¿hot dogs o hamburguesas?...pues no nos quedan demasiadas alternativas hasta que no terminemos de desempacar lo de la cocina...

*sonreí estrechando aún más mis brazos en torno a ella*

Brad era tan racional, tan organizado, tan cabeza de familia que no pude evitar sonreír totalmente ajena al mundo que me rodeaba, tan sólo con la vista fija en el movimiento de sus labios, que un momento después me besaron con lentitud.
El sabor de su boca, tan dulce, pero salada y húmeda hizo que una sensación de voracidad, similar al hambre pero mucho más peligrosa, se instalara dentro de mí. Dios mío, esto no podía seguir así...mi amor me transportaba a un mundo paralelo y perfecto con sus palabras, y con tan sólo acercarse a mí ya me ponía nerviosa, o quizás cuando llegaba a tocarme con una inocente caricia me anulaba por completo.

Leah concéntrate, te está hablando...pareces una bobalicona, acabará por creer que tienes un derrame cerebral...-pensé y enseguida logré captar el sentido de sus últimas frases sin parecer exaltada-

Sí, sí la cama es lo primero...-susurré con rapidez y me sonrojé visiblemente- Vamos a ver cariño, te contaré un secreto: la comida basura es mi favorita...bueno, tal vez porque mi madre nunca nos ha dejado comer demasiada y todavía no me he hartado...-bromeé guiñándole un ojo-
¿Manos a la obra Sr. Shinoda? -pregunté dándole un pequeño besito en los labios, sin prolongarlo demasiado ya que aquel tipo de gestos me desconcentraban bastante más de lo que podía controlar, y se suponía que teníamos un día de trabajo intenso-

Sabes que creo que eres el mejor, más atractivo y más perfecto de los hombres que habitan sobre la faz de la tierra, así que dudo mucho que vayas a perder puntos por cocinarme unos perritos calientes...-bromeé enarcando las cejas, mientras me llevaba las manos a las caderas-

Después mi amorcito mencionó algo sobre otras utilidades de nuestra cama y no pude evitar que la sangre se me concentrara más en las mejillas. Casi podía jurar a que me salía humo por las orejas de los grados que adquirí repentinamente por su comentario, cuando hizo alusión a su ropa interior con estampado salvaje.
Entonces estallé en una carcajada incontenible, que me hizo doblarme y caer de medio lado sobre el espeso césped, mientras él caminaba hacia casa.
Vale cielo, yo me vestiré mi piel de cordero...para que actúes como un tigre, y saltes sobre mí como una inofensiva pieza de caza...-bromeé dedicándole una mirada cargada de seducción y diversión, guiñándole un ojo finalmente-

*escuché sus palabras y risas de camino a la casa y antes de entrar me detuve, volví la cabeza hacia ella y con mirada de actor de telenovela e imitando a un felino dí un "arañazo" al aire en dirección a Leah mientras decía*

-grrroaaaurrrrrr!!!

*y me metí en la casa pensando en la imagen que presentabamos ante la posible mirada de algún vecino chismoso...aunque afortunadamente no había muchos en el sector...pero cabía la posibilidad de que alguno se hubiese escondido entre la maleza y.... ¡BASTA! gritó mi voz interior...mi cerebro se había desviado a pensar cosas sin sentido alguno...

Me puse manos a la obra y al cabo de un par de horas la habitación estaba casi lista, la cama y el placard ensamblados nuevamente, el colchón ya reposaba en su sitio ataviado de las sábanas y cubrecamas... todavía quedaban muchas cajas llenas de ropas y demás cosas de la habitación sin abrir en los rincones...pero ya habría tiempo para eso.

Terminada mi mini misión en la habitación pasé a la cocina y al pasar por una de las ventanas que daban al jardín delantero contemplé a mi Leah unos momentos sin que me viera mientras continuaba arrancando hierbajos por todos lados...Me pareció taaaan linda que fui a rebuscar entre unas cajas para encontrar lo que quería. La cámara de fotos...
Volví a la ventana y tomé unas cuantas fotografías de ella "versus la mala hierba" sin que se diera cuenta para tener un lindo recuerdo de nuestros primeros días en la casa...*

Continué con mi ardua labor de adecentar el jardín, que aunque no era prioritaria sí suponía algo de desgaste físico para calmar un poco la ansiedad causada por la necesidad que sentía por la cercanía de mi hombre. Previamente, observé cómo entraba Brad en casa, siguiendo cada uno de sus movimientos con inusitada atención y dedicación, permaneciendo ida un par de segundos.
Moví la cabeza de un lado a otro, intentando despejarme y acallar las voces que me obligaban a seguirlo para asaltarlo sorpresivamente con besos y caricias. Me hice con las herramientas de jardinería y comencé a arrancar, rastrillar y recoger hierbajos, adecentando todo aquel insospechado edén.
Tarareaba una cancioncilla quileute, que sabía desde pequeña mientras me dedicaba a estas labores y recordé con cierta morriña todo lo que había dejado en La Push. No me arrepentía en absoluto, pero sí que me hacía sentir cálida y reconfortada.

Tras un par de horas el sol comenzó a acercarse al mediodía, y como la sed me atacaba insistentemente decidí entrar en casa de forma sigilosa para pillar desprevenido a mi amorcito de paso. Sin embargo, mi sorpresa fue mayúscula cuando me di cuenta de que Brad me observaba tras una ventana con cámara en mano. Reí divertida y feliz por el viraje de acontecimientos, y me sentí dichosa porque me di cuenta de cuánto se preocupaba mi cielo porque nuestros primeros días fueran inolvidables y perfectos para mí.

Entonces me quité los guantes, le guiñé un ojo y caminé hacia la ventana intentando parecer seductora. Disculpe Sr. Paparazzi, como se entere mi novio de que me está retratando sudorosa, semidesnuda y acalorada, posiblemente le rompa su preciosa nariz...-bromeé colando mis manos por la ventana entreabierta para tomarlo de las solapas de la camisa con cuidado- Aunque pensándolo bien, creo que siempre me ha gustado posar...sobre todo si los fotógrafos son tan atractivos como usted, pero esto que quede entre nosotros dos...-continué bromeando en un tono de voz meloso, mientras acercaba mis labios a los suyos de forma jugetona-